Valor central: Perdón
Lauris se sienta frente a una hoja en blanco. Hay palabras que arden en su pecho, recuerdos que duelen como espinas. Escribe sin pensar en el destinatario. Escribe para liberar.
Donatello se acurruca cerca, como si entendiera que el silencio también puede sanar. La carta no busca respuestas. No exige disculpas. Solo deja ir lo que ya no cabe en el alma.
Cuando termina, Lauris no la envía. La dobla con ternura y la guarda entre las páginas de su diario. No por miedo, sino porque ya no necesita que el otro la lea. El acto de escribir fue suficiente.
“Perdonar no es olvidar, es dejar de cargar lo que ya no nos pertenece.”