El Juego del Tiempo - Leyendas de Verano e Invierno 1

10. Jor VI

Pesadilla

Todo estaba oscuro.

Y una luz empezó a perforar en el lugar, pero no era una luz agradable.

Era fuego, fuego del color de la sangre, expulsaba tanto humo que el cielo pronto se llenó de este. A mi lado estaba Edd.

—¿Qué es esto, Jor? Es real.

Lo miré asustado, no quería que sufriera estas pesadillas por mi culpa.

—Hace un rato simplemente estaba oscuro —siguió hablando— llegaste y empezaron a aparecer cosas —tragué saliva— dime por favor si esto es real —lo miré con lástima y con dificultad alcancé a decir.

—Despiértate —parecía casi un susurro debido al nudo que se formaba en mi garganta y las lágrimas que discurrían de mis ojos.

Obviamente era real y a la vez falso. En verdad Edd estaba en mi sueño.

No pasó mucho y una explosión absorbió toda la oscuridad del lugar, estaban los escombros del campamento petún, sobre los escombros de nuestra aldea, allí en el medio estaba un hombre de cabellos rojizos y de tez blanca, llevaba un atuendo de color negro con bordados azules y un árbol de color blanco en el pecho.

—¡Yo soy el Hijo de Roble! —gritaba el hombre alzando una espada de un atrayente azul— ¡Yo soy de Roble!

Gritaba cada palabra como un canto de victoria, hasta que Qizil'Semser se acercó corriendo, fueron apenas dos choques de la espada y ya se la había clavado, tomó la espada de Semser y luchó contra otro petún ferozmente hasta que este le pateó en el mentón y lo dejó tirado en el suelo.

—Ridículo —escuché de una grave voz a mi espalda, giré y había un trono inmenso, del tamaño de una torre, sentado en él estaba el hombre de la maza y en la mano tenía a Edd que trataba de soltarse con todas sus fuerzas.

—¡Ayuda! —gritaba desesperadamente antes de que el hombre de la maza lo levantara y engullera su cuerpo de un bocado. Cada vez era más grande.

—Lo miedos, Jor. Los miedos son los que impulsan a la gente a hacer cosas y es el miedo lo que les hace sobrevivir y morir.

—No —respondí— no es cierto.

—¿Ves a ese hombre de ahí? —dijo señalando al lugar donde se encontraba el cuerpo de Semser y el arrodillado y agonizante Hijo de Roble, giré para verlo y asentí— el miedo lo impulsó a matar y él tenía una mínima ventaja ante Semser, el miedo impulsó al petún a atacar y dejar vivir a su oponente, de todas las maneras puedes pensar que es o son valientes, pero es el miedo lo que los impulsa, todos son cobardes.

—No te creo, tú eres el cobarde —dije encarándolo— ¿Por qué no te quitas la máscara?

Me obedeció y no fue lo que yo esperaba, primero vi la cara de un bebé, los ojos de este eran dorados como el sol, luego se transformó en un niño, sus mejillas eran regordetas y su cabello era exactamente del mismo color que el del Hijo de Roble, inmediatamente después se transformó en una chica que bordeaba mi edad, sus ojos eran intensamente verdes, sus orejas ligeramente puntiagudas y si no fuera por eso la hubiera confundido con una mujer, pero no era una elfina tampoco.

Después cambió a un adolescente, su cabello era rubio y sus ojos amarillos, tenía una sonrisa casi malévola y por un momento pensé que era su verdadero rostro, luego cambió otra vez, era una petún de pelaje chocolate y ojos amarillos, después era un elfo, mayor y con arrugas de estrés, su cabello era como la plata y sus ojos eran verdes como las hojas de los pinos del Gurbaskualt, después era una anciana, sus ojos eran ciegos, sus labios finos y quebradizos, el pelo era casi escasos y como la paja, pero gris.

Luego se transformó en Bay, salvo que su rostro era de odio, luego se transformó en mi madre, salvo que su rostro era de angustia, luego se transformó en mí, siendo solo un joven y vi cómo repentinamente envejecía mi rostro hasta volverse un adulto bordeando los cuarenta años.

Luego envejeció rápidamente una vez más hasta ser un anciano y luego la piel fue cayendo poco a poco hasta que quedaron huesos, fue cuando los brazos del gigante tomaron el casco y lo colocaron sobre su cabeza, las ranuras de los ojos se prendieron en una luz roja, se levantó del trono, pisó al Hijo de Roble y después miro a mi rostro y dijo con la voz de Edd.

—¡Jor! ¡Jor! Despierta ya vienen.

***

—¿Qué? —dije balbuceando, todo lo veía muy oscuro y poco a poco mis ojos empezaron a abrirse mientras despertaba de el extraño sueño.

—Jor —decía Edd a mi costado— el invasor está viniendo.

Sentí las piernas nuevamente y vi cómo el cuerpo del caballo se movía, siendo atraído por alguna fuerza, el hormigueo de toda la parte inferior desapareció y para mi sorpresa un afable hombre se acercó con una sonrisa.

—Lucharon con bravía Hijos de Roble —dijo el pelirrojo, el mismo que había visto en mi sueño, solo que al hablarnos se mostraba mucho más... bueno, extendiéndome la mano para levantarme— o no lo son —dijo, tal vez nuestros rostros demostraron nuestra desconfianza y por haber rechazado su propuesta de alzarme— debo suponer que les cortaron las alas, gurianos, como a este valiente guerrero —dijo y trajo de detrás de sus hombres a Qar, su rostro estaba distinto, transformado y gustoso de haber matado— demuéstrame tu lealtad y acaba con ellos, Qar.




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