El Internado

Capítulo 3: La prisión dimensional

Pese al peligro, acepto su oferta.

Como respuesta, Emma sonríe simulando amabilidad y me libera de las ataduras. Sigilosamente, le pregunto que sigue ahora.

— Calma, yo te avisaré —dijo dirigiéndose a la salida—. Y ni se te ocurra buscarme, seré yo quién te busque a ti.

Con más preguntas que respuestas, intenté reprochar, pero un objeto sale disparado de entre los escombros hacia mi cabeza. Perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba solo y sin el más mínimo rastro de ella.

Varios días pasaron. Dejé de usar mis poderes y mi vida ha vuelto a ser la mísera rutina solitaria de antes, pero ya no me importa. Toda mi atención ha estado enfocada en una sola interrogante: ¿Por qué tengo poderes?

Acepté tan rápido las maravillas que me ofrecieron que jamás cuestioné su origen. Todavía no tengo la respuesta, pero en mi interior siento que estos dones esconden un terrible secreto.

— ¡Ottah!

Alguien me llamaba. Era Wimsy.

— Deprisa amigo, necesito que me acompañes.

— ¿Qué pasa?

— Solo sígueme. Alguien muy importante quiere verte.

¿Emma? ¿Finalmente se puso en contacto? No. Era Jenna. Definitivamente no la esperaba, ni mucho menos cuando dijo —: O… Ottah, yo, … yo estoy enamorada de ti.

Todo ocurrió tan rápido que lo primero que se me ocurrió fue asegurarme que no estuviera bajo mi control mental. Afortunadamente no se trataba de eso. Ella realmente estaba enamorada de mí. Saber eso me llenó de emoción e inmediatamente correspondí sus sentimientos. Quién imaginaría que sin poderes ni control mental conseguí tener el mejor día de mi vida. O al menos lo era hasta la aparición de Emma. Ya era de noche y al regresar a mi cuarto, Ella estaba esperándome.

— Hasta que apareces. Deprisa, sígueme, tengo algo que mostrarte.

Sentenció y, apresurada, salió de un salto por mi ventana.

Salimos de la zona de habitaciones y llegamos hasta los salones de clase, pero Emma no se detuvo ahí y se dirigió a las enormes paredes adyacentes que rodeaban el internado. De repente, unos peldaños se formaron en el muro trazando un camino ascendente. ¿Telequinesis o manipulación mental? No. Las ataduras y los escalones eran la prueba de que las habilidades de Emma estaban a un nivel superior. Ella podía moldear la materia a su antojo.

Rápidamente subió los escalones y me pidió hacer lo mismo.

En lo alto de la muralla, la vista del exterior era algo confusa. Podía apreciar figuras semejantes a casas y edificios, pero todo se veía muy distorsionado, como si observara a través de un lente desenfocado. De pronto siento un golpe en la espalda y mi cuerpo cae de la muralla. Emma me había empujado al otro lado del muro. Nunca debí confiar en ella. Ahora voy a morir.

Sin embargo, algo mágico pasó. Mi cuerpo en lugar de seguir cayendo regresa a la muralla. Ni pude procesar lo ocurrido, cuando Emma se lanzó también. De manera similar, su cuerpo desobedeció la gravedad y regresó a su posición previa.

Impactado por este suceso, repito la acción un par de veces más y obtengo el mismo resultado. Fijo los ojos en mi acompañante esperando una respuesta, pero la luz de una linterna enfocando nuestras caras interrumpe el momento. Emma desciende rápidamente y, moldeando el suelo, forma un bastón con el que ataca al intruso.

Creí que solo trataba de noquearlo, pero lo golpeaba sin piedad alguna que tuve que detenerla.

— Pero, qué demonios te pasa. No era necesario masacrar a esta persona.

Con una mirada de odio responde.

— Míralo bien. Esto no es una persona.

No comprendo sus palabras, así que Emma se acerca a mi oído para decir.

— Abre los ojos Mitnick.

Tras estas palabras, aquella persona golpeada toma una forma aterradora. Su cuerpo era el mismo, pero no tenía rostro. Donde deberían estar sus ojos, nariz, boca y orejas, solo había una superficie de piel uniforme y sin detalles.

Más luces aparecen en el interior de la escuela por lo que tenemos que huir de allí.

Una vez a salvo, confronto a Emma y le exijo explicaciones. Esta vez no hubo muescas de burla, simplemente empezó a narrar la verdad del internado.

— Lamento si te asustas, pero el internado no es una escuela, es una prisión. Pero no física, es una prisión dimensional.



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En el texto hay: adolescentes, poderes, escuela

Editado: 10.03.2024

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