Valor central: Empatía
A veces, las personas se van sin decir adiós. No por maldad, sino porque no saben cómo quedarse. Lauris lo entendió cuando una amiga dejó de responder, cuando el silencio se volvió costumbre.
Donatello la acompañó en esa ausencia. No con palabras, sino con presencia. Se sentó junto a ella mientras escribía una carta que nunca enviaría, mientras lloraba sin ruido.
Lauris no juzgó. Solo sintió. Y en ese sentir, descubrió que la empatía no es justificar al otro, sino comprenderse a una misma en medio del dolor.
“Algunos abrazos viven en el jardín de lo que pudo ser.”