El jefe, mi mayor error

Capítulo 29

Sara

La visita de Magdalena Rhys me tomo totalmente desprevenida, jamás me imaginé el que alguien de la familia de Kennet entraría por mi puerta. Algo me decía que esta visita iba a ser solo el comienzo.

Conocía a la madre de Kennet solo por las frecuentes visitas que hacía a la oficina, pero nunca tuvimos una conversación como la tuvimos aquel día. Realmente sentía su intención por crear una relación con Danielle y no podía negar que eso no me desagrada para nada. No podía negarle a mi hija el no ver a su familia paterna. 

Tendrás que compartir a tu hija con Kennet por el resto de tu vida... tendrás que ver a tu amado formar una familia, aunque eso no te guste 

Mi criatura comenzó a quejarse dentro de su cuna, era la hora de alimentarla.

-Hey, corazón ¿ya tienes hambre?- le pregunte con mi voz mucho más aguda de lo normal y la saque de su lecho. Acaricio su nariz mientras ella seguía quejándose muy bajito.

Me siento en la cama y pongo el cojín de lactancia sobre mis piernas dejando a Danielle encima de este. Por fin saco uno de mis pechos, que están tan tensos de lo llenos que están. Acerco la boquita de la bebé a mi pezón y lo agarra inmediatamente.

Ha sido tan maravilloso convivir finalmente con la personita que habitaba en mi y sentir tanto amor por ella que creo que podría morir de tan intenso que es el sentimiento. También está la otra cara de la maternidad que no muchos te cuentan, el casi no arreglar mi apariencia por no tener suficiente tiempo, despertarme cada una hora para velar por sus necesidades y no poder hacer algo que necesariamente me complaciera era algo que no me gustaba mucho, pero era un sacrificio que estaba dispuesta a cumplir.

Escucho la puerta abrirse y veo a Cheryl entrar por ella. 

-Cariño alguien quiere verte, es Sebastian- avisa mamá- ¿quieres que la cargue por mientras?

-No mamá, gracias. Acabo de empezar a amamantar a Danielle. Dile que pase si gusta. 

No había visto a Sebastian desde el día en que él me ayudo a armar algunas cosas de la bebé. Aunque si nos habíamos mantenido en contacto todo el tiempo, pero no podía negar que su visita me traía un poco de júbilo. 

Pasaron aproximadamente unos cinco minutos cuando siento a alguien entrar por la puerta. 

-Permiso- Sebastian entró con un ramo de rosas en uno de sus brazos mientras que en el otro llevaba un regalo- Hola guapa. 

¿Serían mis hormonas las que me hacían querer quitarle la ropa? No recordaba que fuera tan guapo...

Por dios Sara ¡Tu hija está presente!

A la única persona que te gustaría que le quitaran la ropa es a Kennet...

-Te veo en tu nuevo rol de mami ¿qué tal lo llevas?- preguntó mientras se acomodaba a una distancia prudente de mi. 

-Hola a ti, nada mal la verdad pensé que sería más terrible pero lo estoy llevando bien- admití. 

-Quise venir a visitarte en cuanto supe que ya habías dado a luz, pero lo pensé mejor en venir, quería dejarte tu tiempo para que te acomodaras a tu nueva vida.

-No seas tonto-reí- no me hubiese molestado. 

-Para la otra no me lo pensaré tanto. Ahora déjame conocer a por quien vine. 

-¿No viniste por mi?- pregunté haciéndome la ofendida. 

-A ti ya te conozco, aunque no niego que me gustaría conocerte más pero eso dejemos lo para después- declaró haciéndome quedar de boca abierta ¿Era mi idea o se me estaba insinuando?

Aparte a Danielle de mi pecho, subí discretamente mi sostén y acomode mi camisa. La acople de modo que quedará pegada a mi pecho para proceder a frotar su pequeña espalda. 

-¿Me dejarías cargarla?- cuestionó. 

-Claro-. Le entregue el inerte cuerpo de mi hija y él la acomodo en su pecho. 

-Hola, pequeñita ¿qué tal? Vaya... es preciosa. Cabello naranja, no me dijiste que tú tenías el cabello así- dijo extrañado. 

-Bueno ella lo heredo de su abuela paterna- respondí un poco incomoda por el tema que habíamos llegado a tocar. No quería hablar de Kennet. 

-Ahh vale. Se que no debería entrometerme pero tengo mucha curiosidad sobre esto ¿qué sucedió con el padre de esta preciosura?

Oh no, finalmente el tema había llegado.

-No congeniamos- respondí simplemente. No quería darle más importancia a Kennet. 

-¿Pero él la ve? Porque el que terminaran no es sinónimo de que él tenga que dejar de verla.

-No es un tema que me guste hablar- admití para seguir- pero nunca tuvimos una relación como tal y finalmente cuando quede embarazada él quiso, mejor dicho, él se desentendió totalmente de mi. Ahora quiere ser parte de la vida de Danielle pero yo ya no confió en sus intenciones.  

-Creo que no te mereces ese tipo de trato- dijo y alzo mi mentón. Sentí mi cara absolutamente roja por lo dicho- siento que te estás pasando a llevar. No debería involucrarme, pero no te mereces eso, no te mereces las sobras que él quiere darte. Te mereces algo totalmente completo. 

-Lo sé...

-Es un tonto, no sabe lo que se pierde- opinó enojado  
 

(...)
 

Me había quedado totalmente sola con mi niña ya que mi madre había ido al supermercado por unas cosas que necesitábamos. Me extrañe cuando la puerta sonó, seguro se le había quedado algo a mi madre por lo que fui lo más rápido a abrir la puerta.

-Kennet, no esperaba verte- espete a modo de saludo. 

-Hola Sara- saludo pasando por al lado mio y se encamino en dirección a mi habitación.

-¿A donde crees que vas?- pregunté siguiéndolo- Kennet- dije llamando su atención. 

Él entró a mi habitación y se sentó al otro lado de mi cama. Suspiró.

-Kennet, nosotros teníamos un trato.

-Lo sé- respondió simplemente. 

-¿Y?¿de que te sirve saberlo si no lo cumples?

-Yo no puedo cumplirlo, Sara. Danielle me va a necesitar en su vida, yo también necesito estar con ella porque es parte de mi.




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