Capítulo 35

Lean la nota que les he dejado al final por favor 🙏🏻🙏🏻

Kennet

John sabía que yo no mentía con mi amenaza, por lo que comenzó a suplicar que lo bajará y a implorar para que yo no cumpliera con la advertencia que le había hecho.

No sé qué tanto pedía por su vida si no tenía nada más que perder.

Lo solté bruscamente para luego tomar un pañuelo que guardaba en el bolsillo de mis pantalones y limpiar mis manos con él. Me daba asco haber tocado a ese hombre.

-Te advertí hace años que no te acercaras a nosotros, está vez es la última oportunidad que te doy para no hacerlo.

-Kennet necesito de tu ayuda, me matarán si es que no consigo el dinero que debo ¿Eso es lo que quieres? - suplicó.

-Pues dejarías de ser un problema para mí- admití ganándome una mirada de puro odio de John.

- ¿A caso no tienes un poco de lastima si quiera de mí? Fui un excelente padre contigo…

- ¿Cómo crees que no tomaría rencor hacia ti si veía como todos los días mi madre lloraba porque tú nunca llegabas a casa? Por favor, déjate de contarme mentiras y vete. Ten, aunque sea un poco de dignidad y márchate tu solo antes que yo deba hacerlo por medios para nada agradables.

John me dio una última mirada para luego dirigirse a paso firme hacia puerta de mi oficina.

-Nunca nos hiciste falta y menos ahora- dije cuando lo vi desaparecer por la puerta, dejándola abierta.

Sentí un gran alivio y suspiré antes de ir a cerrar la puerta. Me hacía sentir realmente bien liberarme de todas las palabras que me guarde desde que era solo un adolecente y que no podía decir por miedo a cómo reaccionaría en esos tiempos. Ahora todo había cambiado y me importaba una mierda la reacción que tendría ante lo que yo dijera de él.

Por un momento había olvidado la presencia de Giancarlo, pero me voltee a él en cuanto carraspeo.

- ¿Tienes algo que decirme de todo esto? - pregunté con evidente sarcasmo.

-La verdad es que no- dijo sorprendiéndome- No eres mi padre para que deba contarte todo lo que hago ni las decisiones que tomo en mi vida.

Se mostraba de otra forma conmigo, y no podía entender la razón de ese cambio. Siempre fuimos muy apegados y solíamos tener una relación excelente, si teníamos problemas entre nosotros lo conversábamos antes de que llegara a mayores, lo cual nunca pasaba. Pero esta vez podía ver que algo había cambiado en él, se comportaba de una manera ruda y hasta grosera.

- ¿Qué cambio en ti? Solías tenerle resentimiento, mas ahora veo que te llevas bien con él.

-Solo estoy dándole una oportunidad- manifestó encogiéndose de hombros.

- ¿Oportunidad? Ese hombre no merece nada de ti.

-Sara también decidió darte una oportunidad para entrar a la vida de Danielle ¿Por qué yo no podría darle la misma ocasión a John?

-Te estás comportando como un niño, Giancarlos.

Quise tomarlo de los hombros y zamarrearlo para que entrara en razón, pero él parecía muy inequívoco de lo que decía. Que desilusión se llevaría.

-Él te está manipulando, ¡maldita sea! - exclamé mientras tiraba de algunas hebras de mi cabello. No podía comprender lo segado que estaba mi hermano.

-No sé por qué lo odias tanto si tú, siguiendo su ejemplo, abandonaste a Sara cuando ella estaba embarazada.

Hice mis manos puños y apreté fuertemente para evitar golpearlo. Ya no lo dudaba, él se estaba esmerando en hacerme enfadar y yo no iba a aguantar su actitud.

-Tienes toda la razón, pero yo creo ya estar pagando por mis errores y mis intenciones no tienen nada que ver con las que John tiene contigo, él quiere sacarte dinero o cualquier cosa que tú puedas ofrecerle- asegure.

-Mmm… no lo creo. Creo estar seguro de que él me dice la verdad cuando habla conmigo.

- ¿Así que ahora estás de lado de esa escoria?

-No, no estoy de ningún lado. Pero me cabrea que lo trates de basura si tú fuiste exactamente igual.

- ¡No me vuelvas a comparar a él!

- ¿Sabes? -dijo poniendo una mano en su frente pareciendo estresado, yo lo estaba mucho más- No quiero seguir escuchándote porque estoy decidido de querer forjar un vínculo con John. Si estás tratando de hacerme cambiar de opinión, déjame decirte que ni tú ni nadie me hará cambiar opinión sobre esta decisión.

Dicho lo anterior, salió de mi oficina dando un portazo y dejándome anonadado.

Durante todo el día no pude dejar de pensar en la discusión que había tenido con mi hermano, si eso era lo que él quería, no me interpondría más. Para que él, con sus propios ojos viera como era, por desgracia, nuestro padre.

(…)

Dos días después…

Volví a tocar el timbre al no recibir respuesta, no quería parecer insistente, pero me preocupaba que algo anduviera mal. Al tercer llamado escuche un “voy” e inmediatamente me relaje. Enseguida Sara apareció por el otro lado de la puerta cargando a Danielle.

-Hola- sonrió tímida.

- ¿Qué tal? - besé su mejilla y ella se hizo a un lado para dejarme pasar- ¿Ya están listas?

Hoy iríamos a ver a mi madre, quién llevaba días llamándome para insistirme en ir a visitar la con Sara y Danielle. Luego de conversar lo con Sara nos habíamos puesto de acuerdo en que hoy iríamos.

-Estoy con un poco de retraso, me falta echar algunas cosas a el bolso de Danielle y listo- respondió.

-No tenemos apuro, te espero-. Pedí a mi hija y Sara me la tendió amablemente.

-Iré por lo que me falta- anunció antes de desaparecer por el pasillo.

-Así que estamos solos- le dije a Danielle quien me miraba fijamente con esos ojazos celestes, afortunadamente heredados de mí. De apoco fue haciendo pucheros hasta soltar fuertes llantos y entre sus sollozos giraba su cabecita, de seguro buscando a Sara. Para tratar de distraerla agarre su cuerpo con una mano mientras que con la otra tomaba sus pequeñas manos y me las llevaba a los labios dejando ligeros besos en las palmas de sus manitas causándole cosquillas, ella dejo de lado los llantos y se reía aun con sus ojos cargados de lágrimas. Cuando logré que se calmara del todo, limpié el rastro de lágrimas de su cara y deambulé con ella en mis brazos por toda la sala.