Me subo al auto de manera automática, el auto se pone en marcha y a través del reflejo de la ventana observo a Kilian inmerso en los papeles que les paso Marco, me guardo la leve incomodidad que surgió en mi corazón y miro por la ventana los autos pasar mientras me llevan en dirección al hotel en ambiente bastante silencioso.
—Pronto llegará alguien para ayudarte con la etiqueta—comentó Kilian rompiendo el silencioso momento, volteo a verlo y el a mi—la reina no debe encontrar ningún defecto en ti.
—Supongo que no tengo otra opción que hacerlo—digo para mi misma, luego acepto—¿Algo más que deba saber o solo eso?
—Como dije antes, asistirás a muchos eventos frecuentemente conmigo. Tendrás una línea directa con el número telefónico proporcionado por Matteo, y tendrás que comenzar a crear una pantalla para ti.
—¿Una pantalla?
—Deberas asistir tu sola a eventos de caridad, orfanatos, asilos, etc cosas que hagan que estás allí para las personas para que seas aprobada a sus ojos—asiento lentamente—Tienes que reinar en el corazón de las personas.
Suelto una risita—Me gustaba mi vida antes de conocerte.
—A mi también—respondió de inmediato—En vez de fijarte en el pasado deberías asumir la consecuencia de tus acciones y seguir en el presente.
Sus palabras callaron las mías, no pude refutar nada y no veía porque hacerlo había dado en el clavo sentí un poco injusto la situación pero yo misma debería lidiar con lo que había hecho, me tomé un respiro.
—¿Cuando vamos a aparecer en los tabloides?—pregunto saliendo del auto con ayuda de Matteo.
Kilian dentro del auto me observa fijamente—Dentro de poco.
El auto se cerró y dio marcha muy lejos de mi, comienzo a caminar hacia dentro subiendo el ascensor hasta llegar a mi piso donde Dalila espera emocionada mi regreso seguramente para preguntarme cómo me fue.
Charlo con ella y le cuento muy pocas cosas que la hacen querer saber más, en eso me pongo a pensar en lo sucedido durante toda nuestra extraña cita falsa y me doy cuenta a mi misma que tarde o temprano volveremos a estar en la misma situación.
Cuando Dalila se va, tomo mi teléfono y busco información sobre Amelia Halmiton nuevamente no puedo evitar observar su foto, sus ojos ligeramente cálidos con un tinte de experiencia en ellos y una sonrisa que dice más de mil palabras, frente a la cámara y a los ojos de las personas comunes es una reina preocupada por su país y ahora frente a mis ojos es alguien que según su hijo entrará en zona de guerra conmigo con tal de no soltar el trono.
No se si es verdad o es mentira por ahora debo sostenerme de las palabras de Kilian y estudiar el panorama, prepararme para lo que está por venir tengo el leve presentimiento de nada es lo que parece.
Con eso en marcha empiezo a poner en orden todo los tres días siguientes me ocupo en buscar una pequeña casa o apartamento donde pueda hospedarme que según las palabras de matteo debe costar el doble que un apartamento normal por si llegan a indagar algo de mí, entre buscar un apartamentos paso mi tiempo con Dalila y me pongo al día con las labores de la empresa.
Llevaba un día sin ver a Kilian porque según su secretaria se encontraba en una importante reunión a puerta cerrada con los ejecutivos. me preparo para mi salida con Kilian con los contratistas del día de hoy.
Me miró al espejo colocandome el par de pendientes en mi oreja, la falda larga y elegantemente envuelta en mi cintura combina con la blusa de colores oscuros que llevo puesto el día de hoy, había dejado mis estilos casuales de pantalones y camisas cómodas para cambiarme a algo más profesional.
Recojo mi bolso cargando el papel de documento en mis manos, cerrando la puerta tras de mi me encuentro con una Dalila medio adormilada que me saluda con una sonrisa antes de meterse a su habitación, no le meto mucha mente a eso y sigo mi camino hasta ver la camioneta Ford oscura dónde Matteo me espera como siempre diría yo.
Entro al auto dejando mí bolso a un lado y con el documento sobre mis piernas, el auto se pone en marcha mientras me dispongo a revisar que todo esté en orden.
—Señorita Persefón-
Lo interrumpo—Sabes que Kilian y yo tenemos un trato, ahora soy su prometida te vendría bien decirme señora.
—sirvo solo a su alteza real y precisamente porque se que es solo una pantalla lo de ustedes, no puedo decirle señora.
—En eso te equivocas Matteo—finalmente lo miro—Tu eres la mano derecha de Kilian ¿No? La reina conoce eso tanto como yo con tan solo verlos, que me llames señora no quiera decir que tu tengas que sentirlo en tu corazón, solo debes afirmarlo como si fuera real al ser tu la persona más leal de Kilian deberías fingir que me apruebas como su prometida y que llevamos una estable relación.
La expresión de Matteo cambia ligeramente y se muy bien que lo está pensando, vuelvo a los documentos revisando a los contratistas y finalmente doy cierre para revisar mi teléfono y encontrar alguna publicación nueva en la aplicación.
—Ya llegamos—levanto la cabeza cuando el auto se detiene tomo mis cosas—No es necesario que el día de hoy use máscara...
—Kilian tiene una forma de hacer las cosas que me resulta impredecible—digo pasándole la máscara que llevo en mi bolso para que no haga bulto.
—Su alteza es muy inteligente, una recomendación para usted sería no provocarlo señora—le costó decir eso último y lo note por la ligera fluctuación en su voz.
Me quito los lentes para el sol—No pienso cometer el mismo error dos veces.
Sigo a Matteo por el ascensor privado para Kilian con un par de ojos mirándome con sorpresa e incredulidad sabiendo la naturaleza fría de Kilian entiendo parte del asombro de mucho y también se muy como los humanos tienen el talento para imaginar diferentes escenarios que solo ocurren en su cabeza.
Llegando al último piso donde está Kilian como Ceo de la empresa noto a Katie recibirnos con una leve sonrisa que se le borra al verme. Matteo toca la puerta y yo entro sola cuando dan el permiso.