El Jardín de la Inocencia

Capítulo 33

El Oráculo esperaba en el balcón del joven matrimonio, estos al verlo inmediatamente se inclinaron ante él.

— A los Dioses les agrada vuestra unión puesto que era verdadera, por ello les desean prosperidad – dice el Oráculo de manera majestuosa.

— Gracias mi señor – Aeolus se inclina y mira el suelo — nos conforta escuchar eso.

— Esperamos Guardián que de ahora en adelante no vuelvas a caer en rebeldía. Pueden levantarse.

Ambos se levantan y siguen observando al Oráculo, ya que no se presentaría solo para decirles que los Dioses aprueban su unión.

— Te he traído un regalo, puesto que te has visto envuelta en un juicio celestial que no te pertenecía, será tu regalo de bodas – el oráculo señala a Clara y la invita a acercarse para tomar asiento delante de él

— ¿Un regalo? – preguntaba sorprendida Clara

— Te otorgaré saber lo que quieras, solo una pregunta, del pasado o del futuro

Clara estaba sorprendida y emocionada mira a Aeolus. Este la mira, con un dejo de preocupación, por si quería saber sobre su pasado y lo que ha olvidado.

— Debes elegir muy bien tu pregunta – le contesta Aeolus

— Toma tu tiempo para elegir sabiamente, una pregunta errónea puede traer respuestas que quizás no quieras saber – cuestionaba el Oráculo

Clara se mantuvo pensativa, no sabía qué preguntar, luego miró a Aeolus para ver si él la ayudaba a elegir, pero él se mantenía mirando el suelo. Sabía que no la miraba para no influenciar en su decisión. Podía preguntar quién era antes de caer por el acantilado. Podría preguntar cuántos hijos tendría y cómo serían, o qué sería de ellos cuando tengan que abandonar el Jardín.

— Mujer, ¿Ya tienes tu pregunta? – pregunta el oráculo

Clara mira nuevamente a Aeolus, luego al suelo y finalmente al Oráculo.

— Si, ya sé que preguntar

— Formula tu pregunta

— Quiero saber que fue de Dan al salir del Jardín de la Inocencia y porque regreso a él.

Aeolus sorprendido la mira y toma rápido su mano.

— No Clara, tienes que buscar una pregunta para ti, este es un valioso regalo, no puedes desperdiciarlo...

Clara le toma la mano y besa su palma y la coloca en su mejilla mientras la acaricia regalándole una tierna mirada.

— Mi pasado he decidido olvidar... mi futuro, ya sé que eres tú, pero por siglos has tenido esa pregunta en tu interior que aún no puedes superar, y si eso te libera, para mi estará bien.

El Oráculo voltea sus ojos dejando los en blanco, luego los regresa a la normalidad para volver a hablar

— Si esa es tu pregunta concederé tu deseo.

Detalladamente el Oráculo comienza a contar la vida de Dan. El joven se unió al ejército, el imperio era apacible y no tenía más que servir como Guardián de civiles, esto le dio tiempo suficiente para conocer a la que sería su esposa. Tuvo 2 hijas y vivían tranquilos y cómodamente, gracias a los objetos que Aeolus le regaló, en una ciudad a varios kilómetros del jardín de la inocencia.

El Oráculo comenta que la vida de Dan fue placentera y llena de satisfacción, junto con su esposa veían a sus hijas crecer.

Fue llamado para realizar un viaje de expedición solicitada por el emperador a una montaña para crear nuevas ciudades y áreas de cultivos. Deja a su familia y parte en un viaje que duró 10 meses. En ese periodo que Dan estaba fuera, una peste atacó a su ciudad y otros pueblos vecinos, las cerraron para evitar que sus habitantes propagaran la infección. Al llegar Dan y ver que la ciudad se mantenía en cuarentena estricta, va directamente donde su familia para descubrir que su mujer y su hija menor habían fallecido y para evitar la propagación de nuevas infecciones, estas fueron cremadas en fosas comunes. Al ingresar en su casa solo se encontraba su hija mayor que luchaba por vivir. Dan gastó todo su tiempo y paciencia en cuidarla.

Los médicos decidieron no seguir tratando enfermos y todos esperaban que la enfermedad muera con sus portadores. Aun así, Dan gastó todo lo que tenía para dar medicamentos y servicios médicos a su hija, pero esta no resistió mucho tiempo y acompañó a su madre y hermana.

Sepultó solo a su última hija y sin darse cuenta él ya tenía las marcas de la infección. En su dolor, el pensamiento de su infancia y de su padre le hacían desear querer regresar a ese tiempo en que su única preocupación era ser feliz. Decide abandonar la ciudad escondiéndose y evitar tener contactos con otros, solo deseaba ver por última vez al único familiar que le quedaba. Cuando su padre lo abrazó al darle muerte, el cielo se abrió para él y pudo partir tranquilamente con su familia.

Al terminar el relato del Oráculo mira Aeolus, este tenía la mirada en un punto fijo, sus ojos estaban cristalinos y sus mejillas rojas, contenía las lágrimas para que el Oráculo no lo vea quebrarse.

— Muchas gracias, su regalo fue bello... – responde Clara conmovida.

Me marcharé, les deseo prosperidad a ambos... les recomiendo siempre recordar los buenos momentos, son lo único que le queda al humano al finalizar su vida — Dice esto el oráculo y se marcha

Al retirarse, Aeolus comienza a llorar desconsoladamente. Clara lo abraza e inmediatamente Aeolus responde afirmándola fuertemente con él. Sabía que se liberó de una angustia que llevaba por años y le alegraba que esa fuera la verdad de Dan. Aeolus ya más tranquilo besa a Clara aún suspirando.

— Gracias Clara, no sabes cuánto ha sido esto para mí, siento como si una gran carga se me quitara de encima.

— Lo sé y por eso lo hice. Eres lo más importante en mi vida y quiero que seas feliz.

— Pero yo te puedo decir algo de tu futuro que nada lo cambiará. Te voy a amar eternamente, porque eres ya parte de mí.




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