El internado, La colmena

Capítulo 71. Hagamos la tarea

—Señor Gianti—Orkias se levanta de su escritorio y viene hasta mi, me aprieta la mano y yo correspondo—¡El mismisimo Cario! ¿Sabes que gracias a tu impecable actuación me gané  una importante apuesta con Elsa y tu madre?

—¡Dios necesito ser el que hace las apuestas y dejar de ser el apostado!— digo mientras bajo mi mochila sobre su escritorio y tomo asiento, faltan 10 minutos para que inicie la clase eso significa que tengo 10 minutos de tiempo para hablar con Orkias.

El hombre enciende un cigarrillo mientras esboza una sonrisa en el rostro, le da una calada profunda para luego beber su café.

—Esa cara demacrada, las ojeras pronunciadas y el cabello demasiado bien peinado, me dice que has tenido un mes terrible—Orki baja la taza de café y vuelve a darle una calada al cigarrillo.

—No me fue tan mal, al menos en lo que tenga que ver con el entrenamiento, lo que me consumió fueron las tareas y compartir habitación con Iracema...

Orkias apaga el cigarro en el cenicero, se cruza de brazos y me analiza detenida y cuidadosamente.

—¿Mal de amores?

—¡Una mierda!—confieso suspirando.

—Mmmm se lo que se siente chico, pero eso no puede detenerte, al menos aún no, ya cuando pase el peligro prometo no interponerme en lo que sea que hagas para sanar.

—Espero no llegar a ser un borrachin como tú.

Orkias levanta una ceja, pensé que me iba a llamar la atención e imponer un castigo, pero al final termina afirmando y haciendo un mohin de comprensión.

—¿Qué tanto se daño su relación?

—Podemos trabajar juntos si es a lo que te refieres. Ella es profesional y yo sé sufrir en silencio.

— Esa es la mejor habilidad niño, créeme.

Mi maestro va hasta su armario, se coloca una insignia, y luego viene hasta mi, miramos el reloj y nos damos cuenta que nos queda poco tiempo antes de que me marche a la sala.

—Pero dejemos eso. Yo vine a otra cosa— digo levantándome de la silla—, primero a ver que estas vivo. Eso me aliviar.

—¡Gracias a ti Luriel!

—Me alegra saber que hago algunas cosas bien... y segundo. Quiero saber que piensan hacer con el tema de la Interpol.

Orkias me observa cruzándose de brazos, achica sus ojos y me estudia con cuidado, suelta el aire retenido en sus pulmones y finalmente habla.

—¿Tienes yn espíritu acompañante?

— Algo así —Me encojo de hombros.

—Mmm es solo un espíritus del internado.

—Sep...

—¡Vaya mierda! —dice sonriendo—, ya tienes acceso a secretos...—levanta sus cejas pero finalmente decide hablar—En fin, ya tu padre se está encargando del tema, lo que sé es que nos intervendrán, pero nada que no se pueda solucionar, el internado debe seguir funcionando y cuando no encuentren nada, hacemos una pequeña demanda al estado y listo, ya los padres de Gerardo y Vega se van a encargar de eso ya que trabajan en leyes, tú no te preocupes por eso... hay otras cosas más importantes.

—¿Por ejemplo?—pregunto algo agotado cuando me pasa una fotografía, observo con cuidado, es la estación de tv que había explotado y en la captura se ve a una mujer  vestida muy provocativa, se me hace algo familiar.

—¡Es la directora del centro tecnológico! ¿Alelí?—pregunto por lo alto sorprendido. 
 

—Eso parece, y según esto... fue la causante de la explosión, el problema, es que ella no es una mata abejas...

—¿No?

—Es una viuda negra... mira—me señala el cuello y allí se observa el tatuaje de un reloj de arena en rojo.

Le devuelvo la fotografía frustrado, por que en verdad estoy muy cansado, y eso que apenas estamos iniciando esta travesía, siento que me agobio, que mi cuerpo se hace trizas y mi corazón un ovillo de preocupación.

—¿Significa que Mata abejas y viudas negras trabajan juntas?

—Es lo que apunta la evidencia querido Luriel, sin embargo. Esto nos ayuda mucho, ahora nuestros enemigos tienen rostro...

—Eso al menos.

Salimos juntos de su oficina y caminamos juntos en dirección a la clase de Astronomia guarani y lenguaje precolombino.

Definitivamente esto es mejor. Estar en el internado, volver a ver a Orkias. Aunque no me quejo de la hospitalidad de los originarios, allí no me sentía en la libertad de correr a mi cuarto y encerrarme a mi antojo aquí si.

Los estudiantes que pasan cerca nuestro se detienen unos segundos para hacerme el saludo yo correspondo a todos hasta que llegamos a la puerta del salón.

Mi par ya estaba sentada en su silla, y cuando la veo giro para mirar a Orkias con ruego.

—¿Puedo trabajar con otra persona?

—¿Qué crees que es esto la oficina de los deseos? No hay caridad para ti... si te toca sufrir, vas a sufrir Luriel.

—Ok, ok—digo soltando el aire que me presionaba el pecho—, bueno, dime ¿Qué haremos ahora?

—¿Dar clases? ¿No es obvio?—pregunta cruzándose de brazos.

—Hablo de la vida negra y los mata abejas Orkias.

—¡Ahhh eso! Por el momento relax niño, debemos fingir apariencias, necesitamos que te desestreses y que te comportes como un adolescente de 15 años normal...ya te avisaré cuando vamos a actuar.

Orkias me sacude el hombro y acomoda un mechon de cabello que cayó sobre mi ojo.

—Les toca excursión esta semana, y ONU, los necesito concentrados, que los de la Interpol vean a niños millonarios preocupados por sus futuros. Buscando el aprendizaje de excelencia.

—¿Vamos a salir de La colmena sabiendo que hay un montón de peligro?

—¡Por su puesto! La idea es que crean que no tememos y que la gente normal vea a jóvenes adinerados haciendo cosas de jóvenes adinerados, así que... eso haremos, es más, adivina el cumpleaños de quién nos tocará festejar en plena salida.

—¡Me wstas jodiendo?

—Ese no es un nombre, pero asumiremos que dijiste Iracema...

—¿Disfrutas mi sufrimiento?

—Como no tienes idea... por cierto a tu lugar.

Me adelanto a la clase y antes de ir a sentarme junto a Ira saludo a mis amigos, Orkias también pasa y se sienta sobre su escritorio mientrad enciende la pizarra digital.




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