I.
El Comienzo del Fin, Dios.
Él abre sus ojos dorados al mismo tiempo, como si acabara de despertar de un largo sueño. Intenta recuperarse en compostura y reconocer dónde se encuentra en este momento. Se da cuenta de que está sentado dentro de un vagón de tren en movimiento. A su alrededor, no parece notar nada extraño.
Se acomoda en su asiento y se dispone a volver a mirar los demás asientos dentro del vagón en el que está. No hay ni un alma, está solo y eso le causa un poco de preocupación en su interior. Se le revuelve el estomago.
Se queda quieto, preguntándose en su mente si ha tomado el tren correcto en dirección a Tokio, y por qué está solo ahí. Le vienen fuertes punzadas en la cabeza, siente que por su mente pasan muchos instantes de recuerdos, pero no ve nada. Cuando estos desaparecen en segundos, solo sabe que iba a Tokyo pero no sabe ni el porqué ni qué hace allí.
El tren comienza a bajar la velocidad lentamente, como si estuviera llegando a la estación de destino que él totalmente desconoce. Se mueve al asiento que está al lado de la ventana y mira a través de esta. Hay un paisaje de árboles de cerezos en flor, un cielo despejado y soleado; puede sentir el olor a primavera y esa sensación de los rayos del sol tocando su piel. En este instante, solo ahora, todo es pacífico, un sueño o el paraíso.
Al ver el exterior atraves de la ventana, vuelve a girar su cabeza hacia los asientos que están a su alrededor y observa sus piernas, y en como esta sentado ahora. Un pensamiento instantáneo atraviesa su mente como una bala: Los árboles de cerezo solo florecen en primavera, y en Japón están en plena época de invierno.
Se supone que es invierno..., piensa sintiendose incomodo, a lo que sus bellos de su cuerpo se herizan. ¿Es sugestión mia o...? Takumi vuelve a mirar a su alrededor. Siente que corporalmente la temperatura dentro del tren ha bajado de forma drástica.
Se toca sus brazos en posicion de frio, mientras intenta frotarselos para acumular algo de calor. Da un respiro para ver cuanto ha caído la temperatura, y ve que sale como niebla en un dia de invierno.
De repente nota el cambio del paisaje exterior por la ventana con el rabillo de su ojo izquierdo. Aún sigue sentado junto a la ventana pero no sabe qué pensar sobre su situación. Lo más lógico por ahora es esperar a que el tren se detenga y bajar en la estación a hablar con algún guardia o alguien. Parece que el tren ya se va a detener, piensa Takumi sin prestarle atención a su plan, dando vuelta su cabeza en cámara lenta hacia el extraño fenómeno que aprecia por el rabillo de su ojo.
Las ventanas del vagón se tiñen negras como si atravesara un túnel oscuro o un espacio cubierto solo por materia negra; las luces comienzan parpadear mientras aumenta velocidad sin poder ver algo fuera debido también las luces apunto cortarse. Su respiración dentro de él acelera viendo que el tren de la nada aumenta su velocidad a algo casi indistinguible e inhumano. Takumi observa el ataque de pánico a la vuelta de la esquina, mas un accidente mortal y gratuito.
Oh Dios... ¡¿qué esta pasando?! ¿es así como moriré...?, piensa en mílesimas de segundos. Takumi siente que todo se acaba para él de forma muy extraña pero rápida. Logra rescatar unos cuantos recuerdos del fondo de su mente de su tiempo con su familia, los más preciados y que ahora cree que no volverá a ver jamás, ni poder despedirse, nada.
Sabe que esta solo, a pesar de que no se ha atrevido a investigar los demas vagones del tren. Sin temer a las posibilidades de supervivencia, pone su cabeza junto a sus piernas y sus manos cubriendo su cabeza, como en posicion de caracol o tortuga intentado protegerse.
Cosas bonitas y malas pasan por su cabeza, una mezcla confusa de pensamientos y emociones. De repente, el sonido de llegada a la estación proveniente de los parlantes dentro del vagón del tren lo saca de su ensimismamiento. Su mirada se desenfoca mientras intenta procesar lo que está sucediendo. Sus manos temblorosas y su cuerpo tenso revelan el miedo que aún persiste en él.
La voz de una señorita se escucha por los altavoces del vagón, anunciando la llegada a una estación, la última del destino final del recorrido del tren. El anuncio se repite, pero la voz comienza a distorsionarse, como si hubiera alguna interferencia de señal constante que está afectando la transmisión. La distorsión es leve al principio, pero va aumentando en intensidad, haciéndose cada vez más difícil entender las palabras de la señorita.
"Estación fi-final..." La voz se entrecorta y se distorsiona. "Todos los pasajeros deben descender. Esta es la estación final de la-la l-línea-a..." El audio se vuelve a trastornar, como si hubiera una interferencia maligna que no quiere dejar que las palabras sean escuchadas con claridad. "Gracias por elegir nuestro servicio."
Poco a poco levanta su cabeza al mismo ritmo que sus brazos van bajando con mini temblores de su cabeza. mientras intenta comprender lo que acaba de suceder. Levanta su mirada lentamente hacia los altavoces del vagón mientras se hace consciente de su respiración inestable y a la vez del anuncio, que se está repitiendo con interferencias.
Ahora que dentro de todos sus sentidos Takumi tiene el noventa por ciento de su atencion a lo que anuncian los altavoces, su inedita y extraña anomalia de ojos dorados los dirije fijamente una de las salidas de audio en su lado izquierdo. Chispas de corte de electricidad comienzan a salir de forma sutil del altavoz, y el audio cesa.
Takumi se queda extrañado y con un aire paranoico.
"Estoy soñando o me estoy volviendo loco-" Habla perturbado para si mismo, intentando mantener la calma aunque por dentro esta de los nervios.
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Editado: 19.02.2025