Desde el eco de lo que alguna vez se quebró en cada uno se mostró el reflejo del dolor del otro. Fue como si el mundo se apagara en un beso, en el fuego sagrado de su deseo. -Si te lastimó sería cómo hacerme daño a mí mismo.
Desde el primer instante y para siempre en cada roce hace que se moje y sin que lo note su toque hace que explote porque no hay llama que queme sólo fuego que une.
Ahí dónde los silencios hablaban por ellos mismos y sus caricias eran la cura para sus heridas, ahí dónde sangraba su alma él la tocaba y ella gemía en su boca dejando en cada caricia un verso bajo su piel.
-¿Cómo llegamos de estar rotos a amarnos?
Moraleja: lo que el tiempo había quebrado el humano lo había arreglado porque de lo roto surge lo completo.