El jefe, mi mayor error

Capítulo 32

Sara

Entre con algo de timidez y esperé que Kennet pasara para seguirlo. Caminamos por un pasillo el cual tenía muchas puertas, supongo que han de ser otras habitaciones, y nos detuvimos al final para dar paso a lo que era el salón.

En un sofá de espaldas pude ver a dos mujeres, una de cabellera rubia y otra de una cabellera rojiza bastante conocida para mí, podía asegurar que pertenecía a la madre de Kennet.

Deje escapar un poco de mi respiración retenida debido a la inseguridad que tenía de conocer a su familia más cercana, tener a la madre de Kennet me era mucho más cómodo.

-Ya llegamos- anunció Kennet cuando cruzamos el umbral de la puerta.

Ambas se voltearon y efectivamente era la madre de Kennet, y a la chica de al lado era más joven y nunca la había visto, pero deduje que era la hermana de Kennet, aunque no se pareciera mucho a sus "hermanos".

- ¡Que alegría que estén aquí!, bienvenidos- dijo la madre de Kennet y se acercó.

-Hola, soy Ninoska. Es un placer conocerte finalmente- se presentó la chica rubia y no me dio tiempo de presentarme ya que me dio un abrazo bastante fuerte. Cuando me soltó pude verla mejor, era una chica preciosa. Parecía ser más joven que sus hermanos y tenía un aire a ser una persona muy simpática.

-Soy Sara, mucho gusto.

- ¿Cómo estás querida? - preguntó su madre saludándome de la misma manera afectuosa que su hija.

No sé si Kennet sabía, pero me había visto varias veces con su madre a petición de ella, y para ser sincera, me sentía muy cómoda al lado de ella, tal vez porque podía ver a mi madre en ella.

-Muy bien, afortunadamente- contesté.

Kennet dejo el porta bebés en el suelo con intención de desabrochar lo para sacar a Danielle.

-Quítate, quiero verla- exigió Giancarlo. Carcajeo cuando Kennet gruñe al momento en que ve que su hermano se acerca sin temor.

-Espera un momento, imbécil. Te advierto que no acaparas a mi hija.

-Ya veremos, hermanito.

Kennet levanta la manta que cubría el porta bebés y Ninoska dejó escapar un grito, tapándose de inmediato su boca.

-Es pelirroja... como mamá- susurro evidentemente sorprendida. - Pensé que mis bebés podían heredar tu cabello mamá, pero ya veo que esta pequeñita corrió con esa suerte.

-Es como una pequeña calabaza, quiero ser el primero en cargarla- dijo Giancarlo embobado.

-No vuelvas a comparar a mi hija con una calabaza, por favor.

En el corto tiempo que llevaba aquí me había dado cuenta que a Giancarlo le encantaba molestar a Kennet y viceversa, y que sólo dejaban de pelear en cuando su madre los retaba. Parecían dos críos y su relación me causaba risa.

Finalmente, Kennet desabrocho el porta bebes y vi como no muy a gusto le entrego la bebé a su hermano.

-Yo quería ser la primera en cargarla. - Ninoska en señal de disgusto hizo un mohín.

-Ya habrá mucho tiempo, hija. La niña aun no los conoce por lo que podría asustarse y me gustaría evitar eso.

-No me queda más que aceptar- afirmo. Se dio vuelta para mirarme con una sonrisa amable- Espero que mi hermano te haya comentado que acabo de tener dos bebés.

-Sí, lo hizo- confirme. Mire a Giancarlo que aún tenía a Danielle en brazos, Kennet me miro emocionado y yo sólo le sonreí.

-No es tan olvidadizo después de todo. No quise bajarlos porque aún encuentro frío el primer piso, pero ya necesito ir a ver cómo están ¿me acompañarías?

-Claro, pero Danielle...

-Ve tranquila- me interrumpió Magdalena- que yo cuido que estos dos niños no se arranquen a la niña de los brazos.

Le di un último vistazo a Danielle y fui tras Ninoska. Subimos por una gran escalera hasta llegar a la segunda plata y Ninoska abrió la primera puerta del pasillo.

-Espero que se encuentren durmiendo- rezo Ninoska a lo que yo reí. Yo igual pedía lo mismo, había días en que sólo esperaba que mi bebé durmiera toda la noche para yo también hacerlo y lograr descansar.

Nos abrimos paso a un amplio cuarto, con unas ventanas enormes que daban al jardín trasero. Una cama estilo francesa con un mosquetero parecido al que adornaban la cama de una princesa era el centro de atención y a un lado de la cama habían dos cunas del mismo tono que la colcha de la cama.

-Mi príncipe está despierto.

Dirigí mi mirada a un coche doble, en donde dos bebés estaban recostados, pero sólo uno tenía sus ojitos levemente abiertos.

-No alcance a ponerlos en sus cunas porque se hubieran despertado- manifestó un tanto nerviosa.

-Oh, a Danielle también la dejaba durmiendo en el coche para no incomodarla, después de todo no son tan incómodos como parecen- ambas reímos y sentí que desde ahora podríamos hablar con mucha más comodidad. - Se ven muy pequeñitos tus bebés.

-Ellos nacieron prematuros- dijo y comenzó a mecer el coche. - Todo mi embarazo fue un riego para mí y ya desde un momento tuve que hacer reposo para hacer que los pequeños se mantuvieran el mayor tiempo posible dentro de mí.

-Debió ser un martirio para ti pasar todos esos meses en reposo- opiné.

-Lo volvería a hacer si fuera necesario, siento que todo el sufrimiento se pagó cuando nacieron ellos- miró embobada a sus pequeños.

Veía claramente que el bebé que estaba con sus ojos abiertos vestía un enterizo azul con unas calcetas diminutas blancas, mientas que el bebé de al lado vestía igualmente un enterizo y unas calcetas blancas, pero su enterizo era de color morado.

- ¿El parto fue muy duro? - pregunté.

-Tuve cesárea, así que no sentí mucho. Creo que lo más difícil fue el volver a casa y sentir mucho dolor.

-El encargarse de un bebé recién nacido de inmediato de haber dado a luz es complicado, no me imagino en tu caso tener que estar preocupada de dos bebés.

-He tenido la ayuda de todos y estoy realmente agradecida de todo lo que han tenido que sacrificar para cuidarme y ayudarme con mis bebés. - Ninoska cargo a la bebé que seguía durmiendo y depositó su inerte cuerpo en la cuna, después se dio vuelta para mirarme. - Yo no quiero incomodarte, pero siento mucha curiosidad sobre como mi sobrina llegó a este mundo y siendo una sorpresa preciosa para todos, pero inesperada ya que no sabíamos que mi hermano andaba en una relación. Y me gustaría saber tú versión, si es que a ti no te molesta explicarme.




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