El juego de las máscaras

CAPÍTULO DOS: La fiesta de Tom

CAPÍTULO DOS

LA FIESTA DE TOM

El juego es fácil.

El juego es demasiado fácil.

Pienso acerca de las películas que consistía aquel juego siniestro y macabro que tiene en mente aquel hombre llamado Tom. Según explicaron los demás, el juego consistía en que quizás debería de tratarse de adivinar las películas que se pasen en el televisor, quizás algún obstáculo tenebroso…

Pero yo pienso que no puede ser así. Sería demasiado fácil.

Muy fácil.

—Creo que debemos de dividirnos en dos personas —propone Alex. Los demás asienten por inercia.

Y así, el grupo de dos lo conforman.

Kevin con Amelia, Alex con Oliver y…

—Nos quedamos solo nosotros, ¿puedes hacerlo bien? —pregunta mientras se acomoda a mi costado. Asiento, aunque no estoy segura.

Unas personas con máscaras salen de algunas puertas y nos piden que nos pongamos unas máscaras blancas mientras prenden la televisión del frente de los sofás, nos guía en cada asiento y se van.

—Entonces como hacemos para que cada grupo…

La pantalla se prende de nuevo y muestran a una mujer con cabello hacia su rostro mientras que el tiempo comienza a moverse. El juego ha comenzado.

—La llorona, fácil —dice Kevin mientras choca puños con Amelia.

—Es El Aro —respondo como obvio.

Un sonido en la habitación se mueve y vemos como tres puertas se abren detrás del televisor.

—Entonces debemos de elegir que puerta se irá cada uno… —dice Oliver mientras se levanta con Alex —Pues… elegimos la puerta tres.

—¿Qué eliges? —pregunta Ethan a mi costado.

—No estoy segura si la primera o la segunda… ¿Qué podrá haber en cada puerta?

—¿Una escapatoria? —responde por lo obvio.

—Sí… pero ¿y si no lo hay? ¿Qué tal que sea una trampa y alguien muera dentro?

Ethan asiente y observa al otro grupo que hablan entre ellos.

—Pues a intentarlo ¿no? Aquí todos quieren irse a casa.

Asiento esta vez yo y procedo a levantarme, él me sigue y voy hacia la primera puerta, doy un paso cuando mi cuerpo se tambalea por la fuerza que Oliver da otros pasos junto con Alex.

Han elegido nuestra selección.

Ethan me levanta del suelo y ya no queda otra opción más que el del medio. Doy un paso con miedo, pero siento como una mano agarra la mía para jalarme hacia dentro. Caminamos entre oscuridad, cuando vemos pequeñas luces moradas tiradas al suelo que alumbran como unas muñecas están de decoración en las paredes.

—No puedo caminar tan rápido…

Me detengo cuando siento mi respiración entrecortarse y él también se detiene, siento su mano en mi hombro cuando me doy cuenta de que detrás de él hay unas palabras marcadas con fluorescente.

“Find Me”.

—Encuéntrame… eso es turbio —menciona Ethan viendo lo mismo que yo.

—Debemos de irnos rápido de aquí.

Él asiente y toma mi mano para reanudar el paso. Cuando una mujer con máscara nos muestra una pantalla.

—¿Qué es esto?

La mujer no responde, pero la pantalla muestra a Tom, con la misma máscara realista que muestra la sonrisa. De tan solo me da escalofríos.

—Grupo 2, bienvenidos a mi fiesta de nuevo… ojalá que la estadía los divierta mucho, pero tengo que decirles el juego de ahora.

La mujer saca un arma de atrás y le entrega a Ethan mientras que, a mí, solo me entrega una carta.

—El participante que tiene el arma, dispare a la persona de al lado a menos que descubra su secreto más oculto.

El semblante de Ethan se palidece y agarra el arma con mucha más fuerza.

—No leeré esta carta si contiene tu secreto…

—¡Eso es imposible! Porque ahí encuentras el camino a casa, Popy.

Y de nuevo el apodo que mi papá mencionaba. Algo dentro de mí se retuerce cuando lo vuelvo a escuchar, pero debo de ignorarlo antes que algo pase. Yo solo quiero encontrar el camino a casa…

Observo de nuevo a Ethan y veo como alza la mano hacia mí, guardo la carta en mi bolsillo de atrás mientras la mujer retrocede para quedar los dos frente a uno.

—No lo hagas.

—Lo tengo que hacer…

—Puedes pensar con la cabeza al menos una vez. Podrías leer la carta tú y me indicas el camino hacia la salida… seríamos los ganadores de este estúpido juego si salimos.

—No estoy del todo seguro. No te conozco, linda.

Alzo las manos a los costados de mi cabeza y doy un paso en su dirección. Tiene el arma frente a mí, pero retrocede para estar distanciados.

—¡Pues hay que conocernos! Me llamo Lexi Grey, pero puedes llamarme Lexi.

Ethan lo piensa y baja el arma rendido y observa a la mujer antes de contestarme.




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