No es una leyenda muy popular pero si en el instuto Strange. Cuenta que cada 31 de octubre, en cuanto cae la noche las almas olvidadas gritan para ser recordadas o aquellos espiritus que buscan atención salen a jugar, nadie lo creía hasta aquella noche de Hallowen en la que la muerte visito el instituto.
Todos tenian su particularidad en el instituto Strange, era un lugar donde ibana aquellos que la sociedad le tenía poca fe, un sitio de donde no había salida y donde las nubes no dejaban que el sol entrara como un rayo de esperanza y aun así, Nadia era la más extraña. Sin embargo, ella tenía un motivo de peso ya que era la misma hija de la muerte.
Cada noche, la muerte venía a visitarla, desde que era niña veía a las personas que iban a morir y a que hora, en algunas ocasiones, podía soñar como morirían aquellas personas. Además, los muertos podían tomar su cuerpo en alquiler para tomar venganza.
Lo que no se esperaban era que aquella noche, al cumplir 16 años, comenzaria su vida como la cazadora de almas perdidas. Nadia no le temia a nada y mucho menos a los fantasmas, aun mas aquella noche en la que vio con sus propios ojos como la muerte se llevaba a una enfermera que merecía morir y como arrastraba hacia la tortura a un hombre que lo merecía al matar a sus dos pequeñas.
Aquella noche sintió un leve cosquilleo en su espalda y un fuerte dolor de cabeza que parecía que la iba a matar, corrío hacia el patio en medio de la noche. Ella no lo veía pero sus ojos se ponian completamente negros, no había rastro de lo que parecían ojos humanos
- ¡Dejame! - suplicó - Termina con esta tortura ¡Papá!
La muerte salio desde lo más oscuro de la noche con su elegante traje y su firme postura.
- El cambio es doloroso pero es hora que le muestres al mundo de los muertos quien manda.
El dolor de cabeza dejo de importar, ya que ese leve cosquilleo de la espalda se sentía como arañasos desde adentro y cada vez eran más fuertes como si una bestia saliera desde dentro. Nadia dejo de sufrir por el dolor y comenzó a disfrutarlo porque comenzó a invadirla una oscuridad que siempre estuvo en ella.
Su transición había terminado y le llamo la atención que todo el instituto estuviera más oscuro de lo normal, lo entendió de inmediato, el insituto Stranger dejaría de existir en ese instante. No tenía necesidad de aprender o de recibir intrucciones porque ya lo había soñado, ella en medio de llamas mientras los demás sucumbian y suplicaban.
Eran un estorbo para la sociedad y de todas maneras todos se matarían entre todos. Mientras echaba gasolina en los pasillos pensaba en los profesores que los humillaban, los doctores que los torturaban con terapia de electrochock. los enfermeros que abusaban de ellos y el gran favor que les haría a sus compañeros al terminar con su tortura.
- Nos veremos en el infierno - encendió un fosfóro y lo dejo caer. Mientras las llamas invadia el piso de arriba aseguró las puertas y salió pronto de ese lugar. Los tanques de gas explotaron y los gritos se hacían escuchar. Trataron de salir por las ventanas pero los barrotes no les dejaron.
Se quedo al frente de la casa con los brazos cruzados viendo como llegaba a su fin, les dio un último saludo, se dio la vuelta y se fue caminando hacia la oscuridad donde se encontro con su padre, a quien le esperaba mucho trabajo.
Desde noche surgió la leyenda de aquel ángel de alas negras como la noche que perseguía a las almas traviesas que desobedecian las ordenes de la muerte o aquellos que no tomaban enserio a la muerte. Desde noche no se volvió a saber sobre Nadie Spellman, al menos no en el mundo de los vivos.