El joven de hielo.

La paloma de hielo

En este punto, el joven de hielo comenzó a prepararse para ir en busca de los demás.

Pero Hércules le suplicó que no se fuera.

El joven aceptó…
con una condición:
que le dieran más libertad para explorar los alrededores.

Mientras tanto, los tres jóvenes de su pelotón solo deseaban una cosa:
salir de una vez por todas.

Pero el jefe descubrió sus intenciones.
Y les asignó otra misión:
hacer guardia para proteger el refugio.

Tristes por no poder reunirse con su líder,
tuvieron que aceptar.

Aun así, los tres jóvenes idearon un plan.
Salir a escondidas.
O al menos intentarlo.

Pero había un problema.

Alguien hacía guardia por las noches.
Y quien intentaba escapar…
recibía un castigo al día siguiente.

Nadie sabía quién era esa figura nocturna.
Pero para ellos, nada podía detenerlos.
Querían ver a su líder otra vez.

Justo entonces, el joven de hielo logró lo que quería.

Envió un mensaje.
Una paloma de hielo.

Era una técnica que había aprendido en el entrenamiento.
Nunca la había usado.
Solo servía para enviar información a larga distancia.

Solo debía recordar el lugar…
y la paloma sabría cómo llegar.
Con letras de hielo que contenían su mensaje.

Optó por las letras.
Por si acaso.

Cuando los tres jóvenes recibieron el mensaje,
supieron que él estaba bien.

Y eso fue suficiente.

Se aliviaron.
Y decidieron no hacer una locura esa noche.

Porque sabían que, tarde o temprano…
volverían a luchar juntos.

Así comienza la travesía del joven de hielo… a través de un mundo apocalíptico, lleno de zombis, traiciones, amistades inquebrantables… y enemistades que nunca se olvidan. La historia apenas comienza.



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En el texto hay: fantasia, comedia, drama

Editado: 06.11.2025

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