El Internado

|+7+|

Luz.. 

 

Cámara...

 

Acción...

 

Kennedy.

 

 

 

 

Puede que… mi existencia este entrelazada con la muerte.

Negué internamente por esos pensamientos.

Eso no, no puede ser posible ni siquiera puede ser natural. Aunque podría explicar mucho de lo que esta pasando ahora en mi vida, no puedo evitar sentir angustia de que puedo estar unida con esas advertencias.

Pero, en parte es verdad que podría existir una relación con la muerte, si no, como se explica lo que me está sucediendo, mi vida se está volviendo un caos con lo que esta pasando ahora.

No huyas, acepta que no eres normal.

Esas voces, esos susurros que comenzaban a atacar mi mente estaban aquí, atormentando mis pensamientos.

No eres lo que aparentas.

No se a que se refieren.

No sigas ocultándote.

¡Basta! No estoy ocultando nada, así que deténganse.

No obtendrás paz si sigues negándote a tu destino.

¿Mi destino… que han querido decir con eso?

Giré a todas partes en busca de alguna persona o figuras.

Sentí el frígido viento soplar e invadir mi vestido cubriendo mi cuerpo por completo.

Ambos nos encaminábamos en búsqueda de las preguntas sin respuesta, las incógnitas sin resolver que necesitamos hallar. 

Pero, temo que al intentar encontrar a estos verdugos, mi vida ya no sea lo que es ahora. Siento que algo dentro de mi conoce cierta parte de esas respuestas, solo que no puedo reconocerlo o aceptarlo.

En estos momentos, es cuando más deseo cubrir mis piernas del frio, están descubiertas por el vestido que tengo puesto, y el suéter que estoy usando lo tengo sujeto a mi pecho para que el aire helado de la noche no me afecte. Por suerte, es lo suficientemente abrigado como para cubrirme a mi misma.

—¿Ya llegamos, Asher? —sople en mis palmas para aguardar un poco de calor. —hace mucho frío aquí afuera. Podríamos buscar un lugar donde habría un poco mas de calor, este viento es atroz.

Detuvo su andar y giró su mirada observándome por encima de su hombro. 

Su mirada… es tan fría y oscura.

—Si eres débil detente ahora mismo, pero si deseas demostrar lo contrario sigue mis pasos. —espetó con crudeza.

¿Cómo se atreve…?

Él, no tiene porqué…

Kennedy.

Esa vos, dentro de mi, regresa y se esparce en mi mente como una caricia para que vea todo con claridad.

Así que…

No, es verdad lo que dice Asher, debo aceptar que soy débil ante esta situación.

Puede que no esté acostumbrada a este tipo de circunstancias, pero en cierta parte, sé que mi modo de actuar no es correcto ya que estoy quejándome un poco. No habré estado nunca en este tipo de situación pero quiero lograr mi propósito, y puede que con eso encuentre mi libertad terminada de esta maldición.

—Entschuldigung, Asher.
Lo siento, Asher.

Pronuncie en un tono bajo mientras llegaba a su lado.

Su mirada seguía conectada con la mía y sus labios se estaban tornando rojos. Su cabello no cubría mucho parte de su rostro, como acostumbraba, la fría brisa lo despeinada y apartaba, así que tuve la oportunidad de ver con claridad sus facciones enmarcadas, el claro color de sus ojos y cejas fruncidas en busca de las respuestas de sus enigmas sin resolver.

—¿Te gusta mirarme, Kennedy?

Me desconcertó su pregunta.

¿Qué responder?

¿Mentir?

No, es mejor ir al grano, no callo al sentir lo que pienso o siento.

Me acerqué cortos pasos a él y llevé una de mis manos a su rostro.

—Puede que si, encuentro cierta familiaridad en tu rostro, Asher. —me sincere observándolo con detenimiento. 

No sabía porqué sus ojos me deseaban decir mucho más. Algo que ni él mismo era capaz de pronunciar por su boca, como si las preguntas que han pasado por mi mente pueden llegar a ser respondidas por él.

¿Es eso, Asher, ocultas de mi las respuestas que tanto necesito?

¿Porqué quieres callar todo esto?

Si conoces lo que sucede realmente, ¿por qué no lo dices? ¿por qué no me hablas con la verdad?

No valdrá la pena guardar silencio si de todos modos investigare y me enterare de todo. No creo que sea honesto, prácticamente no me esta diciendo nada, ni siquiera me es completamente directo con estas situaciones.

—Siento, como si tú y yo…—

Mis palabras se detuvieron al sentir su mano tomar mi cintura y atraerme a él, mis labios se abrieron levemente por un segundo para después cerrarse.

—¡Asher…! —No lo esperaba y tampoco deseo que esto continúe así.

Nuestras miradas eran una que se intensifican como una competencia de resistencia.

¿Qué desea de mi?

¿Qué planeas decirme?

¿Qué ocultas detrás de esos ojos… oscuros y vacíos?

—Nada sucede, ahora sólo tendrás que confiar en mi, Kennedy. —se escucha con tanta claridad y afirmación.

¿Por qué no puedo dudar de sus palabras?

Algo extraño me sucede pero ni siquiera yo logro comprenderlo.

Sentí las puntillas de mis pies chocar con el piso, todo, por como me tenía sujeta él entre sus brazos y apretada a su pecho.

—Asher, yo no puedo darte mi confianza cuando ni siquiera sé quien eres.—Declaré con honesta realidad.

Su intensa mirada envió un tanto de temor a mi cuerpo, como algo ya vivido removiéndose dentro de mi ser.

—Soy un solitario, en las noches deambulo por lugares donde los verdaderos demonios se crean o destruyen.

¿Cómo, qué clase de respuesta fue esa?

¿Demonios?

¿Cómo esta eso de ‘crear o destruir’?

No entiendo, estudiaría y hallaría las respuestas a esas palabras. 

—Asher Falkenhorst es mi nombre. Y desde ahora, seré tú aliado, Kennedy Hofmann. —sentenció con un tono de voz firme.




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