Llegué a la oficina de la rectora, justo cuando Juanjo y Gustavo lo hicieron, los tres nos miramos, hicimos un gesto de disgusto, y abrimos la puerta.
La primera escena que veo es a Iracema sentada en el sofá mientras Katú le cambiaba una venda de la cabeza, estaba incomodamente muy cerca a ella, bueno, no sé si para ella era incomoda esa cercania, la verdad ella sonreía, él también.
—¡Al fin!—La voz de Elsa quien estaba con un vaso de whisky y un cigarro me sorprendió bastante, se supone que es la rectora.
Cenit sale de una habitación contigua al despacho, seguido de Itae, ambos también traían un cigarro en mano.
Gustavo y Juanjo se miran extrañados, y los entiendo, estoy igual que ellos de consternado.
Cenit se tira en sofá, y levanta sus pies en la mesita.
Cuando me giro para cerrar la puerta de la entrada que aún sigue abierta, me golpeobcon Yrupé. Que traía en mano una especiebdd bandeja llena de hojas.
Todas las hojas se calleron con la bandeja, así que cerré con premura la puerta y me dispuse a ayudar cuando ella me detuvo antes de que pudiera agarrar alguna hoja.
—No, no lo toques aún —Advierte —Aguarda Luriel, por favor—me mira a los ojos, y parece hipnotizarme. Esta chica es muy hermosa para ser honesto—. Por favor, ve a sentarte con Iracema, ustedes también.
Los tres hacemos caso y nos vamos a dónde hay lugar.
Katú se sentó a los pies de Iracema, y esta no dudo es acariciar el cabello del chico, se susurraba cosas, y sonreían, como idiota miraba la escena. Iracema a penas conoce al nuevo y ya se tratan como si hubiesen sido amigos toda la vida.
Elsa se afloja la corbata y se sienta sobre su escritorio. Juro que no parece una rectora.
Cuando creí que ya estábamos todos, irrumpen tres personas más. Cariem, Orkias y mi padre ¿Qué hace mi padre aquí?
—Papá...—Lo llamo y el me hace un gesto para que me calle y me quede sentado. ¿Por qué no me sorprende?
Obedezco, mientras los tres hombres se sientan en las sillas disponibles.
Orkiar y Cariem se sirven unos vasos de whisky y le ofrecen a Papá quien lo niega elegantemente.
—Bien...—Habla Elsa desintegrando el cigarrollo en el aire mientras arrojaba humo de sus labios. — Tenemos algunas preguntas que hacerles, pero antes ¿Iracema, te pusiste un top?
—Sí señora...—Responde segura.
—Bien, necesito que los 4 se quiten las remeras.
—¿Cómo ?—Pregunta Juanjo—,¿En serio? No puede pedirnos que...
—Puedo hacer lo que se me dd la gana, porque si tengo estudiantes que quedaron inconscientes luego de una caída mi deber es averiguar si no les ha pasado nada más.
—¿No basta nuestro testimonio?—Pregunta Gustavo mientras hace un gesto levantando sus hombros.
—Vuelve a hacer una pregunta desafiante a Elsa...—habla mi padre mientras se desabrocha el botón del traje —.Y te puedo asegurar que no vas a tener la mejor estancia en la colmena.
Gustavo tragó fuerte y miró a la rectora quién estaba mirándolo con una media sonrisa y bebía de su vaso de whisky muy lentamente.
—Mortel, —Elsa se para firme, lleva las manos a los bolsillos de su traje y viene caminando hasta nosotros, por instinto doy un paso atrás y casi caigo en el sofá —. NO te metas en mis batallas, dame oportunidad de que estos niñatos conozcan mi mano dura, para que nunca más quieran hacer una pregunta tan estúpida.
>>Ahora, los 4—Nos apunta con la cabeza en alto—Se quitan la remera.
Cenit e Yrupé van con rapidez, a ayudar a Iracema quién a duras penas levanta las manos en el aire.
Intento no mirar a la chica, me centro solo en obedecer, me quito la remera, y volteo hacia la pared cuando Elsa hace un gesto.
—¡Carajo!—Exclama mi padre—. De todas las cosas que podía tocarme vivir.
—Vistanse de nuevo—ordena la mujer, y evidentemente nadie se atrevió a protestar.
Solté en suspiro, y en cuanto veo a mi padre sacar su estuche de cigarrillos del bolsillo, saco la conclusión de que en verdad está nervioso.
Juanjo se muerde las uñas, mientras Gustavo claramente se ve nervioso.
—¿Qué opinas Orkias?—Elsa baja el vaso de Whisky, mientras la sala permanecía en un perfecto silencio y sorpresa.
—Qué estamos en medio de una... casualidad horrible. Que cada primer año tengamos a uno, no hay problemas, mejor dicho, los problemas son lidiables, pero 4—Orkias hace un gesto mientras se levanta de su asiento y comienza a caminar de un extremo a otro.
—¿Qué sugieres?—la voz dd Elsa sonaba también preocupada, y yo lo único que quería era entender qué putas estaba pasando ¿Y por qué Papá está aquí?
—Ya sabes qué Elsa... ellos no pueden andar por la vida sin entrenamiento extra... ser marcado por el lobison... no es algo sencillo.
<<¿Cómo?>> era la única pregunta que corría entre mis neuronas, en verdad es estamos marcados.
—Mmm un año pudimos con dos—Responde Cariem levantándose y yendo por un vaso de whisky, y aquí están ambos—Apunta a Cenit y a Itae.
—Pero hay una diferencia —Dice mi padre— Yo estaba aquí... ahora no puedo, y que no se les olvide que tenemos a mi hijo como parte de esto.
—¿Disculpen?—Se atreve a hablar Iracema mientras todos la miran con asombro, ahora que me fijo. Ella trae en el cuello tatuado un sol, rodeado de hilos, como si fueran virutas de oro—. Comprendo que están con algo de... preocupación, pero nosotros no entendemos.
Elsa vuelve a sonreír y mira a mi padre mientras parece haber triunfado, como si se hubiera sacado la lotería.
— Creo que ella sí es la indicada—Habla, y ninguno de lo 4 comprende—. Mira Orkias, te presento a la nueva princesa de la colmena.
Elsa mira a Cenit, y esta va hasta Iracema. Aún no comprendemos un carajo de lo que pasa aquí, lo único que vemos es coml Cenit se para frente a Ira, coloca su dedo indice en su frente, y cuando la suelta, esta se desploma, pero en los brazos de Katú, quien parecía esperarla.