Podría invitar a Jake, pero por ahora me siento molesta con él. No me gusta para nada esa actitud posesiva que ha tomado, sabiendo perfectamente que solo tiene mi amistad y siempre ha sido así. Jamás le he mentido ni le he dado esperanzas. Me encuentro recostada en mi cama cuando mi teléfono suena anunciando un mensaje. Lo tomo y veo que es de Jake.
Jake: Lamento mucho mi comportamiento, Smerald. No solo te molesté, también provoqué una discusión con Deiben, quien ahora está muy molesto, aunque dice que no es conmigo. Me siento culpable y triste. Sabes que te quiero mucho, eres demasiado importante para mí. No me gusta que te molestes conmigo. ¿Me perdonas?
Místic: No puedo molestarme contigo cuando eres así de lindo. Deiben está molesto por otra razón: su hermano se comprometerá y, por alguna razón que no entiendo, no quiere asistir. Le he dicho que tiene que venir por mí para ir juntos; por eso está así. Perdón por no invitarte, pero Conor me pidió que lo llevara, y si tú me acompañas, Deiben no se sentirá tan comprometido.
Jake: Gracias por no molestarte. Te quiero mucho. Ahora entiendo lo que le ocurre y no te preocupes, comprendo que deba asistir; es su hermano y no puede faltar en un día tan importante.
Místic: Lo sé, Jake. Te quiero mucho. Nos vemos el lunes. Que tengas una bonita tarde y una linda noche.
Jake: Gracias, tú también. Cualquier cosa, avísame; sabes que estoy aquí para ti, siempre.
Místic: De acuerdo, gracias.
No recibo más respuestas. Coloco mi teléfono en la mesita de noche. Ahora me encuentro más tranquila y decido bajar a comer algo. Me pongo de pie, salgo de mi habitación y bajo las escaleras. Mis padres están en la sala. Me dirijo a la cocina para prepararme un sándwich. Una vez listo, salgo de la cocina y voy a la sala para convivir un poco con mis padres.
– ¿Puedo acompañarlos?
– Claro, cariño. Los padres de Conor nos invitaron al compromiso de su hijo mayor. ¿Te gustaría ir?
– Iré, papá. Conor me invitó, Deiben vendrá por mí e iremos juntos.
– ¿Regresaste con él? – pregunta mi madre con sorpresa.
– Somos amigos, mamá.
– De acuerdo. En ese caso, nos vemos en el salón donde se realizará.
– Sí – respondo con una sonrisa. Una vez que dejamos ese tema, continuamos hablando de otras cosas.
Son cerca de las seis y cuarenta cuando subo a mi habitación para prepararme. Mis padres salen de casa a las siete. Entonces, bajo y dejo una nota en la puerta para cuando llegue Deiben, si es que viene. Después de pegarla, subo de nuevo a mi habitación para terminar de arreglarme. Me he puesto un vestido negro con detalles plateados, largo, de corte princesa, elegante y sobrio, con accesorios a juego. Mi cabello no ha crecido mucho, así que lo dejo suelto. Me maquillo de forma natural, resaltando mis ojos y labios. Una vez lista, bajo a la sala a esperar que suene el timbre anunciando la llegada de Deiben. A las siete y media suena el timbre. “Justo a tiempo”, pienso mientras me pongo de pie y voy a abrir. Me encuentro con un elegante Deiben, que no parece feliz, pero eso lo puedo cambiar.
– Sabía que vendrías – expreso con una sonrisa antes de abrazarlo. Sus brazos rodean mi cintura.
– Aún estamos a tiempo para no ir a ese lugar. Podemos hacer otra cosa, ir a cenar a un restaurante o algo más, por favor.
– Kyler es tu hermano, Deiben. No entiendo por qué no quieres acompañarlo en este día tan especial para él. Lo considerabas tu amigo, además, ya lo dije, es tu hermano mayor.
– Ya te lo dije, Místic. Hay cosas que desconoces. No me hagas ir.
– No sé qué sucedió entre ustedes, pero ¿puedes darle una oportunidad? Hazlo por mí.
– Si estoy aquí, es solo por ti. Vamos.
– Déjame tomar mis cosas – entro de nuevo y tomo mi pequeño bolso donde ya he colocado todo lo que necesito; además, tomo mi abrigo y salgo de nuevo.
– Te ves realmente hermosa.
– Gracias, tú muy guapo – sonríe y me ofrece su brazo. Cierro la puerta de mi casa, lo acepto y avanzamos. Me guía hasta su automóvil, me abre la puerta, subo, cierra la puerta, rodea el vehículo y sube al asiento del conductor. Avanza –. Prepárate para una noche llena de sorpresas, Místic. Recuerda que tú has insistido y recuerda que todo lo hago por ti.
– Estás exagerando, Deiben. No creo que suceda nada; además, hace tanto tiempo que no veo a Kyler, será bueno volver a verlo después de todo este tiempo.
– ¿Qué te dijo Conor? Ha estado insistiendo desde que volvió para que acudiera, pero me negué. Es muy listo; sabe que si hay una persona a la que no soy capaz de negarle algo, esa eres tú.
– Solo me ha dicho que eres muy rencoroso y que aún no perdonas a su padre.
– Debes saber que no es por eso que no quería venir, es algo más.
– ¿Qué es? – en ese momento detiene el automóvil frente a un hotel. Imagino que rentaron el salón de eventos para celebrar el compromiso de Kyler.
– Llegamos – indica preparándose para bajar del automóvil, pero lo detengo.
– Responde a mi pregunta.
– Hemos llegado, Místic. En un momento comprenderás todo sin que tenga que responder tu pregunta – expresa con seriedad. Bajamos del automóvil.
Desconcertada, llego a su lado. Deiben le entrega las llaves de su automóvil al encargado de estacionarlos y entramos. Un encargado nos guía hasta el salón de eventos. Todo es muy bonito. Observo todo atentamente; me gusta cómo han decorado todo. Ya han llegado muchos invitados. Reconozco a muchos de mis compañeros. Kyler era muy popular, así que eso no me parece extraño. Kyler llega a nosotros con una gran sonrisa en su rostro. No imaginé que estaría tan feliz.
– ¡Al final decidiste venir, hermano, muchas gracias! – expresa abrazando a Deiben –, ¿significa que me has perdonado?
– Jamás te perdonaré, Kyler. Estoy aquí porque Conor encontró la manera de hacerme venir.
– Hola, Kyler – lo saludo llamando su atención. Sonrío ignorando la amargura en el tono de voz de Deiben.
Editado: 21.04.2025