Cuando desperté Iracema ya no estaba en la habitación, me tomé una ducha rápida, y me pasé intercambiando mensajes en el grupo donde estábamos Juanjo, Gustavo y yo.
La verdad sentí un pequeño dolor al no verla aquí, pero, bueno, debe ser porque mi mente aún tiene fresco ese sueño.
Al salir de la habitación me crucé con Gerardo, quien iba acompañado de sus amigotes Iñaki y Rafael, los tres me ofrecieron una mirada desafiante, pero yo, como un ser educado los saludé levantando la mano hasta mi frente y rascando ni piel con el dedo del medio... obviamente, siendo un chico maduro, responsable y diplomático.
No podían hacer mucho, por ahora, pero estoy seguro que si esos 3 tienen una ventana libre durante el intercolegial, lo van a aprovechar.
Sin embargo, en ese momento lo que menos me interesaba era prestar atención a sus amanezas.
Ahora que estoy en el patio, camino con rapidez, porque lo que realmente me interesa es llegar hasta mis amigos.
Al fin los diviso, los 5 estaban sentados en una de las sombrillas de paja, tomando alguna bebida.
Josefina me levanta la mano bien a lo alto, la veo bastante alegre, supongo que lo de su desmayo tampoco dejó secuelas en ella, eso me alegra.
—Primooo, ven, ven, rápido que te estás perdiendo un chisme.
—¿Por qué debería interesarme un chisme?—Pregunto mientras meto mis manos a los bolsillos dd mi buzo, y tomo asiento a lado de Jose... realmente, en medio de Jose y de Iracema, obviamente bajo la atenta mirada de Gustavo y Juanjo, Yara estaba muy enganchada en el chisme, que ni se fijó en mi.
—Por qué se trata de Gerardo...—anuncia Jose cruzándose los dedos de sus manos para ofrecerme una mirada de complicidad, por supuesto que mi prima me conoce.
—Ahhh, bueno, eso si me interesa ¿Qué pasó?
Jose mira a Gustavo atentamente quien evidentemente se derrite ante la mirada de mi prima, así que resuelvo dándo una pequeña patada bajo la mesa a su tibia.
—¡Hijo de...!—Exclama
—¡Ay perdón perrooo! No sabia que era tu pierna.
—Pues pateaste como si lo supieras...—Me saca el dedo del medio, pero Juanjo de la un golpe en la cabeza. —¡Hey!
—Perdón, no sabia que tenias cerebro... no seas mal educado frente a las chicas y ve al grano, que l próxima, el que te patée sin querer seré yo.
Las chicas rien, y la verdad es que me colgué mirando a Ira, aunque de fondo Yara me sonreía a mí. ¡Dios! Tengo un problema... no, dos problemas.
—Bien, en la clase de hoy, con Atria, Gerardo hizo un comentario fuera de lugar. Estábamos dando Anatomía de combate y el idiota salió a decir que las chicas no podrían compararse en fuerza a los chicos, que no importa cuando recemos lo de <<Igualdad>> Así que ¿Qué crees?
>>Lo llamó al frente, luego a Yrupé...
—Lo que pasó a continuación... definitivamente quedará para la historia—Anuncia Juanjo riendo...
—Atria dio la orden de golpear...—Yara bebe su bebida de a sorbos mientra habla—.Gerardo no tardó un segundo en dar contra el piso.
>>La cara se le hizo añicos, pero Atria con el afán de humillarlo más lo sanó y mandó a su lugar, fue el hasme reir del aula.
—¡Mierda me perdí de lo mejor!—Digo en verdad algo decepcionado por no haber presenciado semejante espectáculo.
—Sí, pero ya veremos si se sigue haciendo del idiota con esos comentarios de mierda—Añade Juanjo mientra abre un paquete de galletas.
—Voy un rato a la cantina ¿Alguien quiere algo?—Pregunta Ira, todos niegan, la verdad es que tengo hambre, pero me da vergüenza pedirle algo, así que también niego.
—¡Qué raro!—Exclma Juanjo—Es tu hora de la merienda chatarra titulada Lurietarra.
—¡Idiota!—Exclamo entre dientes y miro a Ira para volver a negar—Gracias Ira, en verdad no quiero molestarte, ya iré luego antes de que vayamos a entrenar.
La chica sólo sonríe y se retira tímidamente, pero al segundo Jose se levanta y la sigue.
—Entonces esos fueron los acontecimientos campeón—Gustavo también abre un paquete de galletas y me lo ofrece, pero son de vainilla y Dios, cómo odio la vainilla.
Yara se acerca más a mi, ahora que hay espacio entre lo dos, la verdad es que me pone nervioso, mi estómago se llenó de electricidad al tenerla cerca y su perfume entró en mis fauces.
—Yo no creo que el cambie ese pensamiento que tiene hacia las mujeres —Habla Yara mientras juega con su popote de metal—Estoy casi segura, que seguirá siendo un imbécil compulsivo por siempre.
—Creo que le tienes un poco de resentimiento —apunta Juanjo quién también me ofrece su merienda y vuelvo a negar, otr cosa que no me gusta ds la avena en galletitas.
—No es resentimiento, serían cínico de mi parte no admitir que lo quise, y pasé buenos momentos... pero sabes, siempre supe que había algo malo en él, en las vacaciones se pasaba controlando que hacia, con quien estaba, hasta de mis padres quería que me aleje cada que hablábamos por videochat... honestamente, creo que si no fuera por mi marca y mi don, yo seguiría con la cabeza abajo.
—Eso si es horrible Yara—Dije mirándola con tristeza.
—Sí —Juguetea con su cabello. Mientras volvía a dar un sorbo a su bebida—. La verdad muchas cosas que pasé o que viví, ahora se me hace triste.
—Supongo —Habla Gustavo mientras bebe de su vaso— Qué tenia miedo de perder de vista a la chica más linda de la Colmena ¿no lo crees Luriel?
¡Maldito! Ahora mismo lo que menos quiero es coquetear con Yara, tengo la cabeza muy mezclada, así que sólo le ofrezco una sonrisa ténue.
—Mmmm hummmm Luriel siempre se preguntó como una chica tan linda estaba con semejante primate—Juanjo me mira mientras dice eso, y me ofrece una mirada llena de interrogantes. ¡Puta! Él ya se dió cuenta de mi reacción esquiva— Pero Yara... cuéntanos ¿Cómo vas con tu entrenamiento y tus dones?
Ella comenzó a hablar, y Juanjo estiraba la conversación más y más lejos de algún elegido o Halago. Gustavo miraba la escena extrañado, hasta que comprendió por mi expresión que mi deseo era NO conquistar en este momento a la chica.