El jefe, mi mayor error

Capítulo 6

Sara

Después de irnos del baño del establecimiento, invite a Maddie a quedarse un rato conmigo en mi departamento porque necesitaba su compañía en este momento tan vulnerable para mi. No hablamos más del tema del embarazo, creo que ella se dio cuenta lo afectaba que estaba por lo que acontecía ahora en mi vida.

Se me hizo difícil cuando Maddie se fue y quede sola, los pensamientos negativos martillaron de inmediato en mi cabeza y comencé a morderme las uñas de mis manos como hace años que no lo hacía, específicamente cuando termine este problema a los quince cuando ya no soportaba los problemas de ansiedad que cada vez que pensaba en mi padre me invadían. Durante años mi madre me hacía un té cada vez que me veía mordiendome las uñas con entusiasmo por lo que prendí el hervidor y me hice un té de naranja tal como mi madre me los hacía, me tome el té con lentitud y me metí a la cama, pero lamentablemente no logró relajarme.

Yo estaba enamorada de Kennet, me dolía el pecho del solo pensar en que tal vez esto terminaría en nosotros dos no volviendo hablar nunca más, pero lo más importante es que si eso pasara tendría que superarlo de cualquier manera.

Ya en la mañana, abrí mi armario y escogí un vestido negro el cual quedaba apegado a mi cuerpo, por primera vez me puse de lado en el espejo y puse mi palma sobre mi vientre en donde aun no se notaba un embarazo. Tendría que sacar cuanto antes una cita con el ginecólogo para saber de cuantas semanas estaba y empezar con los cuidados que debería tener en cuenta desde ahora. Aprovechando de que estaba con tiempo decidí llamar de inmediato a una clínica para agendar una fecha para cuanto antes y termine con una cita en dos días más.

Salí con buena hora para agarrar el metro y recorrí las iluminadas calles con lentitud, eso era lo que me encantaba de esta cuidad, jamás había oscuridad y aun que efectivamente la gente andaba muy deprisa por las calles era algo que me gustaba ya que nadie se metía en donde no la llamaban.

Al llegar al imponente edificio, entre y salude al conserje y camine hacía el ascensor en donde me tuve que apretujar debido a la gran cantidad de personas que entraron al mismo tiempo que yo. Me baje en mi piso, deje mi bolso sobre el escritorio y empece a organizar todo para el nuevo día.

Maddie apareció en mi vista y se apoyo en el escritorio con una sonrisa en su rostro.

-Hola cielo, ¿como andas?-saludo y enrosco un mechón de su cabello negro en su dedo.

-Muy bien, solo más cansada de lo normal.

-Bueno ya por lo menos sabes que te esta causando molestia-bajo la voz y siguió -¿cuando le dirás a Kennet?

-Lo más probable es que lo haga hoy aunque me tiene muy nerviosa su reacción, pedí una cita en dos días más para confirmarlo de todas maneras.

-No se ve un mal tipo solo que es un gruñón, por lo mismo ya me iré a mi puesto. Imagínate el llamado de atención que me haría si me ve conversando contigo - se burlo y rápidamente desapareció por el pasillo. Todos decían que el jefe era algo gruñón y de hecho lo era, solo que conmigo no se mostraba de esa forma y podría decir que solo se comporto así cuando recién había llegado a su empresa.

Suspire pesadamente y vi a Kennet salir del ascensor a paso veloz.

-Ve a mi despacho- ordeno y escuche el portazo. Parece que no estaba de buen humor, tome la libreta y un lápiz, alise mi falda y me dirigí a su oficina.

Inmediatamente cuando entre empezó a ordenarme cosas por hacer.

-Hoy vendrá mi madre y mi hermana así que hazla pasar.

-Esta bien, ¿algo más señor?-pregunte.

-Saldré temprano para firmar un contrato, podríamos juntarnos e ir a cenar- dijo y de inmediato recorde del bebé ya que hoy tenía intenciones de decirle, no creía que fuera un lugar para decirle que estaba embarazada, pero si encontraba el momento adecuado le diría.

-Claro, aunque si estarás con tu familia prefiero...

-No, ellas llegaran agotadas del viaje, lo más seguro es que se quedarán en un hotel, así que tendremos tiempo a solas- susurró.

-Eso es lo que más te interesa- reí. Kennet se paro de su puesto y se acerco a mí.

-Tu eres una tentación de la cuál no me puedo resistir.

 




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