Era la hora de salida en el internado, y algo inusual ocurrió.
Unas peculiares nubes negras se formaron en el cielo, trayendo consigo gélidas brisas que recorrieron los pasadizos. Esto intrigó a los estudiantes que decidieron salir a contemplar el enigmático espectáculo. Yo fui la excepción. Mi nombre es Ottah Mitnick y soy un adolescente de 14 años que solo ansiaba regresar a su cuarto.
El internado era un lugar frío y hostil. Durante las clases, los profesores saturaban a los alumnos con tareas y exámenes implacables bajo amenazas de castigo por fallar. Y durante el descanso, la falta de compañerismo y el acoso escolar convertía al lugar en un terreno de supervivencia. Ni siquiera podíamos usar el internet del que tanto nos hablaban. Llevo tres años en este internado, mis padres no me han contactado en todo este tiempo, y mi único consuelo era Wimsy, mi mejor amigo. La vida en el internado siempre fue una rutina desalentadora a la que me había acostumbrado, pero hoy, …, hoy fue peor.
El espectáculo en el cielo empezó a asustar a los observadores y estos empezaban a correr. Sin querer, me encontraba en medio del caos apocalíptico del lugar, pero mi mente solo recordaba lo sucedido hace unas horas.
Finalmente me había atrevido a declarar mi amor a Jenna, mi amor platónico desde hace dos años en el internado. Escribí un guion debido a que me cuesta improvisar. Gran error. Pese a mis intentos de expresarle mis sentimientos, un grupo de bullies interrumpió mi valiente intento y se robaron la hoja donde expresaba mis emociones. Rápidamente me convertí en el hazmerreír de toda la escuela. Enojado, quise enfrentarlos, y a parte de humillado terminé herido.
No obstante, ahora, en medio de la catástrofe que sacude el internado, no tengo tiempo para reflexionar sobre el pasado. Debo encontrar una manera de sobrevivir a las nubes negras y a unos repentinos temblores que amenazan con destruir todo.
De pronto, una sensación de adormecimiento invade mi cuerpo mientras observo aterrado como el ciclón de lúgubres nubes se torna aún más oscuro, como si perforara el cielo. Incapaz de escapar, la oscuridad me abruma y los temblores aumentan su potencia.
Pasaron unos minutos y creí que había muerto hasta que unos escalofríos sacuden mi cuerpo. Intento ponerme de pie, pero los mareos causados por el agitamiento me regresan al suelo inmediatamente. Mi corazón late tan fuerte que creo que se va a salir. Los escalofríos aumentan y ahora son una descarga eléctrica que recorre todo mi ser. Por un momento perdí la noción del tiempo, solo siento como mi cuerpo se hace pedazos. Finalmente, la tortura termina, pero no fue como esperaba.
Mi cuerpo estaba intacto, pero algo había cambiado. Desconcertado, me doy cuenta de que ahora me siento poderoso, como si tuviera el control del mundo en mis manos.
Un nuevo suceso llama mi atención, me encuentro rodeado de bloques de tierra flotantes. Me asusto y todos los bloques descienden al suelo. Con la mirada busco a alguien en busca de respuestas, pero estoy solo, así que decido ir a mi cuarto.
¿Todo fue real? Mientras reflexionaba pensé en contarle a Wimsy lo ocurrido y mi celular flota mágicamente hasta mi mano. Me asusto y lo suelo. Sin embargo, vuelvo a pensar en realizar la llamada y el aparato se eleva del suelo para llegar hasta mi mano. Realizo lo mismo con otro objeto y, sorpresa, he adquirido poderes mágicos. Esto definitivamente cambiará mi vida.
Podría convertirme en un héroe al estilo de los cómics, pero pensamientos egoístas surgen y me plantean la posibilidad de utilizar estos dones en beneficio propio. Los amargos recuerdos de mi vida escolar me obligarán a enfrentar una difícil elección sobre el camino que deseo tomar.
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Editado: 10.03.2024