El juego del Destino

Capítulo 22

Después de guardar las cosas, me dirigí a mi habitación. Sin embargo, antes de llegar, escuché mi nombre desde la habitación de Hayde. Me detuve y me acerqué para asegurarme de que me llamaba. Estaba a punto de tocar la puerta cuando una conversación me dejó confundida.

–¿Cuándo se lo dirás? – preguntó Nires en voz baja.

–Mis padres están de acuerdo, me apoyan y están felices, pero Místic es muy sensible; me asusta su reacción – respondió Hayde en el mismo tono. Molesta, abrí la puerta. "¿Qué me ocultan ahora?", me pregunté, mirándolos con seriedad. – Místic, ¿por qué entras así a mi habitación?

–¡Dijiste que no me ocultarías nada más! Soy lo suficientemente fuerte para soportarlo.

–Creo que es mejor que me vaya para que puedan hablar. Te llamo luego – dijo Nires con prudencia.

–Gracias, Nires. Lamento que hayas tenido que ver el comportamiento infantil de mi hermana – se disculpó Hayde, mirándome con enojo. Le devolví la mirada.

Nires sonrió amablemente al pasar a mi lado. Sé que él no tiene la culpa de nada, pero no estaba de humor para ser amable. Me sentía molesta; siempre me ocultan cosas importantes. Escuché a Nires bajar las escaleras, abrir y cerrar la puerta. Se había ido. Creo que fui muy grosera con él, pero cuando estoy molesta soy muy desconsiderada y no me preocupa lo que piensen de mí.

–No es para tanto, Místic. ¿Ves? Eres muy sensible.

–No me gusta que me ocultes cosas, menos después de lo que pasó con Lavoie.

–Ni lo menciones, Místic. Ven, siéntate – entré y me senté en su cama. – No te enojes conmigo. Me enteré hace una semana, pero con lo de Conor, hasta ahora puedo decírtelo. Y no te mentiré, me asusta tu reacción, hermana.

–Deja de darle tantas vueltas. Puedo asimilarlo, sea lo que sea – repliqué con seriedad.

–Me iré a estudiar a Alemania. Nires irá conmigo. Ambos pedimos el intercambio y nos lo confirmaron. Nos vamos el viernes – respondió Hayde rápidamente. Me miró esperando mi reacción, pero no supe qué decir. Siempre hemos estado juntas. Sé que es una gran oportunidad para ella. – Dime algo.

–Les deseo un buen viaje – dije, sin poder evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas.

–Ven aquí – dijo Hayde abrazándome. No puedo ser egoísta; ella siempre ha estado para mí cuando la he necesitado. Pero es muy importante para mí y la voy a extrañar mucho. – Ya no llores, Místic. Por eso no quería decírtelo.

–Debías decírmelo tarde o temprano. Si me lo hubieras dicho cuando pediste el intercambio, lo habría asimilado mejor.

–Lo sé, pero no estaba seguro. Por eso no dije nada.

–No te preocupes – respondí, limpiando mis lágrimas y sonriendo un poco. – Estoy feliz por ti, hermana. Es cierto que me harás mucha falta, pero es una gran oportunidad. Además, no irás sola, y eso me tranquiliza. Te quiero mucho, hermana. De verdad te deseo lo mejor.

–Igualmente. Si me necesitas, solo llama, no importa la hora.

–Gracias, Hayde. Eres la mejor hermana del mundo.

–Te quiero mucho, Místic, y siempre estaré para ti.

Una vez que me calmé, la ayudé con algunas cosas de su equipaje y hablamos de cómo sería su vida allá. Le dije que me mandara fotos para saber cómo está y qué hace. Mañana le diré a Nires que se cuide mucho y que cuide a mi hermana. Sé que mientras él esté cerca, Hayde estará bien. También debo disculparme por mi comportamiento. Lo habíamos invitado a comer y, por mi arrebato, tuvo que irse. Ya era tarde cuando fui a mi habitación. Revisé mi teléfono y vi un mensaje de Deiben.

Deiben: Mi princesa, he llegado. No te preocupes más. Nires llegó poco después que yo. Me dijo que tenías que hablar con Hayde. ¿Estás bien? Llama cuando puedas.

Después de leer el mensaje, marqué su número. Hablar con él me ayudaría con mis emociones. Estoy feliz por Hayde, pero también me siento triste. Además, me he dado cuenta de que, debido a mi sensibilidad, siempre me ocultan cosas para protegerme, pero no necesito que me protejan. Valoro mucho la verdad. Es cierto que a veces duele, pero es mejor enfrentarla que evadirla. Después de dos tonos, escuché su voz.

–Místic, estaba preocupado. Nires no me dijo qué pasaba.

–Relájate, Deiben. Es algo bueno para Hayde y Nires.

–¿De qué se trata? ¿Se casarán? Ya me lo parecía; Nires ha actuado de manera inusual estos días.

–No se trata de eso.

–¿Entonces?

–Se irán a estudiar a Alemania. Viajan el viernes.

–¿Por qué no nos habían dicho?

–Porque les confirmaron hace una semana y, con lo de Conor, se enfocaron en buscarme.

–¡Es fantástico! ¿No lo crees? Conocerán Alemania, juntos, y estudiarán. Es romántico y una gran oportunidad. Me alegro mucho por ellos – exclamó Deiben, emocionado. Cuando está así, habla mucho y muy rápido.

–Sí.

–No pareces muy feliz. ¿Por qué?

–No digas eso, Deiben. Estoy feliz por ellos, solo que la voy a extrañar mucho. Además, no querían decírmelo. Dicen que soy muy sensible y que les asustaba mi reacción.

–Amo tu manera de ser, Místic. Si fueras menos sensible, no me gustarías como me gustas. No quiero que cambies nada de ti. Eres perfecta. Tu hermana te quiere mucho; siempre se preocupará por ti porque eres su hermanita pequeña. Es lógico que quiera protegerte, no lo hace para lastimarte.

–Gracias, siempre me ayudas con lo que siento, Deiben. Eres maravilloso.

–Así como tú nunca me dejas solo, yo no te dejaré sola a ti.

–Creo que tienes razón. Es una gran oportunidad y las oportunidades deben aprovecharse. Si me siento feliz por ellos.

–Lo sé, cariño.

–Deberíamos dormir ya, Deiben. Ha sido un día cansado.

–Sí, linda. Descansa y ten una noche bonita. Te amo.

–Bonita noche, Deiben. Que tengas dulces sueños. Te amo – respondí. Terminé la llamada y me sentí más tranquila. Me preparé para dormir, me acosté y el sueño me invadió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.