Comienza un nuevo año escolar en la facultad de Lengua y Literatura Inglesa. Es mi segundo año en la Universidad; ingresar fue increíblemente difícil, así que ser aceptada fue un momento inolvidable. Aún recuerdo la emoción al recibir la carta de admisión, como si fuera ayer. Esos momentos, al revivirlos, me siguen haciendo sonreír. Estoy cumpliendo uno de mis sueños, ¡lo más maravilloso del mundo!
—¡Místic! ¡Date prisa o llegaremos tarde!
Soy Místic Cotrell, y la que me llama es mi querida hermana mayor, Hayde. Ella está terminando Psicología y, como yo, fue aceptada en la misma universidad. Es brillante y dedicada, y su gran responsabilidad la lleva a ser muy puntual. A mí, el tiempo me importa menos; suelo llegar tarde. Me cuesta abandonar mis sueños para despertarme y luchar por ellos. Hayde es mi opuesto: físicamente es hermosa, con ojos azules como los de mamá (se parecen mucho), cabello castaño claro ondulado, 1.75 m de altura, y piel blanca, igual que la mía. La diferencia está en nuestro cabello y ojos: los míos son verdes esmeralda y mi cabello negro, con mechones rojos que combinan con mi corte en capas.
Hayde es mi única hermana y mi psicóloga personal. Tenemos mucha confianza, nunca nos ocultamos nada. Es una relación especial. Siempre me ayuda y se preocupa por mí, a veces demasiado, pero lo hace por quererme.
—¡Tranquila, hermanita, ya bajo! —grito desde mi habitación. Ya la imagino impaciente. Me divierte un poco su preocupación.
Estoy terminando de arreglarme; solo me falta cepillarme los dientes. Llegaré tarde para desayunar. Tengo hambre, pero Hayde me presiona por la puntualidad. Si le pido que me espere, seguramente se pondrá nerviosa, así que esperaré a comer en la cafetería. ¡Culpa mía por ser tan lenta! Bajo las escaleras y la encuentro con una expresión furiosa (exagera, pero la adoro así).
—¿Estás molesta? —pregunto con tono inocente.
—¿Me preguntas eso, Místic? ¡Mira la hora! Vamos.
Camino detrás de ella, cierro la puerta de casa (vivimos con nuestros padres, pero están de viaje). Ellos querían que fuéramos con ellos, pero sus vacaciones duran dos semanas más, y nuestras clases empiezan antes. Cuando están en casa, Hayde me deja ir más tarde, pero ahora ella me espera, aunque se desespere. No puede dejarme ir sola, se sentiría culpable y se estresaría. Subimos a su auto y ella conduce a la universidad.
El trayecto es silencioso, solo se escucha la música de Hayde (Taylor Swift, Selena Gómez...). Miro por la ventana. Llegamos al campus, estaciona, bajamos y vamos a los casilleros (el de Hayde está al lado del mío). Estamos sacando nuestros materiales cuando alguien me abraza por detrás.
—¡Amor! —dice Conor con afecto. No lo vi en vacaciones, se fue con su familia a Francia.
Conor Nollan es guapo: ojos grises, cabello castaño corto, piel blanca, labios gruesos rosados, 1.80 m de altura y complexión atlética. Es mi novio desde hace un año, un año mayor que yo y estudia Negocios. Nos conocimos en el baile de bienvenida del año pasado (me tiró una bebida encima, pero ahora todo es diferente). Me libera del abrazo, me abraza por la cintura y besa mi mejilla.
—Pero si ha llegado el chicle —comenta Hayde. Ella no lo soporta. —Nos vemos a la salida, hermana. Adiós, sandijuela.
—Yo también te quiero, cuñadita —responde Conor con tono burlón (él tampoco la soporta). —Lo siento, linda, ya sabes cómo nos llevamos.
—Sé que no se soportan —digo—. Deberían intentar tolerarse, aunque sea por mí.
—Lo intento, amor, pero Hayde me lo hace difícil.
—Lo sé, gracias por intentarlo.
—Te amo, Místic. Tu felicidad es lo primero.
—Gracias —digo con una sonrisa. Me besa y luego se aleja.
—¿La próxima semana es el primer partido? ¿Me acompañarás? Eres mi amuleto de la suerte.
—No necesitas suerte, Conor, eres muy bueno. Siempre te apoyo desde las gradas.
—Eres la mejor, amor —dice, besándome.
—Hola, enamorados, ¿cómo están? —nos saluda alguien.
—¡Flor! —digo, abrazándola.
Florencia Castle es mi mejor amiga: ojos color miel, piel bronceada (pasó las vacaciones con su familia en Miami), 1.70 m de altura, cuerpo delgado (es animadora). Es mi compañera de facultad e interna de la universidad.
—Tranquila, cariño, sé que verme es un gusto para cualquiera —dice bromeando.
—Te he extrañado mucho.
—Ya me puse celoso —dice Conor cruzándose de brazos—. A mí, con suerte, me dio un beso.
—Vamos, Conor, no puedes compararte conmigo —replica Florencia—. Mírame.
—Está bien, Florencia, no puedo competir contigo —dice fingiendo resignación. Lo abrazo y beso su mejilla—. Debo irme a clase, amor. Cuídate.
—Gracias.
—Tú también, deleite visual —dice sarcástico, besándome y alejándose. Se ve seguro de sí mismo, inalcanzable. Es guapo y podría estar con quien quisiera, pero se queda conmigo, aunque a veces me concentro más en mis libros que en él. Lo veo ir a su casillero y reunirse con su mejor amigo, Urised Collins.
—Nosotras también debemos ir a clase —digo.
—Lo sé. Estoy emocionada por el baile de bienvenida.
—Sé que sí, pero debes esperar.
—Lo sé. Tal vez este año sea la reina, estoy nominada, ¡vota por mí! —dice guiñándome un ojo. Está nominada, pero compite contra Gianna Rose y Lucy Berry (más populares). Para rey están nominados Kyler, Conor y Nires. Votaré por Conor y Florencia (aunque Kyler se vería bien con ella).
Editado: 15.01.2025