El Jarrón Azul

Capítulo III:

A las doce y media, cuando Cappy iba a almorzar, se encontró con Peck, quien iba cojeando por la acera. Peck prontamente sacó una tarjeta del bolsillo y se la mostró diciendo: "¿Qué le parece esta tarjeta, Mr. Ricks... no cree que se ve flamante? 

Cappy leyó en ella: "Compañía Maderera Ricks - Maderas de todas clases y para todos usos, sin excepción. Representada por William E. Peck" 

Cappy Ricks pasó un dedo curiosamente por las lineas impresas, y vio que estaban grabadas. Sabiendo perfectamente que un grabado de imprenta no se hace en media hora, contestó: 

"Oye Peck, no me quieras tomar el pelo; dime la verdad, ¿Cuándo decidiste venir a trabajar con nosotros?" 

-Desde hace una semana. 

- Peck, ¿acaso has llegado a vender alguna vez abeto fétido?

Peck se mostró bastante confundido, y significando una negativa con la cabeza, preguntó: "¿Qué clase de palo es ése?" 

Abeto de California... es una madera áspera y correosa, muy pesada, y despide un olor como de zorrillo cuando se corta. Creo que Skinner te va a dar lo peor que hay para empezar, y eso es lo peor.

- ¿Se pueden clavar clavos en ella, Mr.Ricks? 

- Ah, claro. 

-¿Ha llegado alguien a venderla alguna vez? 

- De cuando en cuando uno de nuestros agentes más listos suele tropezar con algún mentecato que compra lo que le vendan; de lo contrario, no la tendríamos más. Afortunadamente, Peck, no nos queda mucha, pero siempre que nuestros hacheros del monte encuentran un buen árbol, no lo dejan en pie; por eso casi siempre tenemos suficientes existencias de abeto fétido para darles a los agentes algo con qué demostrar que saben vender. 

- Yo puedo vender cualquier cosa si vale el precio - concluyó Peck con un aire de desafio, y continuó su camino hacia la oficina de la empresa.

 




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