El internado, La colmena

Capítulo 87. Carina

El aroma a Jazmín invade mis fosas nasales, siento mi cuerpo pesado, sin ganas de hacer nada, sin ánimos de abrir los ojos o respirar. Cada músculo que tengo se siente cansado, tenso, adolorido, como si Orkias hubiese puesto a mi cuerpo correr 5 vueltas a la cacha. 

—¿Quieres dar una vuelta?—Pregunta una voz familiar, no contesto, se que me habla a mi, pero estoy tan cansado —. Luriel, sé que me escuchas, no me hagas repetir la pregunta.

Mirena, es ella, abro los ojos, solo para darme cuenta que realmente no los abrí físicamente, sino que estoy como espíritu sobre mi cuerpo. 

—Eres perezoso— Se queja la chica mientras sobrevuela mi cuerpo, yo la sigo, aún no soy bueno en esto y siento como si el aire me llevara de un lugar a otro.

Miro el cuarto, para ver la imagen de Yara e Iracema sentadas en la cama de esta última, Yara le está haciendo unas trenzas y ambas miran hacia mi, no logro distinguir lo que dicen aún siento mucho ruido de interferencia. 

—¿El mundo astral aún no es lo tuyo, ah?—Se burla Mirena—. Estan diciendo que eres un idiota, pero que tu valentía hace que valga la pena tenerte de compañero. 

—¿Lo dices en serio?—Pregunto embelesado por Iracema, quien no ha despegado sus ojos de mi.

—No tengo porque mentirte Luriel—Vuelve a decir estirándome las manos, y ahora puedo escuchar mejor la conversación de las chicas. 

—Lo que me molesta de él es que es todo un terco—Iracema se pasa la mano sobre la nariz y luego la arruga, sus ojos están brillosos, como si quisiera llorar. 

—Por el contrario, es lo que a mi me gusta de él, o sea, que sea tan constante en lo que hace ¿Has notado que cuando escribe o estudia es como que el mundo no existiera para él?—Yara suspira—. Se ve tierno, sexy...

Iracema guarda silencio, ya veo, ella aún no le ha dicho a Yara lo que siente y mucho menos que nos hemos besado. 

—Lo que realmente me molesta—Continúa Yara mientras ata la trenza de Iracema—. Es que sea un misterio, que sea un enamoradizo y que cada chica que se le interponga se convierta en su amor... no quiero sonar pretenciosa, pero creía que me daría más importancia a mi.

—¿Qué dices Yara?—Iracema voltea a ver a la chica con algo de miedo.

—Que creo... no importa.

—Dilo...

—Sí, dilo—Mirena suena más intrigada que la misma Iracema. 

—Que aparentemente Floren tenía razón,  que ya no soy importante para él, que al final, le gusta otra, más de lo que yo le gustaba. 

—¿Por qué sacas esas conclusiones?

—¡Sí! ¿Por qué?—Mirena cada vez suena más divertida y yo estoy incómodo.

—Por que no me mira como antes, y no se preocupa por mi, como lo hacer por otras...

Iracema está por decir algo, pero Yara le hace un gesto para terminar la conversación. 

—Mira las tontearías de las que estamos hablando—Dice Yara yendo hasta su cama—. Encerrados por 48 horas y nosotras hablando de Luriel Gianti como si fuera lo más importante del internado...

—¿Estás bien de verdad Yara?

—Sí, sí, mejor... hagamos lo que Orkias nos pidió para proteger el cuarto, hay un traidor... y no sabemos quién es. Debemos cuidar al Cario. 

—Sí, debemos cuidarlo.

Iracema y Yara se ponen de pie y realizan una invocación, mientras Mirena se pone delante mío y me opaca la visión.

—¿Qué pasó entre Ira y tú en ese viaje?—Pregunta curiosa y divertida

—Qué te importa, además, lo que dicen las chicas es verdad, hay cosas más importantes, ¿Podemos recorrer el lugar y ver si descubrimos al traidor?

—Amargado...—masculla entre dientes Mirena mientras se cruza de brazos, pero finalmente hace un gesto para darme la razón—. Bien, te cuento que ya lo he buscado—Mirena no suelta mi mano y me guía entre las paredes, pasamos de cuarto en cuarto y así me es más fácil volar. 

>>Y no hay un puto indicio de que el traidor haya debilitado las protecciones de La Colmena, lo que quiere decir que sea lo que sea que haya hecho, lo hizo usando tu cuerpo de puente, por lo que, debió hacerlo rápido y debió estar cerca tuyo.

—¿Dices que estaba en mi sala?

—Lo aseguro—Mirena y yo nos detenemos en medio de la sala de Dirección, Elsa está sirviéndose un té mirando hacia el patio desde su enorme ventanal—. La persona que estaba haciendo esa manipulación, o estaba en tu salón, o estaba pasando por los pasillos, porque el efecto fue inmediato, ni bien atravesé las paredes me di cuenta que había mucha interferencia entre tú y yo, por eso no me veías, intenté mostrarme a tu prima en un comienzo, pero nada, así que hice mayor ruido con mi vibra para llegar a Anastasia...

—Ella si te registró...

—Y cuando lo hizo, dejaron de hacer la interferencia, pero tu cuerpo ya estaba contaminado con esa sustancia, creo que era una mezcla de veneno y alguna hierba relajante... lo activó con algún tipo invocación, y menos mal, pude notar como salía ese humo de tus hombros... o todos estarían tirados en el suelo aún. 

—¿Katú?—pregunto cuando ella comienza a Negar—Cuando ellos entraron a la sala, ya estaba bloqueda, por ende no es Katú, ni Yrupé, ni Gerardo... al menos no son los autores de esto. 

—Estamos entre 21 en clases, quito a Juanjo, a Jose y  a Gustavo de la lista, no creo que sean ellos. 

—Yo tampoco—Mirena me suelta y me deja flotando solo, no sé a qué esperamos, pero si me trajo aquí es porque algo sabe—. ¿Alguien que amerite tu sospecha?

—Honestamente, a parte de Katú, no...

—¿Alguien que te odie a parte de Gerardo?

—Sus amigos, pero son muy tontos...

—Por lo que escuché Florencia no es que te quiera—Se ríe sonoramente y sólo le hago un ademán de enojo, debería hablar con Floren para que deje de decir esas cosas de mi, sólo me deja mal ante Iracema. 

—Bien, por lo menos tenemos un grupo más reducido, cuando se levante el confinamiento podremos estudiar mejor la lista de mi sala y estudiarlos a profundidad. 




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