El jardín que llevas dentro

El desayuno de Donatello

Valor central: Gratitud por lo simple

Donatello despierta con la luz dorada del amanecer. No hay ruido, solo el canto suave de los pájaros y el crujir de las hojas bajo sus patas. Se dirige lentamente hacia su rincón favorito del jardín, donde una hoja fresca lo espera como cada mañana. No es solo comida. Es ritual. Es hogar.

Vera lo observa desde la ventana, con una taza de chocolate caliente entre las manos. En ese instante, todo parece tener sentido. El mundo no necesita grandes gestos para ser hermoso. Basta con un caparazón tibio, una hoja verde, y el silencio que abraza.

Donatello muerde con calma. No hay prisa. Cada bocado es una oración silenciosa. Vera sonríe. Hoy, el desayuno no es solo alimento. Es gratitud. Es presencia. Es el jardín recordándole que está viva.

“A veces, el milagro está en el primer bocado que no olvidamos agradecer.”

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