En síntesis.
1. Yo soy un Cario, guerrero prometido por la Luna y el sol, mi misión es proteger la colmena y a los Tupí que habitan en el bosque de los espíritus.
2. Iracema no es solo una princesa del bosque, es La guerrera, líder prometida por la Luna y el Sol, capaz de dominar a las 7 bestias y a los espíritus del bosque.
3. Hay una ninfa, que es capaz de manejar el fuego y que guía las almas en Tapekué, lo que significa que vamos a tener un ciclo horrible de muertes.
Según Orkias, lo nuestro es el anuncio de una guerra con nuestros enemigos, pero a la vez, la voz liberadora del cambio.
La cantidad de asesinatos a miembros de la orden aumentaron en poco meses, y cada vez estamos con menos probabilidades de sobrevivir. La colmena se ha reducido, y eso sin contar, que ya somos pocos.
Tenemos una importante tarea, no hay dudas, y la verdad que podría rechazarla, pero mientras más lo analizo, me siento más comprometido con lo que debo hacer.
Miro el reloj, para que este de las 18:35 afuera el sol ya está comenzando a desaparecer, y mi habitación a oscurecer.
Agarro de nuevo mi portátil, y decido que a partir de hoy, quiero registrar todo lo que voy aprendiendo.
La enciendo, abro mi editor de texto, y sin filtrar palabras anoto cómo está organizada esta sociedad.
●Cinco mujeres son las líderes absolutas, mamá es una de ellas.
●La sociedad tiene un trato con los dioses Tupí Guaraní, y su cosmogonía es importante (Pedir un libro que me ayude a entender)
●Todos tenemos un don, algunos más fuertes que otros, y debemos pagar las deudas de los favores recibidos.
●El señor de la noche, no es uno de los 7 (ya nos pusimos de acuerdo con Juanjo y Gustavo con respecto a qué hora entregaremos sus ofrendas)
●Tengo 4 años para aprender a ser socialmente destacado, académicamente importante y cumplir a cabalidad mi función de Cairo.
●No sé si quiero mundo, colegio o bosque, me volveré a hacer esta pregunta en algunos meses.
●Tengo poderes no solo de persuasión, si no que también de mimetismo... aún no sé cómo funciona.
●Nuestros poderes no funcionan entre nosotros... pero yo tengo el don del señor de la noche.
Cierro la computadora con un poco de fuerza, porque me doy cuenta que lo que sé es nada.
Me llega un mensaje de texto de Gustavo justo cuando estoy por tirarme en la cama.
—Gustavo 18:38
No vienes a jugar con nosotros? Yara y tu prima nos invitó a un partido de Volley. 🤾♂️
—Luriel 18:38
No, estoy muy cansado, fue un día de mierda para mi 💩
—Gustavo 18:39
Okok ¿nos vemos en la cena? ¿Y luego a lo nuestro?
—Luriel 18:39
Sí señor... 🙇♂️
Guardo el celular y miro al techo. Ahora sólo pienso en cada actividad que me tocará vivir, en cada cosa que voy a descubrir, cada segundo, me siento más y más expuesto.
Apoyo la cabeza en mi almohada mientras cruzo mis piernas para finalmente, preguntarme si lo que tendré que hacer por el resto de mi vida será suficiente.
Fama, poder, estabilidad, todo eso, a cambio de cuidar algo, pero ¿Por qué no a los demás humanos?
Eso es algo que me gustaría saber, si hay tanto poder en la Colmena, porque no cambiamos en mundo y lo convertimos en un lugar menos miserable?
Pienso, en todas las noticias que veo día a día, todo eso malo que hacen los seres humanos, eso mismo que me inspira a escribir, con la finalidad de que alguien pueda entender el mensaje de respeto al otro... pero lo único que veo es que somos una sociedad muy cerrada.
Podría estar furioso. Pero con tantos lios en sima, comprendo por qué. Hay otras cosas que nos apuran, otros conflictos que resolver.
Coloco mis auriculares, y activo el Bluetooth, mejor dejar de pensar, y dejarme llevar por la banalidad.
Cierro mis ojos, y me dejo llevar por el ritmo de Vize con Dolly song, simplemente para que mi cabeza viaje a mi historia.
La novela que estoy escribiendo, se me hace todo un desafío, pero a veces me viene escenas, cuando cierro los ojos, como justo ahora, se me hace más nítida a medida que me dejo llevar por la música.
Tenia la imagen clara de una lucha campal, los diálogos se hacían eco, como si alguien me los susurrar en el oído, y los detalles se colocaban como joyas en cada acto que imaginaba sobre las acciones de mi protagonista.
—¡Luriel!—mi nombre acompañado de un toque en el hombro me obligó a abrir los ojos de forma exabrupta.
Cuando lo hago, por una milesima de segundo veo todo por los aires, todos los objetos de la habitación levitando, ahora apunto de caer.
Lo primero que pensé fue en mi computadora, pero no me iba a dar el tiempo de reacción, sin embargo, a Iracema sí.
A continuación el sonido de todo reventandose contra el piso, me dió la pauta de que no lo estaba alucinando.
—¡Mierda!—digo, mientras veo a Ira en el suelo sentada en el suelo y recostada contra la cama, sosteniendo mi portátil.
—Con un gracias basta. —Dice negando y soltando el aire de los pulmones.
—Supongo... gracias—digo mientras salto de la cama y la miro iba a ayudarla a ponerse de pie, pero, decidí sentarme a su lado al final.
Ella me mira por un segundo y sin soltar la portátil, vuelve a mirar hacia la puerta, su rostro enrojeció, y creo que la estoy incomodando, ¿me senté muy cerca a ella?
Me alejo unos centímetros para no causarle molestias, no era mi intención, en lo más mínimo.
—¿Tienes idea de qué fue?—me pregunta ella y yo niego, mientras me quito los auriculares y los guardo de nuevo en su estuche.
—Nop, pero aquí ya nada tiene sentido... supongo que son los poderes.
—Supongo...—ella me pasa la notebook, yo la tomo, y cuando hago eso nuestras manos se tocan. De nuevo, esa sensación de alto voltaje recorre mi cuerpo, y creo que me arrepiento por haberme alejado más de ella.
—¿Qué... qué piensas de todo esto?
Iracema sólo se encoje de hombros, mientras se frota los brazos, yo sé que es difícil hilar pensamientos ahora mismo.