El jefe, mi mayor error

Capítulo 21

Sara

-Ayer te fuiste muy tarde Sara, no es bueno que te vayas tan tarde y que tomes tanto frío- me reto Maddie y tomó un sorbo de la que veía era café- sigue haciendo un frío de mierda. No sé como no aceptaste que te llevara en mi auto.

-Maddie no te tienes que preocupar por mi. Me fui en taxi esta mi apartamento si es que te hace sentir mejor. Aparte tengo que contarte algo, Kennet se ofreció a llevarme por la escusa de que estaba muy frió, se cuales son sus intenciones pero no caeré en ellas.

-Espera- susurró Maddie- ¿me estas queriendo decir que ese bastardo quiere obtener tu perdón?

-Ayer no a sido la única vez que ha hecho algo parecido, ya van varias veces desde que se a comportado de esa manera. No se si es porque quiere disculparse conmigo o porque quiere demostrar que es una buena persona y quitarse la culpa.

-¡Quien se cree que es! Es más, ese imbécil me va a escuchar ahora mismo- soltó Maddie y salió echa una furia de su oficina.

-No por favor, podría despedirte- dije tratando de contener la pero era imposible, parecía un tornado el cual destrozaría todo a su paso. La seguí hasta la oficina de Kennet. Mierda había alguien hablando con el, seguramente algún socio.

-Disculpen por interrumpirles, pero necesito hablar con suma urgencia con el señor Rhys.

-Maddison por favor, vayámonos de aquí- susurré jalándola hacía afuera de la oficina.

-Claro- respondió el hombre sorprendido- ya hablamos Kennet, hasta luego- dijo y tomo su maletín pasando por al lado nuestro hacía el ascensor.

-Me importa un comino que seas mi jefe o las consecuencias que me traerá decirte esto. Pero no vengas a fingir ser el padre del año, no te hagas el que ahora te importa el niño, ni andes como estúpido detrás de Sara para obtener su perdón. No dejaré que el sufrimiento que le hiciste pasar a Sara sea en vano y más cuando fui yo la que estuve ahí para todas las caídas que tuvo. Ya pasó tu hora- dijo Maddie y salió dando un portazo de la oficina me quedé helada enfrente de Kennet que no decía absolutamente ninguna palabra. Abrí la puerta y salí siguiendo a Maddie, espero que esto no le traiga problemas a Maddie.

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Kennet

Hoy era uno de esos días en donde todos nos juntábamos en la casa de mi madre para almorzar y pasar el día juntos. Solíamos hacer bastante ruido por lo que al entrar a la casa de mi madre y no oír absolutamente nada me daba mala espina.

Camine sigilosamente hasta llegar a la cocina en donde no había nadie, lo que me resultó más raro aun. Me encamine hacía el salón en donde lograba oír un ruido muy bajo, apenas susceptible.

-No quiero que Kennet se entere de esto, él se va a defraudar demasiado de mi, me odiará igual como lo está haciendo Giancarlo- logre escuchar la voz de Ninoska entre murmullos.

-Él después de todo se enterara, será evidente luego y no podrás esconderlo- escuché a Giancarlo. ¿De que mierda me estaba perdiendo?

No sabía si era el momento de meterme en la conversación que estaban teniendo, pero pude ver a Ninoska bastante afectada lo que me preocupo de sobremanera, mamá estaba a su lado y no podía ver el rostro de Giancarlo ya que se encontraba de espaldas mirando el extenso jardín que rodeaba la casa de nuestra madre.

-¿Por qué no puedo saber?- todo se quedo en silencio en donde ninguno de mis hermanos o mi madre se atrevió a romperlo -estoy esperando que alguien me diga lo que supuesta mente no puedo saber.

-Ninoska está embarazada -soltó Giancarlo mostrando una pequeña barita rosada. Todo volvió a quedar en silencio nuevamente, todos esperando una reacción por mi parte. Me acerque cuidadosamente a Giancarlo y le arranque la barita de las manos, leí la hoja la cual indicaba si es que habían dos rayitas era un embarazo, de lo contrario, si era una rayita no era un embarazo. Revise el test nuevamente y vi dos rayitas no muy marcadas pero eran evidentes.

Algo muy parecido a lo que sentí cuando Sara me contó de su embarazo empezó a surgir dentro de mi, era una inmensa rabia, rabia porque era mi hermana pequeña, porque ese bebé le iba a arruinar la vida a mi hermana. Sabía cuanto potencial tenía en lo que le gustaba hacer y en la carrera que había decidido estudiar, pero todo se había ido a la mierda. Camine rápidamente hacía Ninoska que me miraba con evidente miedo, Giancarlo al ver mis intenciones se cruzo en mi camino y me detuvo abrupta mente.

-¡Tenías una carrera por delante y no supiste aprovecharlo.. eres una estúpida Ninoska! solo tienes veintiún años no sabes nada de la vida y tendrás un hijo. Incluso pague tu carrera completa para que justamente ahora me salgas con esto ¡ni siquiera se quien es el que te embarazo! debe ser una puta broma.

-No dejaré la universidad- respondió Ninoska- no pienso parar. Pero estoy pensando en que tal vez conserve a este bebé.

La rabia que me consumía fue tal que empuje violentamente a Giancarlos y le levante la mano a Ninoska quien al ver venir el golpe se cubrió la cara.

-¡No tienes derecho a levantar le la mano a tu hermana!-grito mi madre interponiéndose entre mi hermana y yo, mientras yo aún seguía con la mano alzada. Lentamente la baje al darme cuenta de lo que estuve a punto de hacer- jamás les he levantado la mano a ustedes, por lo que menos derecho tienes tu de hacerlo- me señalo.




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