El Jardín de las Flores Tristes

Prefacio

Primer día de primavera, cuando las flores parecen sentir que ya está el calor por llegar. Ese misterioso 21 de marzo en que una espesa capa de nubes se cernía sobre aquella ciudad taciturna. Siempreviva, el nombre del poblado donde casi siempre había una luz gris y el sol parecía dormir sobre su eterna cama de nubes grises, con un asomo repentino de sus cabellos rubios por ahí, en algún momento de la semana.




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