El Internado

|+2+|

Luz...

Cámara...

Acción...

 

Kennedy

 

 

Mis ojos aún no se acostumbraban a la luz que comenzaba a salir de la ventana. Era una habitación decorada con colores fríos y opacos. Caminé por esta, algo confundida. No comprendía ¿Qué era éste lugar? ¿Qué hacía aquí? Intenté abrir la puerta, golpee para que se abriera pero nada funcionó. A los minutos la puerta se abrió. 

Una chica de cabello castaño y ojos exageradamente azules entró a la alcoba. Su ropa era de otra época. Podía deducir eso a simple vista sus ojos cristalizados. Y su mirada de enojo. Fue a la cama en la que había estado acostada hace unos minutos. Apartó todo lo que estaba alrededor de esta. Llevó ambas manos a su rostro y lo cubrió, las lágrimas comenzaron a rodear todo su rostro. Era evidente el sufrimiento reflejado en su alma.

Mis ojos aún no se acostumbraban a la luz que comenzaba a salir de la ventana. Era una habitación decorada con colores fríos y opacos. Caminé por esta, algo confundida. No comprendía ¿Qué era éste lugar? ¿Qué hacía aquí? Intenté abrir la puerta, golpee para que se abriera pero nada funcionó. A los minutos la puerta se abrió. 

Una chica de cabello castaño y ojos exageradamente azules entró a la alcoba. Su ropa era de otra época. Podía deducir eso a simple vista sus ojos cristalizados. Y su mirada de enojo. Fue a la cama en la que había estado acostada hace unos minutos. Apartó todo lo que estaba alrededor de esta. Llevó ambas manos a su rostro y lo cubrió, las lágrimas comenzaron a rodear todo su rostro. Era evidente el sufrimiento reflejado en su alma.

—-¡Los odio! ¡No los soporto!

Caminé a donde estaba ella.

—Oye, ¿Puedo ayudarte en algo? —Pregunté pero ella ni siquiera me miraba.

La puerta se abrió y una chica de cabello oscuro, entró.

—Jenny, vamos —La llamó con un tanto de desesperación de su voz.

—Tengo miedo, ¿Y si algo nos ocurre? Estamos entrando en algo peligroso y lo sabes.

Bajó su mirada.

—No hay opción. Despertaron a eso, tenemos que pararlo. Tú posees ese don, eres la única que puede ayudarnos.

—Lo haré, de igual modo a nadie le dolerá que muera ¿no es así?

Bajó su mirada dándole razón a sus palabras.

—Lamento mucho lo que te pasó.

—No digas cosas que no sientes. Sé que sólo me utilizan para salvarse el pellejo. ¿Y sabes? No me importa si los matan a todos. 

Palideció con temor plasmado en su cara.

-Por favor. No nos dejes en esto.

—¿Qué exactamente quieren que haga? ¿Hablar? ¿Rogar? Un muerto tiene su temperamento.

Ella dijo; ¿Muerto? No, no, seguramente dijo otra cosa. Esto no me esta pasando. No a mí. ¿Por qué esto pasa, ahora? ¿En que clase de sueño estoy? Necesito salir de aquí lo antes posible. Aproveché la puerta abierta y corrí por los pasillos. Esto era muy similar a... El internado.

 

¿Qué era esto? ¿Por qué razón tenía que estar en éste lugar? 

 

Intenté hallar la manera de encontrar una salida. Pero ningún lugar era conveniente. Estaba sola, no había nadie. Necesitaba salir, pero ninguna puerta me dejaba. Estaban selladas, corrí por los pasillo del lugar. Poco a poco la oscuridad en el lugar se hacia cada vez más presente. Detuve me andar para tomar un poco de aire. No podía respirar bien, mi corazón estaba acelerado.

 

—¡Ayuda, por favor!

 

¿Qué era esa voz?

 

¿Dónde se supone que estoy? 

 

Giré mi vista, llevé una mano a mi pecho y salté del susto al momento de tener tan desagradable vista, mi otra mano fue a la pared dónde podía ver algo escrito eran extrañas las letras cursivas. Se trataba de otro idioma, o eso creo. Al instante, sangre comenzó a desplomarse por ella, como si de un rio se tratase. 

 

Aparte mi mano, pero ya era tarde, no podía evitar la sangre que se comenzaba a desprender por todo mi cuerpo y ropa, me observé por el espejo. Grité del susto que me dio al verme de esa manera. Corrí por todas las aulas en busca de un baño, al llegar a uno abrí el grifo. No podía borrar la sangre que comenzaba a escurrir por mi cuerpo. Intenté quitarme esto, no podía.

 

Estoy desesperada y asustada, algo sucede aquí.

 

Me aleje unos cortos pasos. Observé con claridad mi rostro en el espejo. Pero a mi lado había otra persona, era una chica. Era la misma que la de la habitación. Usaba el mismo uniforme del instituto. ¿por qué soñaba con ella? ¿Qué sucede? Me giré a su lado. No estaba, voltee por todos lados en busca de la chica. No había señal de ella.

 

¿En dónde está? ¿A dónde fue? 

 

—¡Oye! ¿Quién eres? ¿Por qué...?

 

La oscuridad reinó a alrededor del baño. 

 

El miedo se apoderó de mi, observaba todo con extrema cautela, cualquier paso en falso podría provocar una eventualidad grande. Escuché extraños gemidos de dolor que provenían de los inodoros. Caminé a pasó corto, y aún temblando de miedo. Abrí la primera puerta; nada. Respire profundo. Le di un leve empujón a la puerta. Me alejé al instante. La sangre comenzaba a desplomarse por todo el baño. El cuerpo de una chica colgaba por una cuerda. Llevaba un uniforme y en este el logo de la institución. 

 

No puede ser.

 

—¡No!

 

Sentía mi corazón fallar, fue muy perturbador ver eso. No quería saber nada al respecto. Tal vez solo sea mejor ignorar esa pesadilla. No puedo guardar tanto temor. Pero es imposible no hacerlo. Esto aún lo siento. Como si hubiese vivido aquello. Lo sentía tan cercano, pero no. No podía por ningún motivo dejar que esto continuará de ese modo. 

 

Mi infancia estaba llena de extrañas pesadillas que me persiguen. Suelo tenerlas mucho tiempo. Llegaban hasta a deprimir más mi soledad. Me es imposible dormir por eso, no puedo. Duermo poco por los extraños sueños que llegan a mi mente.




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