El internado, La colmena

Capítulo 17. Entrenamiento

Tiro mi mochila en la cama, estoy agotado, hecho papel, el día fue demasiado largo, eso de empezar a las 7:00 de la mañana y acabar a las 19:00 de la tarde en envergadura es una tortura, y eso que hoy tuvimos materias Lite.

Matemáticas creo que fue la única asignatura que en verdad me hizo sentir en cómodo.

Astronomía Guaraní, Lengua de señas (aun que esa me parece muy importante saber) Estudio del lenguaje no verbal, Física aplicada a la interacción mística... ¿de dónde sacan esos nombres?

Y para rematar la tarde, clases con Cariem, Historia Universal y el arte de la persuasión.

¡Ahhh! Pero esta tortura no acaba, tengo 5 minutos para cambiarme el uniforme de mierda, y ponerme ropa deportiva.

Aflojo mi corbata y comienzo a desabotonar los puños de la camisa.

La puerta se abre abruptamente y veo a Yara pasar, ella como siempre se ve espléndida mientras arroja su mochila también en la cama. Me mira con los ojos más seductores del universo mientras tira sus zapatos bajo su cama.

—¡Estoy exhausta!—Me anuncia mientras saca su camisa de su pollera y afloja su corbata, seguidamente se deshace de su coleta para dejar caer su cabello sobre su rostro.

—Igual, pero el día no ha acabado  para mi. —Me quito finalmente la camisa para quedarme con la musculosa que tengo debajo, mientras arrojo en el cesto de ropa sucia.

—Ufff ¿entrenamiento?—pregunta y también arroja su ropa en el cesto, se quedó solo con la pollera y la musculosa. ¡Mierda! Mira otro lado hombre.

—Sí, así es...—me aclaro la garganta mientras me pongo una remera más deportiva y tomo un buzo para ir al baño a cambiarme el pantalón.

—Suena divertido...—se acerca más a mi, y doy un paso atrás, recordando la regla de "no contacto físico"—¿Y dime, este fin de semana estarás en algún club del panal?

—No... yo, voy a salir...—Dije cerrando mi armario y volviendo a aclarar mi garganta.

—Creí que no se podía salir el primer fin de semana...

—Al parecer, algunos saldremos...—Me voy hacia el baño

—¡Ahh! ¿Por qué te alejas? —pregunta divertida mientras yo doy contra la pared.

—Na... es sólo que, no quiero que me expulsen, ya sabes, seria terrible quedar en el mundo, solo, con las... marcas que tenemos.

Yara simplemente se viste delante mío, yo miré a otro lado, y dirigí mis pensamientos a otros lugares, cuando ella acabó, fue y se arrojó a lado de su mochila.

—Yo aprendí algo Luri... siempre hay forma de romper reglas... pero voy a respetar tus pensamientos, y tu postura, porque ese es el lema.

>>Agradezco que mires otro lado, y no aproveches el hecho de que me cambié delente de ti... pero para que quede claro, a mi no me molesta que me mires, te podré un punto en alto si algo no es de mi agrado.

—Entiendo... yo, Yara, en verdad ¿Te sientes bien?—Pregunto finalmente mientras levanto mi ceja

—¿Sí por?—ella levanta también una ceja, apoya sus manos sobre su vientre y hace un puchero.

—Ahhh, es sólo que...—Me apoyo contra la pared y arrugo la nariz—Antes parecías una chica, más tímida... ummm no, no lo sé.

—¿Y ya no te gusto?

—¿Qué? ¡Wow! Yara, al contrario, me gusta que seas tú, libre, sin ataduras, que seas lo que te nace, yo sólo preguntaba... por que quería saber si eres como eres por que sale de ti... o por la marca.

<<O por mi marca>> pensé mientras ella se sentaba cruzando las piernas como si fuera a hacer yoga, se lleva una de las manos a su mentón para mirarme de arroba hacia abajo.

— Te gusto  más siendo sumisa y callada?

—No, Yara, no, yo en verdad disfruto que seas libre, en todos los sentidos, y para ser honesto me alegra un montón que hayas terminado con Gerardo, me parece, correcto, él se me hace muy posesivos.

—De hecho lo era... y creo que va a ser un poco difícil que él cambie, ayer me dijo algunas cosas horribles...

Apreté mis manos en puños, porque no puedo creer que el idiota haya tratado mal a Yara.

—Dos años de novios... es mucho tiempo para nuestra edad, y de verdad me gustaba, pero... luego de lo que me dijiste en el pasillo ante ayer, sobre que debía abrir los ojos... y tu claro coqueteo esa misma noche... me di cuenta que las cosas no eran cómo el decía.

—¿Qué... qué te decía Yara?—pregunto enojado.

—Ahora no importa...—Ella aprieta sus labios —Lo que importa es que es un nuevo comienzo... y me he dado cuenta que es un patán.

—Me alegro que lo hayas visto, ahora, si me disculpas, debo cambiarme...

Estaba apunto de girar cuando la puerta se abre abruptamente, levanto una ceja al ver pasar a Iracema con su cabello atado en una coleta que comenzaba a deshacerse, libros en los brazos y una mochila colgando de su codo. Obviamente el desastre se veía venir.

Dió un paso, la mochila se enganchó por la puerta, ella cayó al suelo al igual que los libros.

—No puedo creer qué tu seas la que el año pasado se quedó con el hexágono de oro, eres torrrrrpe—acentué la R mientras iba hasta ella y la ayudo a ponerse de pié.

Yara también viene hasta ella y recoge sus libros.

—Dios! En verdad lo siento, siempre fui medio torpe—Ira lleva su mochila hasta su silla de escritorio, toma los libros de Yara y los coloca ordenada sobre su mesa—. Gracias Yara.

—¿y a mi no me agradeces?

—Me llamas torpe, y sólo me estiras de la mano, Yara tomó mis libros con amabilidad, así que no hay agradecimiento para tí.

Baja sus anteojos sobre la mesa, mientras Yara ríe por el comentario de Ira, yo sólo me reí en mis adentros.

Ira se quita la goma del cabello, creo que le queda mejor suelto, su cabello es demasiado lacio.

Con delicadeza se quita la corbata, la dobla y guarda en un estuche, a continuación se sienta y delicada se quita los zapatos, para llevarlos hasta su armario.

Yara y yo nos miramos sorprendidos uno al otro.

—¿Qué?—pregunta Ira algo incómoda?—Es por que no puse mis libros en el librero...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.