Dentro del silencio un humano despertó, volteó a cada lado y todo era lo mismo, un vidrio como espejo que con cada paso que daba el humano el vidrio quedaba agrietado, en el momento menos esperado cada pedazo sería cortado y caería dentro no sólo del ojo del humano, sino que quedaría encajado en su cuerpo.
Paso el tiempo y cada pedazo quedó disperso en el mundo, hasta que el trozo perdido del humano quedará ensamblado y abonado su cuerpo estaría completo. El humano vago hasta que encontró y conecto pedazo por pedazo a su cuerpo, pero ninguno era el adecuado, poco a poco se rindió. -El vacío no será llenado.
-Te han herido tanto sin tocar tu cuerpo que el mismo se volvió veneno y antídoto. -De nuevo la sombra de una persona le hablaba. -Sólo tú mismo puedes llenar el vacío.
El humano no comprendió, ya que, si ningún pedazo podía tapar el hueco, ¿cómo sus propios pedazos podrían hacerlo? -El vacío será llenado con cada recuerdo que has atesorado.