Mi vida era monotoma; levantarme, ir al trabajo, salir de el y volver a casa en donde cenaba y luego a la cama para tener fuerzas para el movido trabajo que empeñaba. Un buen trabajo del cuál obtenía un buen salario. Vivía sola, por lo que con lo que ganaba tenia una vida bastante acomodada. Tenia una familia y amigos que me amaban, pero aún así mi vida seguía siendo de lo más aburrida.
Mi jefe se intereso en mi, pero vamos, que no de una forma sentimental, más bien sexual. Mi vida por un momento fue emocionante y creí vivir un romance digno de una película, salia con Kennet, nos divertíamos juntos y probé cosas que jamás se me hubieran pasado por la cabeza hacer.
Aún que todo esto termino de lo peor.
Nunca pensé lo despiadado que podía referirse a un ser inocente. Parte de él.
Mi error fue meterme en las garras de mi jefe, en este caso, en su cama.
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Editado: 17.08.2021