Habiendo pasado ya algunos días en la aldea el joven caballero y el anciano sabio partieron con rumbo a palacio, todos en palacio los estaban esperando y fueron recibidos como si el caballero hubiera regresado de alguna guerra victoriosa.
El rey los recibió y pidió que colocaran al sabio cerca de la habitación en la que dormía el caballero, ofreció una cena y en ella le dio la bienvenida al anciano padre, se sentía agradecido de que el padre de Sebastián haya decidido venir a vivir a palacio. No todos en el reino estaban de acuerdo con la llegada del sabio, algunos hasta murmuraron contra el rey, la princesa se sintió aún más incómoda al escuchar que el padre del joven caballero fue presentado como invitado real y entre todas las cosas que se dijeron en público, la que el sabio tomó la palabra ayudado por uno de los súbditos del rey se le dejo hablar ante todo el salón de actos y con toda serenidad pasó a decir:
– Agradezco la bienvenida ofrecida por todos, me siento gratificado con la cena de su majestad, pero agradezco más al esfuerzo realizado por mi hijo, el caballero Sebastián, gracias a él hoy estoy aquí y quizás no pueda ver, pero puedo sentir la paz que se respira en este lugar, y el lugar que le han dado a mi hijo en cada corazón aquí presente. La gratitud no es por ser lo que él es hoy sino por recordar lo que él era antes y saber cómo él ha sabido mantenerse a la altura de todos sin olvidar sus raíces –Después de haber dicho esto todo pasó a ser fiestas y alegrías en el reino durante toda la noche, algunos murmullos y malas caras por la llegada del sabio pero no era nada del otro mundo, solo eran algunas personas a las que les desagrada el progreso de otros y no se preocupan ni por el propio, y solo cuando el otro logra escalar su vida pasa a ser un infierno por estar llevando vidas ajenas a las suyas, solo personas a las que no les agradaba la idea de que el padre del joven caballero viniera a vivir a palacio.
En ocasiones se logró ver al rey pasar algunas palabras con el sabio y otras veces con el caballero Sebastián, parecía muy animado y curioso en medio de ellos dos.
Pasó la fiesta, tarde como siempre pasan las fiestas de palacio, cada quien fue a su respectivo lugar de descanso y poco a poco el salón de actos fue quedando totalmente vacío y en silencio.
Los días fueron pasando de manera armoniosa, después fueron pasando los meses, con ellos pasaron los años y fueron muchos años de paz y felicidad, uno que otro altercado que no era de gran interés, diferencias que no merecían mucha importancia. Todo fue así hasta aquel día en que el grupo de caballeros del reino armaron un boicot y secuestraron a la princesa, el rey llamó a todos sus soldados para enviarlos tras ellos en busca de su hija, también llamó a Sebastián, le contó lo sucedido y lo envió junto con los demás soldados como el capitán de la guardia. Sebastián no podía creer que aquellos que fueron sus compañeros desde hacía ya tantos años hayan sido capaces de hacer tal atrocidad como la de secuestrar a la princesa.
El joven caballero fue a su padre y le pidió un consejo antes de partir.
– Padre, a veces pienso que no puedo lograr algunas cosas que me propongo, estoy siendo muy inconstante, lo sé, pero no sé cómo cambiar esto, ¿Qué puedo hacer padre?
– Hijo, a donde vayas confía en ti, pero mantente pendiente de todo lo que te rodea, a veces lo que pensamos más distante, está justo a nuestro lado y en ocasiones solemos notarlo cuando ya no está –Estás fueron las últimas palabras del sabio antes de que el caballero emprendiera su viaje tras la búsqueda de la princesa Destiny, mientras iba caminando recordaba aquellas palabras que una vez le dijo su anciano padre cuando aún vivía en casa, en la aldea esperanza.
Feed back
– A veces vivimos toda una vida rodeados de personas a las cuales nunca conocemos hijo –Contestó el noble sabio–, nos son desconocidas sin importar el Tiempo que pacemos en su compañía, ¿sabes por qué? Porque solo sabemos de quienes nos importa.
Fin del feed back
– ¡Cuanta verdad había ahora en las palabras de su padre! pensó el joven caballero, él siempre tenía razón en lo que decía, solo había que esperar y ver cuando sus palabras cobraran vida.
Anduvo día y noche, preguntando y buscando la princesa aldea por aldea. Se encontró con viejos amigos que conoció en aquellos días en que se estaba preparando para ser un caballero. Buscó sin descanso a la princesa por el bosque, por el desierto, por el valle de la desilusión, se detuvo en el valle y reflexionó en que lo que antes el señor Tiempo le hizo vivir en este lugar volvía a repetirse en sus compañeros, y es que la vida es redonda, puede cambiar de actores y de escenario, pero siempre ejecuta el mismo guion con las personas.