El juego del Rey (realeza imperfecta)

Prefacio

El misterio del comienzo de todas las cosas nos resulta irresoluble” 

Charles Darwin.

 

No había vuelta atrás para la decisión que tomé, estoy segura de que encontraré aquí, un lugar al cual pertenecer, no es que no ame la mansión en la que solía vivir con papá, pero ya es tiempo de irse del nido y viajar al menos tengo los recursos necesario para hacerlo.

Tomó la maleta color azul con ruedas en mis manos arrastrándolo mientras me abro paso entre la multitud de personas que se mueven con sus maletas en manos y hasta mascotas, quiero llegar rápido al hotel que reserve aquí en Vancouver Canadá. 

Estoy ansiosa por descubrír mi nuevo yo en este país, lejos de la constantes miradas de mis vecinos de vivienda o de desconocidos que no dejan de señalarme con el dedo. soy de las personas que aman el misterio, amo descubrir cosas nuevas.

Soy una mujer extremadamente curiosa, soy de las que no se quedan quieta ante lo nuevo que ven mis ojos, mi familia siempre es curiosa eso lo llevamos en las venas, no por nada mi apellido es O'connell.

En el trayecto dentro del taxi me permití pensar que haría una vez que me hospede en el hotel Heather street visitaría algún punto turístico antes de comenzar mi mundo laboral buscando trabajos aquí en Canadá. Papá siempre me apoyó, mis decisiones desde pequeña hasta en lo que hoy me eh convertido.

Una mujer con diplomas y doctorados en administración y finanzas, contabilidad, economía. Comercio turimos entre otros, aplique a muchas carreras gracia a la inteligencia que poseo que herede de Thomás, puedo desenvolverme con facilidad entre las personas a pesar de que mi actitud es siempre serena y reservada.

No soy de las que gritan apenas ven algo hermoso o llamativo, me considero la clase de persona fría y atractiva que llama la atención aunque cuando uno no lo quiere.

Eh notado que el taxista conduce lento para mostrarme con orgullo su país, puedo escucharlo hablar sobre el edificio que últimamente está ganando mucho reconocimiento, así cómo hablarme de una cadena de hoteles que maneja un empresario importante, me cuenta de los platillos exóticos y originales de Canadá para luego hablar de diversos restaurantes donde puedo degustar y aprobar los diferentes menú que me presentó. pese a que solo quería que se callara y me fuera dejar en el hotelno lo interrumpí, no obstante decidí agradecer en silencio la pequeña ayuda y verlo emocionado hablando de Vancouver me hizo sentir un pequeño sentimiento semejante a la felicidad instantánea.

Aquí está su vuelto señorita, disfrute su estadía en Canadá.—agradezco en silencio tomando los dólares canadienses que me devolvió y lo cual guarde en mi cartera.

El taxi dió marcha en otra dirección, tome la maleta y me gire para ver el enorme edificio frente a mí, alto y a la vez pintoresco, camine hacia la puerta con seguridad recordando en mi mente que número de habitación me habían dado. Ignore las miradas de las personas que parecían sorprendidas con mi aspecto físico.

Entre dentro del edificio con un olor a jazmín impregnando el lugar, escuché una leve música a Jaz y observo a la recepcionista tarareando una melodía con sus labios, me acerco hasta la pequeña mesita dónde se encuentra ella quien a último instante se percata de mi presencia.

—¡Oh! ¡Bienvenida señorita, se encuentra en este mismo instante en hotel Heather street! ¿Gusta reservar una habitación? 

—Tengo una reserva por una semana.—le comunico sacando mi teléfono, ya que había hecho la reserva en línea—Me gustaría tener las llaves de mi habitación.

—Con mucho gusto.—muestra una sonrisa de cortesía, mientras me pasa una llave—Disfrute su estadía en nuestro hotel, si desea que alguien le ayude tendrá a alguien de personal a su disposición en todo momento, si presenta algún malestar con respecto a nuestro trato o algo que le moleste no dude en comunicarnos.

Asiento cortando su pequeño discurso de palabras ya repetidas en muchas ocasiones, podía notar que la sonrisa que lleva en su rostro se podía caer en cualquier, momento tome las llaves camine hacia el ascensor y presione el botón que me llevará a mi piso.

Luego de salir del ascensor, camino rápidamente hacia mi apartamento, al entrar a la habitación cierro la puerta detrás de mí y caigo rendida en el suelo, cerrando los ojos por unos instantes con una breve y diminuta sonrisa.

Siempre quise hacer esto.

Me levanto con dificultad del suelo debido a que los tacones que llevo puesto son de punta alta, no entiendo porque los uso, si soy más alta que cualquiera chica promedio. recorro con la mirada la habitación con aprobación.

La habitación es de color neutro y a la vez cálido, con una pequeña cama, una lámpara, una cocina improvisada, sin baño, un armario de madera y un sofá de color blanco con un tapete de tigre en el suelo.

Dejo mi maleta sobre la cama, abriéndola y buscando algo para ponerme, saco unos pantalones jeans de color azul oscuro y luego una blusa de tirantes cortos junto a unas zapatillas. también busco mi toalla y mi neceser y salgo de la habitación.

Entro nuevamente en el ascensor, con un par de chicas que ríen y hablan ignorando mi presencia cosa que me agrada, la puerta se cierran y ambas empiezan a conversar acerca de alguien tanto que me hace rodar los ojos, pero pronto me centro en la conversación al ver que una habla emocionada acerca de algo.

—El casino estará abierto esta noche para todo el público—menciona una de ellas con un gritito de felicidad, mientras la otra la mira sorprendida y feliz—¿Sabés qué significa eso?

—Que posiblemente ¡El este ahí!—chillaron ambas—El casino es famoso y reconocido gracias a él.

—Quisiera poder verlo.

—¿Y por qué no vamos está noche?—propuso la rubia con entusiasmo—Tal vez aparezca, nadie ha tenido la oportunidad de verlo.



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En el texto hay: drama, amor, juego

Editado: 30.04.2022

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