El internado, La colmena

Capítulo 94. Delirio

¿Quién necesita dormir? En definitiva yo, no. Estoy tan feliz por el beso de anoche, por la confusión de Ira... dijo que me quería... y eso se repite una y otra vez en mi cabeza.

El alarma sonó puntualmente a las 6:30 pero yo estaba despierto mucho antes.

Podría ser fácilmente un psicópata, si, por que cada que tenia la oportunidad de abrir los ojos, los posaba en Iracema. Se ve tan tierna y frágil, pensar que podría destruir monstruos con un simple movimiento y que sus ojos son fuego cuando está furiosa.

Nos levantamos, ella se rasca los ojos y se acomoda en la litera, como si fuera un pequeño gatito desorientado, mira a todas las direcciones, busca su celular y cuando lo encuentra suelta una sonrisa discreta, levanta sus ojos y niega ligeramente con la cabeza.

Luriel 6:00

—Buenos días princesa guerrera, ¿a qué hora puedo darle los besos de hoy? 😏

Ella comienza, a teclear con rapidez, mi corazón da brincos, es como si flotara, como si tuviera pajararos en vez de órganos en mi pecho.

Iracema 6:32
—Alguien amaneció impaciente hoy 🙊❣
 


 

Sonrío de nuevo como tonto, al ver el mensaje y ni que decir cuando ella me guiña un ojo, listo, me tiene, me puede, me enloquece. 
 


 

Luriel 6:32
 


 

—Ufff mándame más corazones y cuando estemos juntos no te suelto, Iracema 😻.
 


 

Ella se tapa el rostro y se tira a su litera. ¿Por qué no estamos solo ahora?
 


 

Vuelve a agarra su celular y teclea acostada.
 


 

Iracema 6:33
—Dijiste hablar... 🙈
 


 

Luriel 6:34
—¿Y mis corazones? 😔 ¿Ahh no se habla así a caso?
 


 

Iracema 6:34
—Me estas sonrojado 🙈
 


 

Luriel 6:34
 


 

—Lo veo y me gusta... 😍
 


 

Iracema 6:34
—Basta, concéntrate Luritonto, tenemos muchas cosas que hacer, ya vamos a hablar cuando tengamos libre. Ahora debemos trabajar, Luri
 


 

Luriel 6:35
—Ya te dije que tú no puedes decirme Luri 😒
 


 

Iracema 6:35
—Sdñor Cario supremo 🙄
 


 

Luriel 6:35
—Está mejor... 🤔 pero prefiero que me digas MI AMOR. 😏
 


 

Se levanta de un brinco con una sonrisa que ilumina su rostro, arroja su celular en la cama, lo tapa con su frazada, se coloca la capucha de su canguro y se retira. 
 


 

Me muerdo el labio inferior, y agradezco a la vida haber tenido la oportunidad de ver como reacciona ante mensajes. ¡Ya quiero que la pesadilla acabe para centrarme solo en nosotros. 
 


 

—Luriel—La voz de Yara hace que esconda el móvil cuando la veo. Ella está parada delante mío, sus ojos reflejan que no pudo dormir nada, y su semblante denota cansancio.
 


 

—Hola Yara...
 


 

—Disculpa—dice mirando hacia otro lado, yo fruzo el ceño sin poder entender las disculpas. 
 


 

—No entiendo...
 


 

—Actué mal estos días... no fue mi intención hacerlo, o sea, me dolió, la verdad, mucho, saber lo de Iracema y tú... pero...—Ella se acomoda el mechón que se le cae sobre los ojos—. Yo dije a Iracema, que si tenia una oportunidad contigo la iba a aprovechar, por más de que ella me mintió, sabía que le gustas, y se lo dije justo por eso, porque no iba a pensar en si daño o no sus sentimientos. Ella hizo lo mismo... y la entiendo.
 


 

Yara al fin mira a mis ojos, y siento su pena, pero no me siento incómodo, ni lastima por ella, sólo siento compasión, por que creo que al final también hice cosas mal, como decirle que me gusta, o coquetearla.
 


 

—Lo siento yo, Yara, por haber hecho esto, cuando me preguntaste si...
 


 

—No— me interrumpe poniendo se de puntillas—, no fue tu culpa, fue mía, por... hacer las cosas de forma precipitada, yo asumí que me querías, y la verdad es que sólo... te atraía, y en en serio, respeto que quieras a Iracema, se nota, pero quiero ser honesta contigo, y con ella... porque lo que te digo a ti, también se lo diré a ella... si tengo una oportunidad, de demostrarte que te quiero y que puedo ser la persona indicada para ti... lo haré, no me voy a meter en lo que tengan, lo juro, que respeto esas cosas, pero si ustedes se alejan, recuerda que yo estoy para ti. 
 


 

Yara simplemente voltea y se va, no voy a negar que lo que me dijo elevó mi ego por las nubes, pero también, hace que quiera traer más a Iracema hacia mi, que el mundo sepa que ella y yo tenemos algo, el problema es que va contra las reglas, y la deserción escolar no es una opción para mi. 
 


 

Camino hacia los baños, y me encuentro con mis amigos, ellos están muy concentrados en sus celulares, hasta que escuchan que aclaro la garganta, levantan la vista y saludan de forma indiferente.
 


 

—Buen día perro...—dicen al unísono.
 


 

—Muy concentrados... ¿qué ven?
 


 

—Yo—dice Juanjo mientras levanta el celular—. Noticias...
 


 

—Yo también —Gustavo parece mascar chicles.
 


 

Es raro que ellos vean las noticias, es lo último que les interesa. 
 


 

—¡Qué mierda esto de los baños!— Gerardo se queja atrás, ni volteo a verlo—. Me está hartando tener que vivir esta mierda por culpa de unos cuantos mimados. 
 


 

Aprieto el puño, pero respiro profundo para no voltear, no quiero montar un espectáculo en medio de tanta gente.
 


 

—¿A qué te refieres?—Pregunta Yrupé con la voz queda y a la conclusión que llego es que Katú también está allí. 
 


 

—Ayyy niña, ya sabes, unos tienen complejo de persecución por comer algo que les cae mal, y nos afecta a todos. 
 




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