El internado, La colmena

Capítulo 98. Recolector de Almas

Los Pora iniciaron el ataque, no me dan las fuerzas para entender qué pasa, sólo funcionan mis oídos, los cuales me indican que Carina está masacrando a los espíritus, pero estos no le dan tregua, al contrario, su ritual se ha detenido. 

Con la visión nublada, tengo suerte de seguir consiente, lo sé. 

—¡Mierda, es la arteria braquial, se desangra!—  la  voz de Katú es apenas audible en mi cabeza que retumba, como si estuviese bajo el agua a metros de profundidad—. Llama a Cenit, o a Zunú, voy a intentar detener el sangrado. 

Mi respiración se hace más lenta, mi cuerpo se siente frío, pesado, como si fuera un trozo de hielo, que flota en un vaso de agua. 

<<Cubito de hielo>> 

La voz de Iracema se hace eco junto con ese recuerdo lejano, ¿Cómo está Iracema? ¿Cómo está Orki? ¿Dónde está Mirena?

—¡Está palideciendo!—Juanjo suena asustado. 

La presión que Katú había hecho sobre mi brazo se esfuma, acompañado de un grito de dolor, por lo que mi cerebro se imagina que Yrupé lo atacó. De inmediato vuelvo a sentir que alguien me presiona la herida, sin delicadeza un con desesperación. 

—Aguanta amigo—La voz de Juanjo es temblorosa y llena de pánico, por lo que deduzco debo lucir realmente mal—. Solo un poco más, ya llega Zunú. 

—Mainumby, pide a Anastasia que te de permiso de traer a Mainó, necesitamos despertar al Cario más que salvarlo. 

—Sí señor. 

—¿Va a estar bien?—Juanjo aún suena preocupado, el silencio de Zunú alarga su espera—. ¿Estamos Jodidos, no es verdad?

—No, La guerrera y El Cario no caerán, aunque mi cabeza ruede por ello, hoy, detenemos a Carina. 

El agarre a mi herida ahora es diferente, se nota la diferencia, ahora me siento seguro, como si las manos que me tienen, si serán capaces de sanarme. 

—Te va a doler Gianti—Susurra Zunú, pero eso ya lo sabes, estoy seguro que lo vas a aguantar. Una quemadura más... pero esta vez por tu vida—La presión se intensifica, sus largos dedos rodean los músculos de mi brazo, pero no en el lugar de la herida—. Cierralo, por favor, y evita que muera—Zunú también es un protegido del Señor de la Noche. 

No mintió. 

El calor del cigarro estaba dentro de mi cuerpo, y los gritos que salían de mi garganta no los podía detener, se siente como si alguien tomara mis venas, las estrira y quemara de a una, mi brazo duele, y quiero retirarlo, pero el agarre de Zunú se hace más fuerte. 

—¡No te me desmayes Cario! Sé que puedes aguantarlo—Dice, mientras de fondo a su voz escucho a Juanjo y Katú peleando para que no se acerquen a mi. 

—Señor—La voz de Mainumby suena desesperada, aquí está Mainó, pero Anastasia está intentando evitar que Maten a Orkias, Carina lo tiene bajo tortura, necesito permiso para ayudarlo. 

—¡Ve! Y dale a Anastasia todo lo que necesite.

—Sí señor. 

El sonido del viento cortándose me da la pauta de que ella e fue, yo sigo retorciéndome, mientras las manos peludas ahora sólo queman mi piel <<¡Puta madre como duele esto>>

—Un poco más Gianti—Dice entre dientes, ya no está sosteniéndome, por lo que creo que está evitando que se acerquen—¡Bien niño! Tienes mi respeto, no te desmayaste... ¡Mainó ahora! lo necesito listo para pelear!

—Sí, señor. 

Alguien toma de mi cabeza, abre mi boca, e introduce en ella una especie de pildora, no tengo que hacer ni el esfuerzo de tragarla, porque cuando hace contacto con mi lengua se disuelve.

Por un momento creí que no había solución para mi, hasta que sentí que mis músculos ardían, la respiración me apresuraba meter la mayor cantidad de aire exigiéndome que me levante.  

—Bienvenido, Cario—Mainó Saluda y yo no puedo corresponder al saludo porque estoy intentando respirar con normalidad.

—¡Ve a ayudar a Anastasia!—Ordena Zunú.

Él ya estaba luchando con unas gotas, por lo que me siento realmente mal, quiere decir que no pude detener el ritual de Carina. 

—¡Quita esa cara Gianti! que si no fuera por tus Poras, serian miles!—Zunú habla sin siquiera mirarme. 

El salón es realmente un campo de guerra, y los estudiantes parecen estar dispuestos a darlo todo para defender a la Colmena. 

Me pongo de pie y busco a Iracema con los ojos, logro verla, también con la herida cerrada, peleando a lado de Jose, luchando contra Florencia, Vega, Aline y Atria, tiene controlada la situación. 

—Necesito que ayudes a Anastasia... debemos detener a Carina. 

—¿Cómo? es indestructible esa mujer, trasmuta, nunca sabemos si la matamos o no—Digo quitándome los guantes, y tomando mi Takapé que estaba en el suelo. 

—Pues qué propones Gianti, te desperté porque eres creativo, sé que tienes una respuesta. 

<<¡Carajo!>> Esta es mucha presión. 

Pero Zunú tiene razón, ya tengo una idea, gracias a los 7, mi cerebro se mueve a velocidades que ni yo comprendo, y sé que puedo. 

—Mantente con vida—Digo a mi tutor.

—Crees que estas cosas podrán conmigo—Zunú arroja un vendaval hacia la Gota y esta se destruye en el aire—¡Jamás! recuerda que soy tu maestro, aún. 

—Soy más fuerte que tú...

—Pero te falta experiencia. 

—Nunca me vas a dejar con la última palabra ¿verdad?

—¡Jamás!

Salgo corriendo, el lo que Jaguarté llega a mi en su forma de Jaguar, con un trozo de Gota en su boca, sin dudar subo sobre su espalda, y vamos a toda velocidad hasta donde se encuentra Iracema. 

—Ven, sube—Digo a Ira, cuando veo que Josefina logra cancelar la manipulación de las chicas, y estas caen al suelo desmayadas.

—No, no puedo dejar a Jose—Ira me dice mientras bloque de nuevo un ataque que le da Julissa desde un extremo.

—¡Vete con Luriel! —Dice Jose mientras pone los ojos de un colo rojo fuego y de sus manos lanza como virutas de estrellas que impactan en gotas que Julissa utiliza como escudo—. Dejame a Aguará y vete, yo me encargo de esa perra. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.