A las doce y media, cuando Cappy iba a almorzar, se encontró con Peck, quien iba cojeando por la acera. Peck prontamente sacó una tarjeta del bolsillo y se la mostró diciendo: "¿Qué le parece esta tarjeta, Mr. Ricks... no cree que se ve flamante?
Cappy leyó en ella: "Compañía Maderera Ricks - Maderas de todas clases y para todos usos, sin excepción. Representada por William E. Peck"
Cappy Ricks pasó un dedo curiosamente por las lineas impresas, y vio que estaban grabadas. Sabiendo perfectamente que un grabado de imprenta no se hace en media hora, contestó:
"Oye Peck, no me quieras tomar el pelo; dime la verdad, ¿Cuándo decidiste venir a trabajar con nosotros?"
-Desde hace una semana.
- Peck, ¿acaso has llegado a vender alguna vez abeto fétido?
Peck se mostró bastante confundido, y significando una negativa con la cabeza, preguntó: "¿Qué clase de palo es ése?"
Abeto de California... es una madera áspera y correosa, muy pesada, y despide un olor como de zorrillo cuando se corta. Creo que Skinner te va a dar lo peor que hay para empezar, y eso es lo peor.
- ¿Se pueden clavar clavos en ella, Mr.Ricks?
- Ah, claro.
-¿Ha llegado alguien a venderla alguna vez?
- De cuando en cuando uno de nuestros agentes más listos suele tropezar con algún mentecato que compra lo que le vendan; de lo contrario, no la tendríamos más. Afortunadamente, Peck, no nos queda mucha, pero siempre que nuestros hacheros del monte encuentran un buen árbol, no lo dejan en pie; por eso casi siempre tenemos suficientes existencias de abeto fétido para darles a los agentes algo con qué demostrar que saben vender.
- Yo puedo vender cualquier cosa si vale el precio - concluyó Peck con un aire de desafio, y continuó su camino hacia la oficina de la empresa.