El internado, La colmena

Capítulo 93. Amor

Llego al gran salón, la mayoría se comienza a acomodar en las literas provisionales que armaron para nosotros, busco a mis amigos, pero no logro dar con ellos.

Solo me queda ver la ficha que me entregó la profesora que estaba en frente distribuyendo nuestros lugares con el número de fila y pasillo de mi litera.

Mientras busco mi lugar me cruzo con Vega quien tenia colgada del brazo a Aline.

—Luri, bebé ¿Tienes idea de que esta pasando?—me pregunta la chica mientras se coloca bien el mechón de cabello que le cubre los ojos.

—No, también estoy a ciegas en esto.

—Es un poco incómodo dormir con otras tres personas —Aline habla con su suave vocecilla—. Mucho más incomodo dormir en el mismo lugar que otros 399.

Reimos los tres, por que en verdad suena horrible, pero mejor reír que llorar.

—Bueno bebé,—vega pone una mano en mi pecho y me da un beso en la mejilla, se siente bien, su cercanía —. Nos vemos luego, quizás podamos hablar un poco más tarde.

—Claro...

—Ay ¡Por Dios!—Aline me golpea el brazo para apartarme—. Deberias pedirle de una que sea tu novia y dejen de jugar al coqueteo tierno.

—Definitivamente —Vega habla a su amiga—. Tú no aprecias el romance cocinado a fuego lento.

Aline pone los ojos en blanco, y yo no paro de reír, cuando siento un leve empujonazo para apartarme del camino, no pasan segundos para darme cuenta que es Iracema, porque el aroma a su perfume invade al instante mi nariz.

—Creo que hemos enojado a la novia—Aline vuelve a hablar, Vega y yo la miramos con intensidad y ella se encoge de hombros— ¿Qué? ¿No son novios? Por cómo los vi en U cumpleaños...

—No, y al parecer, ya no somos ni amigos...—contesto con un poco de enojo, pero conmigo, porque automáticamente recordé nuestros besos y el pecho se me hizo un agujero gigante.

—Dejemos las tonterías—Vega habla a Aline—. Nos vemos luego nene.

—Vale, hermosa, hablamos luego.

Me voy alejando de las chicas, y sigo a Iracema quien camina con premura hacia su litera, la cual resulta está a lado de la mía, ella gira de manera brusca al ver su nombre y en la cama contiguas el mio, por lo que terminamos chocando, mejor dicho ella contra mi.

—Deberías atender más tu camino—Digo mientras la aparto y voy hasta mi litera—. Puedes ir a quejarte si quieres, pero no te van a cambiar de lugar. Nos quieren uno a lado del otro—Sueno arrogante, lo sé, pero esta es mi actitud de defensa ante la vulnerabilidad que me da recordar que me puede derretir con un simple gesto, caricia o susurro.

Iracema solo pone los ojos en blanco y toma asiento en su litera sin decir nada, quita el celular de su bolsillo y veo que abre la aplicación de wattpad, se coloca los anteojos, e imagino que se puso a leer, no alcanzo a leer qué es lo que lee, pero la veo muy concentrada.

—Luriel—Jose se sienta a mi lado,  la tomo en mis brazos, porque su voz estaba quebrada, su piel aún está caliente, y su llanto llega a mis oídos.

Iracema voltea a ver la situación. Frunce el ceño y se qué está dudando entre venir o no a dar un abrazo a la chica, le hago un gesto, y ella se pasa a mi cama, dejando se celular sobre su colchón y rodea con sus brazos a Jose que está recostada en mi hombro.

—Fue horrible—Susurra en mi oído —. Vi una guerra espeluznante —imagino que se refiere a la batalla contra Carina—. Y una mujer me decía que vaya al Tapekué, que buscara almas para ella.

La piel se me eriza, el corazón me da brincos agigantados, la garganta se me seca y lo nervios me consumieron.

—Su voz era potente, me sonaba familiar, pero no lograba definir quién era, o dónde la había escuchado.

—Tranquila Jose, todo está bien ahora.

—¡No!, ella no me va a dejar en paz.

Se aparta, mira a Iracema, luego a mi, sus labios tiemblan y sus ojos están manchados por el maquillaje negro. Ira pasa sus dedos sobre sus mejillas para retirar la mancha, Jose deja que lo haga, está muy consternada y necesita bastante contención.

—Ella me pedía que los mate, a ustedes, que lleve sus almas, yo luché con todas mis fuerzas, pero logró inmiscuirse en mi...—señala su estómago —. Los encontró, y fue en ese momento, en que los tres caímos... aún la siento dentro Luri—susurra.

—¿Sientes a alguien dentro tuyo?—Pregunta Iracema colocando el cabello de Jose tras su oreja. Mi prima afirma y eso hace que Iracema y yo nos intercambiemos una mirada.

—Si ella siente eso...—digo susurrando.

—Es por que está —completa Iracema y coloca su mano sobre su vientre, cierra sus ojos y susurra alguna invocación que no entiendo, aún quiero saber como es que ella sabe más cosas que yo—. Hay residuos de almas negras—dice preocupada—. Deberiamos decirle a algún adulto...

Yo niego. Porque ahora no sabemos ni es quien confiar. Alzo la vista para darme con los guardias del internado, algunos profesores que recorren los balcones y nos ven desde arriba, y en el escenario, veo a Elsa, Julissa, Atria, mi tía Elara y la mamá de Ira, Maitena.

Escaneo el lugar y logro dar con un pasillo despejado, está oscuro y da a una puerta, que si mal no recuerdo da a un depósito.

—¿Sabes hacer un ritual de Limpieza?—Pregunro a Iracema y ella afirma—. Bien... cuando las luces se apaguen, vamos a ir allí —señalo el lugar de forma disimulada—. Hacemos el ritual. Me enseñas como se hace, y luego volvemos.

—¿Estás seguro?—pregunta ella—. Nunca hice uno, Cenit sólo me mostró..

—Confío en ti Iracema —dice Jose tomando la mano de la chica. Eres fuerte e inteligente, se que podrás.

Las chicas se quedan mirando por un tiempo, y puedo ver en Iracema el alivio de saber que Jose confía en ella, y no la desprecia como pensó que iba a pasar por el pequeño lío que tuvo con Yara.

—¡A sus literas!—Ordena Elsa—. Celulares apagados y silencio absoluto ¿Ok?

—¡Sí, rectora!

No miramos entre los tres, aprieto las manos de Jose y ella me da una leve sonrisa, las chicas se levantan de mi cama, y van a las suyas, nos acomodamos, al igual que el resto, segundo a segundo lo murmullos se van apaciguado, se hacen menos audibles, hasta qudbdesaparecen por completo.




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