La aguja inyecta tinta en la piel dónde cada gota traspasa la capa externa, la tinta permanecerá durante toda la vida de la persona. A medida que la piel cicatriza llega la costra tan llena de picadura, a la persona le entra una ansía horrenda que si su palma toca la tinta se estropea y deja una marca que entre más rasca más empeora, hasta que la tinta se infecta la persona saca una cita pidiendo ayuda de urgencia.
Llegó un humano al consultorio con todo el cuerpo marcado -doctor, ¿me puede quitar el dolor?- El doctor pensó que con un medicamento estaría curado, pero cuando el humano se descubrió pedazo por pedazo y mostró su lado desnudo el doctor se sorprendió, el humano tenía todo el cuerpo tatuado.
Lo habían encarcelado estando preso tatuándolo sin su consentimiento y usando su cuerpo como experimento, fue el único que sobrevivió a tal sufrimiento. –El láser rompe la tinta del tatuaje liberando fragmentos del pasado.
La pluma actúa sobre la tinta sin dañar la piel hasta que poco a poco el tatuaje se va borrando. El proceso fue largo y cansado, el sangrado duró mucho tiempo hasta que la aguja se rompió. El cuerpo del humano quedó como nuevo y el pasado que venía arrastrando se quedó en lo marcado.