El juego de las máscaras

Prólogo

   En este pueblo, todos mienten. La frase se cuelga en el aire, pesada y cargada de misterio, como un secreto a voces. El viejo molino a la entrada del pueblo, con sus aspas silenciosas, parece ser el único testigo mudo de las mentiras que se urden tras las ventanas iluminadas de las casas. Cada puerta esconde una falsedad, cada rostro una máscara de engaño. La verdad es un bien escaso, y el suspenso se desliza por las calles con la suavidad de un gato en la noche, listo para desvelar los secretos que todos ocultan con tanto ahínco.

     Era de noche, no sé donde estaba, me dolia todo el cuerpo, no me podía levantar del suelo húmedo; trate de dirigir mi cuerpo hacia arriba, pero a lo lejos, observe una sombra negra y gigante, estaba cubierta de sangre, o eso parecía ser...yo aún estaba algo mareada, sentía como las hojas mojodas se pegaban a mi cuerpo cuando me arrastraba.

  Quería llegar hasta la sombra, quería saber si era quien me había lastimado, quien me había convertido en un monstruo.

   - sal y muestrate ante mí- le dije en lo que parecía ser un sollozo.

    Las palabras me salían tan despacio, sentía que me faltaba el aire; pensé que respondería, pero en lugar de una respuesta solo se escuchó como Cada hoja, cada rama, respiraba en armonía con la naturaleza. El viento susurraba melodías antiguas, y los suspiros de las criaturas nocturnas se mezclaban con el murmullo de la laguna.

La sombra empezó a cantar de la nada, una melodía, ¡no!, una rima mejor dicho...

 

Hoy te quiero contar una historia de dolor
Que con la faceta de un gran amor terminó 
Cicatrices de estrellas dejó, cicatrices que reflejan el temor de un Dios
Un amor no correspondido Podría ser, ver a la Luna te ayudará a creer 
Creer en un sueño que terminó, creer en un Reino Que surgió
Una reina aquí ha de encontrar si la rima logra terminar, con el comienzo del final un cuchillo brillará y la trompeta sonara...

 

   ¿Qué quería decir?, estaba entrando en un ataque de pánico, ya me costaba respirar, sentí como mi cuerpo temblaba, algo se acercaba, ¡la sombra se acercaba!, trate de arrastrarme lo más que pude, pero sólo sentí como me colocaban un saco en la cabeza y me levantaban hasta llegar a un lugar, un lugar de humedad.

- Nos encontramos de nuevo, dama oscura... 
 




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