El Internado

Capítulo 4: El héroe

Los rayos del sol se asomaban por la ventana de nuestro escondite mientras Emma continuaba su historia.

— Y esta prisión dimensional se encuentra custodiada por seres como al que golpeé. Monstruos sin rostro que simulan humanidad disfrazados de profesores, pero no son más que unos autómatas sin conciencia a la orden del que nos puso aquí.

— No lo puedo creer. Y, ¿cuál es el plan?

— No tengo la certeza, pero ocultan algo en el centro de la escuela, justo al medio de los salones, ya que siempre están vigilándola. Si existe una salida, debe estar ahí. Sin embargo, no puedo sola contra todos ellos y dudo de la humanidad del resto de los estudiantes, por eso necesito tu ayuda.

Trato de responder, mas ella continúa.

— No obstante, si aceptas, no deberás revelar esto a nadie más. Si no queremos que la persona equivocada descubra nuestro plan, tenemos que abandonar a todos nuestros conocidos aquí y escapar solos.

Era una decisión difícil, pero estaba seguro de mi decisión. No importa el riesgo, no soy capaz de abandonar a las personas que quiero. Claro que Emma no tenía por qué saberlo.

— Está bien, acepto.

— Bien, espera mis instrucciones. Hasta entonces, no hagas nada estúpido.

Ahora un nuevo problema empieza. ¿Cómo convencer a alguien que el mundo como lo conocen está mal? Peor aún. ¿Cómo convencerlos de escapar a un mejor destino del que ni siquiera tengo seguro su existencia?

Wimsy fue el primero y, como lo imaginaba, una risa fue su respuesta.

— Es el peor chiste que he oído.

No importa que argumento usara, él seguía creyendo que se trataba de una broma. Sin más opciones, tuve que hacer uso de mis poderes. Salió mal y huyó. Entonces decidí probar la estrategia de Emma con unas sogas y lo até a una silla. Eso lo alteró más, pero accedió a escucharme.

Finalmente, Wimsy comprendió la situación y aceptó huir del internado. Asimismo, se ofreció a ayudarme a convencer a otros más.

La siguiente en la lista era Jenna. Aprovechando que apareció de sorpresa en mi habitación, Wimsy y yo decidimos explicarle todo. Obviamente también se rio, por lo que nuevamente tuve que usar telequinesis. Realmente esperaba que no huyera, jamás sería capaz de hacerle daño. Para mi sorpresa, ella simplemente permaneció en silencio. Unos minutos pasaron. Me acerco para ver cómo está y ella me da un beso.

— Siempre supe que tú eres especial Ottah. Llévame contigo, quiero estar siempre a tu lado —respondió mirándome a los ojos.

Me comprendió y aceptó todo tan rápido que lloré viéndola. Era realmente maravilloso tener a alguien como ella a mi lado.

Cierto día, cuando menos lo esperaba, las instrucciones de Emma y una dirección aparecieron escritas en mi pared. Me dirigí a la dirección indicada junto a Jenna, Wimsy, y un par de amigos suyos.

Al vernos, Emma quiso matarme por revelar información a otras personas, pero estaba decidido a salvarlos. Aceptó a regañadientes y explicó su plan.

— Bajo los salones de clases existen una serie de túneles, tal vez parte de un sistema de transporte atrapado en la prisión dimensional. Dichos túneles no tienen acceso a la escuela ni llegaban al centro. Sin embargo, si están muy cerca, así que crearé unos accesos que nos permitirán entrar.

— ¿Y qué pasará con los seres sin rostro? —cuestioné.

— Tú deberás distraerlos. Tienes que generar una gran distracción frente a los salones de clase para atraer a la mayoría de esos monstruos. Una vez que los accesos estén terminados, entraremos lo más rápido posible y como te seguirán, los atraparemos en los túneles. Con el tiempo que tardarán en salir, nosotros ya habremos escapado.

Consciente de mis límites, dudé, pero Emma reveló otro dato más importante.

— No sé si se deba al hecho de que estamos en el centro de la prisión dimensional, pero somos más poderosos mientras más cerca del centro nos encontremos.

— Muy bien, si ese es el caso, yo me encargo — respondí.

Dada la escasez de tiempo, destruir toda la fachada principal fue mi mejor idea. Inmediatamente una horda de diez, tal vez más, criaturas sin rostro salieron a capturarme. La batalla había empezado.



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En el texto hay: adolescentes, poderes, escuela

Editado: 10.03.2024

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