Siendo un fin de semana, el rubio Omega estaba cansado de buscar en el periódico empleos que le permitieran estar con Soo Jeon. Estando en el suelo de su pequeño departamento, se dejó caer de espalda sobre la manta que estaba tendida en el mismo suelo. Llegando a entablar la misma postura que su bebé de mechones negros y ojos cafeces.
— Tu papá necesita trabajar rápido ...
Le susurró JiMin al bebé que no tenía ni la más mínima idea de lo que pasaba.
Su mirada tocaba varios puntos de su hogar; su techo con un poco de musgo, sus paredes descuidadas, el tamaño de la habitación. Era ... un incompetente, como podía tener a su cachorro viviendo asi, aparte de que estaban ubicados en un vecindario un poco peligroso donde habitaban tipos como el de aquella vez. ¿Cómo pudo renunciar por un impulso? _ se culpó así mismo. Tal vez si hubiera aguantado...
— No _ se negó varias veces.
Para empezar de nuevo, debía de alejarse de todo aquello que les hiciera mal a él y a su bebé. Para empezar por qué estarían cerca de ese alfa que los abandonó. No merecía su perdón ni sus lágrimas, fue tonto al ser engañado e ilusionado.
...
JiMin dejo de hundirse en sus pensamientos y decidió arreglarse para salir a buscar empleo. La búsqueda en el periodico no estaba resultando. Arregló a Soo Jeon y lo colocó en su cangurera azul, mientras su bolso del mismo color ya reposaba en su hombro izquierdo. El Omega rubio solo arreglo sus mechones y pinto sus belfos con un color no tan llamativo.
Sin más, ambos salieron a la calle.
...........
Mirando el paisaje de nuevo, JiMin sonreía al ver a su pequeño mirar con atención los autos que pasaban cerca. Era como ver brillitos en sus ojitos al ver cada cosa que le impresionaba. Sus manos manoteban y de vez en cuando intentaba pronunciar algunas palabras.
— Soo. Tu papá va a esforzarse por buscar un buen empleo. _ le susurró a su cachorro.
JiMin estaba decidido a no rendirse. Sin más siguió caminando hasta toparse frente a un omega pelimorado que vestía tan oficinista, y su aroma era tan conocido. Cómo no olvidar ese aroma a rosas y fresas.
—Jimin!! — bufó el mismo al ver también al Omega.
JiMin sonrio y se acercó. — Seokjin, Tanto tiempo sin verte, tonto.
— Es tu culpa. — hizo un puchero — Desaparecis... —calló el Omega.
Miro de reojo y se dió cuenta que una bola de masa estaba mirandolo, tan parecido a su amigo omega, esas mejillas, esos ojos...esa sonrisa regordeta.
— Cuando tuviste a este cachorro!! — gritó emocionado, robándole a Soo Jeon para hacerle mimos mientras esté mismo, disfrutaba del Omega escandaloso.
— Es una larga historia Jin — su mirada bajo un poco y eso lo notó el pelimorado.
— si tienes tiempo, vayamos a platicar como en los viejos tiempos de universidad.
Seokjin bufó sin siquiera esperar la aceptación de JiMin, sabía perfectamente que necesitaba desahogar sus conflictos. Tanto tiempo sin verse, tal vez dos años exactamente, desde que ambos salieron de la facultad y tomaron caminos diferentes. Era sorprendente como su amigo rubiecito el que siempre fue callado y reservado terminará con un bebé antes que el. Seokjin seguía deseoso por escuchar su historia.
Y así fue, pasaron dos entretenidas horas donde seokjin estaba al tanto de su vida del Omega. Solo pudo sentir impotencia y ganas de golpear a ese tal pelinegro alfa llamado Jungkook. Quería ayudar a su amigo pero no sabía cómo ...
— Donde yo trabajo hay una guardería solo para los hijos de los empleados _ observó seriamente al ojiazul — está instalada ahí mismo.
—¿que dices?.
Seokjin meditó unos dos minutos, para después poner una mirada sería y de advertencia.
—El jefe de la policía siempre cambia de secretario. Es decir, siempre los despide o ellos renuncian ... — se arrepintió.
— Es un pervertido?
—No, es un alfa especial y egocéntrico.
JiMin entonces sonrió mirando los ojos de preocupación del Omega pelimorado. Pensaba que valia la pena intentarlo, si lo despedía por no estar a la altura que el jefe creía pues que más... Mientras pudiera conseguir un poco más de dinero para la renta, no le importaria trabajar solo dos o tres días y ser despedido aún que esa no era la idea principal.
— oh JiMin no lo se ...el alfa da miedo y los omegas de la estación le temen y se esconden. Yo le tengo miedo _ dijo mirando a Soo Jeon.
— déjame al menos intentar estar ahí. Soo Jeon necesita que le compre más mantas y ropa...
JiMin estaba apunto del llanto. Seokjin solo respiro y se resigno, como no caer en el puchero de JiMin, se veia tan tierno con sus mejillas rojas. Solo .... esperaba que el jefe no lo traumara con gritos y malos tratos; obvio no lo permitiría.
— JiMin pero prométeme que si no aguantas, renunciaras. No mereces ser maltratado solo por conservar un empleo.
JiMin pensó por un momento en Soo Jeon pero al ver a Jin arrepintiendose no le quedó más opción que aceptar. Iba a dar lo mejor de si.
Y así es como aquellos dos quedaron en verse al día siguiente para visitar al jefe. No sin antes que el omega pelimorado se encargara de recomendar al secretario Park.
🍁...
8:00 am
JiMin ya se encontraba con sus documentos en mano, esperando dentro de la comisaría en la sección administrativa del lugar. Sus prendas era una camisa negra junto con un pantalón de vestir del mismo color; resaltaba sus ojos azulados detrás de los vidrios con aumentos que se recargaban en su nariz. _Muy presentable_ pensó.
Sinceramente llevaba una hora esperando al "jefe" y este aún no llegaba. Soo Jeon solo se podía distraer con su sonaja de león enojado. Y el pensando en la entrevista que tendría tal ves en unos minutos más tarde. A JiMin no le sorprendia que la mayoría fueran alfas y era de esperarse, siendo policías tenían que tener mucha fuerza y agilidad; nada que ver con los omegas. Más bien, los omegas y betas solo estaban en recepción o escritorios. El esperaba al menos conseguir el empleo temporalmente.
Su bebé comenzó a mover sus piecitos emocionado, y eso JiMin hizo mirar el motivo por el cual se ponía así... Cabello negro, ojos azabache, piel pálida y una cicatriz en el ojo derecho. Un alfa conocido que caminaba directo a su dirección, dónde ambos se quedaron sentados en la blanquita de espera sin decir nada por la impresión.