Habia pasado el tiempo y despues de aquella vez, muchos buscaban al responsable de la muerte del instituo Strange pero muchos los buscaban porque se atrevió hacer lo que muchos querían.
El escandalo del insituto dejo de hacerse sonar y la muerte busco a Nadia pero ella sabia los puntos donde podía esconderse de él y al ser su hija se le hacia más fácil.
Desde aquel día la vestimenta de Nadia era complemente roja, porque resaltaba su palida piel y atraía a los vivios como a los muertos. Tenía curiosidad para saber que tan lejos podía llegar su poder y su fama comenzó a sonar al acabar con la leyenda de la casa embrujada, de la calle 666, llego tan lejos que su nombre hizo temblar a los que atormentaban a una familia desde hace tiempo.
LLegó como la muerte, inesperada, rápida y sin previo aviso. No hizo falta que le dijeran lo que pasaba porque ella lo veía, eran 7 y uno era el líder, les gustaba jugar pero los juegos de los muertos no eran como lo piensan.
Un día sin que nadie la viera entro a la casa y de inmediato sintió el rechazo.
- Salgan, salgan - les amenazó y vio a uno moverse rápido. Lo siguió pero fue obstaculisada por una mujer alta, vestida de blanco, a quien no se le veía el rostro.
Tomo del cuello a Nadia pero en vez de luchar para defenderse solo sonrió. Mostro sus verdaderos ojos y la arrincono con sus grandes y fuertes alas que parecian ser dos grandes armas mortales. La mujer mostro su esqueletico rostro trantando de espantarla pero sus ojos podían absorver su último gramo de existencia.
Arrincono a los otros seis que trataron de mostrarse valiente pero era ver a la mismisima muerte en persona. El lider trato de luchar pero las alas de Nadia lo derribo, ella tomo su cuello haciendo que dejara de exisitir.
Mostro un rostro de placer al hacerlo y no pudo detenerse con los demás, no tenía idea de que pasaba con ellos pero sentía que cada vez se hacia mas fuerte. No pudo acabar con una porque le parecía haberla visto.
.- ¿Eres la madre? ¿Verdad? - preguntó Nadia y le acarició con una de sus plumas. Esa mujer tenía los ojos blancos y era muy delagada, lo que llamaba la atención eran las cadenas que le colgaban en las muñecas.
- Ni siquiera recuerdo quien soy - Respondió.
- No soy mala - la libero de las cadenas y recupero su color, ademas de la memoria.
Nadia se hizo para atrás y aleteo su alas muy fuerte, lo que ayudo abrir un gran hoyo en la pared, que además era un pase al más allá. - Buena suerte.
- Quisiea quedarme con mi familia - pidió
Ella suspiro fuerte y escondio sus alas.- Si te quedas, otros espiritus los atormetaran porque eres tu quien los atrajo y agradece que te enviare a un buen lugar.
Solo agacho la cabeza y se fue hacia la luz que se cerro y parecía como si nada hubiera pasado. Nadia Spellman se volvió el terror de los muertos y pobre de aquel que en su vida haga el mal porque al morir la pagara, con la hija de la muerte no te queras topar. Aquella que nacio en el instituto.