Salgo por el ascensor con pasos seguros yendo directamente hacia la oficina de Kilian, añoro los días en los que no lo conocí y mi vida era algo normal, lamentarme de lo que hice no encontrará una solución a este problema por ahora solo debo enfocarme en los planes de Kilian y la protección que podrá brindarme cuando llegue el momento.
La secretaria echa un vistazo a mi dirección y pide que pase mientras sonríe con sorpresa, entro por la puerta entrando en mi faceta más relajada frente a él para no demostrar más allá de lo que el necesita ver de mi, es un jugar y ganar.
Reclinado en su silla de cuero negro, de piernas cruzadas con traje de color azul marino no lleva el saco solo tiene puesto el chaleco lo que sugiere comodidad, sus manos apoyado ligeramente en la esquina del escritorio mirando las carpetas puesta sobre la mesa, para luego mirarme de arriba abajo.
—Estudiaste finanzas—dijo dejando la carpeta a un lado—Te especializaste en administración de empresas, seguramente para preceder la empresa de tu padre.
—¿A qué quieres llegar?—Pregunto sentándome en una silla frente a su escritorio—No me vas a dar trabajo ¿Verdad?
—Seras mi asistente, estarás conmigo cuando lo necesite, vas a estudiar los mismo informes que Katie, te quiero preparada en caso de que tengamos que viajar, me acompañarás a todos lados.
—¿No es más conveniente dejarme trabajar en otra empresa?
Me dirige una mirada fría—Eres mi prometida y pasarás a ser mi esposa, no puedo permitir que trabajes con la competencia, creí que te había quedado claro.
Suspiro—Bien ¿Debo firmar?
—Sera temporal.
—Pero necesito dinero.
—Y se te pagará por ello, en este caso redactare un contrato temporal debe estar listo en dos días.—me entrego dos carpetas—Familiarizate con esto.
Me siento a revisar los informes uno por uno, en silencio de vez en cuando echo un vistazo a lo que el hace sintiéndome rara de tenerlo frente a mi, busco un lápiz y hago un borrador en cuanto a las cifras pasadas y actuales de hoy en día, el monto, el producto y la demanda que se llevó a cabo durante los cuatros meses, luego de una hora se lo entrego sentandome mientras el lo revisa sin dar detalles o hacer alguna sonido desaprobación.
—Ese es el resultado en tiempo real, debo trabajar con computadora.
—Hmm—asintio solemne, concentrándose en su trabajo sin decirme nada lo que me puso un poco nerviosa.
Tiempo después miro la hora en su reloj hablando casi al instante.
—Pide a Katie que compre algo para ti—mencionó sin apartar la mirada de las carpetas, un adicto al trabajo.
—¿Vas a pagar lo que pida?—pregunto con un tono ligeramente burlesco, sus ojos finalmente se dirigen a mi—No traje dinero.
Eso no es tan falso, tengo algo pero es dinero personal y para necesidades muy extrema.
Cierra la carpeta, se levanta tomando su saco azul y las llave de algo mientras camina hacia la puerta—Vamos.
Me levanto del sofá tomando mi bolso siguendolo detrás curiosa por saber en donde comeremos, primero porque es una persona que no muestra su rostro segundo porque estoy a su lado y ya se sabe que el tiene prometida los medio deben estar hambrientos de información, miro el BMW de color oscuro estacionado frente a nosotros.
Abro la puerta del copiloto, tan pronto como entro pisa el acelerador—¿podrías ir más despacio?
—Tengo reunión a las 1:PM con inversionistas, mi tiempo es limitado—contesto frío—Pide lo que quieras sin exceder mis límites y regresemos.
El auto es nuevo y huele a aromatizante, Kilian conduce con mucha experiencia al manejo del volante, su mirada enfocado al frente relajado sin algo que perturbe tan siquiera su paz.
—Pedire un plato sencillo—digo cuando llegamos a un restaurante de clase alta, me siento en la silla—Langosta.
—Langosta será—Kilian llamo al mesero y ordenó dos platos diferentes, mientras el mesero va por su orden el revisa su teléfono constantemente.
—Estoy pensando en redactar un contrato matrimonial entre ambos—dijo dejando su teléfono a un lado, juego con la servilleta en la mesa—Con condiciones y beneficios entre ambas partes.
—No quiero algo así—el anillo en mi dedo se ilumina con las luces, añado pensativa—Las condiciones y los beneficios siempre cambian.
—Ninguno estará en desventaja—informo, niego con la cabeza—Sabes muy que no estás en condici-
Levanto la cabeza y lo miro amenazante—No firmaré un contrato matrimonial, ni con una pistola en la cabeza Kilian. Discutamos los términos de forma oral, tu cumples yo cumplo.
—No hay necesidad de papeles—vuelvo a repetir.—Si no cumplo me matas así de simple y si tu no cumples te haré lo mismo.
Sus ojos brillaron con una pequeña chispa—¿Y como lo harás?
—Una mujer tiene sus secretos—curvo la comisura de mis labios, El mesero irrumpe en nuestra mesa con la comida que pedimos.
—No podrás hacerme nada—Corto la carne y se lo metió a la boca mirándome con ojos divertidos intrigado.
Lo miro de la misma forma y almuerzo tranquilamente, en un ambiente muy extraño por el hecho de que parecemos una pareja normal sin problemas y con una forma de conocerse bastante curioso.
Minutos después regresamos a la empresa, el va directo a la sala de reuniones y yo a su oficina pasando de largo ignoro la mirada hostil de la secretaria, dejo mi bolso sobre la mesita y camino hasta el ventanal admirando la vista, luego regreso y me siento en el sofá sin nada que hacer tomo mi teléfono y navego por internet escribiendo mensajes con Dalila admirando su manera de mantener una conversación conmigo porque solo respondo con Ok y bien.
La puerta de la oficina se abre, miro a la secretaria que entra caminando directo hacia el escritorio—¿Necesitas algo?
—El jefe olvido una carpeta—La mujer echo un vistazo en mi dirección y fue al escritorio tomando la carpeta.
—Bien—esa carpeta lo había visto hace una hora atrás, observo a la mujer con curiosidad.