El internado, La colmena

Capítulo 89. Gianti

Al salir del baño, la imagen que captan mis ojos me quitan un sonrisa de incredulidad, en verdad estoy tan enojado con ella que me molesta que quiera demostrar interés, por que se me hace hipócrita ahora.

—¿Qué haces en mi cama?—pregunto a Iracema que coloca  el botiquín en su regazo mientras me acerco.

—Solo quiero curarte eso—señal mi mano.

—No necesito...

—Las gotas de sangre que siguen cayendo me dicen lo contrario Luriel, no seas terco y ven aquí.

—No me dejaste terminar... no necesito que tú me cures, puedo hacerlo yo.

—¿Qué diablos te pasa Luriel?—pregunta entrecerrando los ojos cuando me arrojo a su lado, le quito el botiquín e intento sacar la gasa, pero ella me lo vuelve a arrebatar.

—¿De verdad vamos a iniciar este jueguito tuyo Iracema?—levanto las cejas pero al segundo cambio de expresión porque tomó mi mano y le puso alcohol sin más—¡Carajo!

—¿De qué hablas?—pregunta mientras limpia la sangre.

—De que solo existo o te preocupas por mi cuando Yara no ve ¿Entró a bañarse? ¿No nos oye? La respuesta a todo eso estoy seguro que es sí.

Iracema no dice nada, solo limpia mis heridas, la cara se le tiñe de rojo, y sus ojos me evitan.

—Dime, es por eso que estás a mi lado ¿verdad?

—Deja de decir estupideces...

—¿Lo son? O son una verdad incomoda para la guerrera.

Me acerco más a ella, no se mueve, solo continua con su trabajo.

—¿Hasta cuando me vas a negar ante tu amiga Ira?

Ella se detiene en seco, alza los ojos a la altura de mi rostro, me estudia, y su labio inferior comienza a temblar.

—No estoy negando nada.

—No decirle a Yara que te gusto, es negarme. No decirle que mueres por mi, que me besaste...

—Nos besamos...—corrije y se da cuenta que las palabras que quería salieron de su boca—. No se lo voy a decir Luriel... y tú deberías de considerar...

—¿Salir con ella?—río—. Lo intente, pensé que era el amor de mi vida, es más... pero no lo es... ¿me pides eso por que volviste con Katú?

—Yo no regresé con él... si hablas por lo de la mañana, sólo me invitó a desayunar con él en su mesa, y a hablar  de cosas, que no tienen que ver con nuestra relación...

—¿De verdad crees que su única intención es hablar contigo? Es evidente que quiere hacer que regresen.

La chica queda quieta, termina de colocarme la gasa en la mano, y comienza a guardar la cosa en el botiquín, se apresura, porque escuchó que el termocalefon dejó de funcionar.

—¿Ya terminó el minuto de "me preocupo por ti "?

—No seas injusto conmigo Luriel.

—¿Yo soy injusto?—desordeno mi cabello y me pongo de pie ante ella—. Yo te dije lo que sentía, tuvimos un momento fenomenal... pero llegamos aquí y lo primero que haces es ignorarme e irte con Katú... y yo soy el injusto.

—Baja la voz Luriel.

—¡Oh! Lo olvidé...—me vuelvo a mi cama y me tapo con la manta—. Yo soy tu  capricho.

—No digas eso, Luriel, no es eso, es que...

—No lo quiero escuchar, tengo cosas más importantes que estar pensando, a quedarme con el eco de tu desprecio en mi cabeza. Mejor... ve a dormir.

—Sabes ser idiota cuando quieres.

—Es mi Don Iracema, gracias.

La puerta del baño del baño se abrió y Yara salió de allí, Ira arregla el botiquín, y yo estoy tapado hasta los hombros, mirando hacia la pared, odiando todo lo que tengo al rededor, a Carina, a Aleli, a Danae, las estúpidas mata abejas.

Tengo demasiadas cosas en la cabeza, como para que además tenga que lidiar con el rechazo de Iracema. Si vuelve con Katú que lo haga, total, tengo otras cosas de las que preocuparme.

—¿Has comido algo?—pregunta Yara a Iracema, quien susurra la respuesta, no alcanzo a oir—¿Luri quieres algo para comer? Orki te trajo cosas.

—No tengo hambre, gracias. 

—Ok, yo sí comeré— dice ella.

La ignoro, cuando estoy por cerrar los ojos, suena mi recordatorio... <<Puta madre>> olvidé al señor de la noche.

Me siento de golpe y agarro el celular.

Luriel 20:07

—¿Cómo carajos hacemos lo del señor de la noche?

Juanjo 20:07
—Orki dijo que lo dejemos en la ventana
 


 

Luriel 20:08 
 


 

—¿Y a qué hora me lo iban a decir?
 


 

Gustavo 20:08
—Honestamente, no creímos que ibas a despertar hoy.

Luriel 20:09

—Son pésimos amigos.

Juanjo 20:09
—Para qué negar lo... en fin ¿Estás mejor?

Luriel 20:09

—De puta madre... encerrado con Iracema y Yara, imaginen mi felicidad.

Gustavo 20:10
—Cuando se acaba el amooooor, todo es gris.

Luriel 20:10
—Deja el amor para los surtudos. Buenas noches perros. 
 

Bloqueo el celular y presto atención a mi alrededor, para darme cuenta que Yara está consolando a una Iracema que llora descontroladamente, secándose las lágrimas. Ambas sentadas en la pequeña salida de star.

—¿Qué pasó?—pregunto preocupado.

—Es lo que intento saber—Yara acaricia la espalda de Iracema mientras la chica sigue llorando.

—¿Qué pasa Iracema?—pregunto cruzandome de brazos.

La chica no contesta, solo sigue allí con los brazos cruzados, espero un segundo y cuando veo que no piensa responder, pongo los ojos en blanco y volteo para ir en busca de algo que tomar y mi ofrenda para el señor de la noche.

—¿Si se lo digo dejaras de tratarme como basura?

Sus palabras me dejaron helado, yo no tenía idea de que esa era la manera en la que ella se sentía, y mi estómago se retuerce por ello.

—¿Estás llorando por mi culpa?—Ira no me mira y Yara queda con el ceño fruncido, me muerdo el labio inferior y odio esto. No es lo que quiero, no es el momento para agregar más drama a mi vida, al menos no quiero de estos—. La mento haberte hecho sentir mal Iracema, en verdad, no quería que te doliera, pero tampoco puedo reprimir lo que siento, y solo te dije la verdad, prometo, no volver a ser grosero, pero tampoco voy a callar lo que me hace sentir tu forma de actuar... yo no te quiero presionar a nada...




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