El instante de tinta y sangre

Pigmento desvanecido

Había una persona que tenía vitíligo, la enfermedad empezó a despintarle la piel, comenzó desde la punta de los dedos hasta poco a poco esparcirse por todo el cuerpo, ya no había ningún centímetro de la piel que no estuviera lleno, la enfermedad también se llevó cada uno de los tatuajes hasta borrarlos por completo.

El pigmento desvanecido era algo simbólico más no físico que daba un efecto óptico de borrado, pero en realidad la tinta seguía dentro de cada capa, escondida a la vista porque el vitíligo borra cada huella que deja la persona.

Con el tiempo el blanco se expandió y el cuerpo se volvió espejo de algo más hondo porque con cada día que pasaba había una figura distinta hecha de huecos, contrastes, cicatrices y vacíos. El cuerpo ya no llevaba tinta, pero llevaba historia porque incluso la piel cuando se borra puede seguir escribiendo.

Moraleja: la tinta no sólo se borra con láser, también con tener una enfermedad que despinta cada fibra de tu ser.




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