El juego infernal

6. Acabando tu dolor (Final)

No podía creerlo, él había hecho todo esto con un solo propósito, me había estado acechando todos estos años esperando para el momento donde yo ya fuera lo suficientemente grande y mi odio hacia él hubiera crecido solo con la intensión de que fuera yo quien acabara con él.

—¡Eres un maldito! me preparaste todos estos años para convertirme en ti. Sabias en el fondo que nunca serias capaz de matarme y me dejaste viviendo con miedo y escapando de ti todo este tiempo. Volviéndome loca tratando de alejarme.

—No hay vuelta atrás Heaven, una persona una vez dijo que, si encontraba algo que me hiciera vivir, me aferrara a ello.

—Y entonces simplemente pensaste que esa cosa seria yo, dieciocho años estuviste atrás de mí, viéndome desde lejos y esperando el momento. Destruiste lo que yo era solo para construirme como tu querias.

—Basta de sentimentalismo Heaven ¡Enfréntame!

Corre hacia mí y me lanza al suelo con él encima, trato de forcejear para quitármelo de encima pero su puño se estampa contra mi mejilla. Una, dos y tres veces. Escupo la sangre a un lado y me rio por el dolor que palpita en mi cara.

—Eres patético Kurt Lasher. —Otro golpe se estampa encima de los anteriores.

—¡Mátame! —exige— Yo mate a tu maldito padre aun cuando él me rogaba para que no lo hiciera, deje a tu madre vivir solo porque fue ella quien me dio el camino para ser feliz, ¡Te elegí como mi camino! te prepare, te hice infeliz y te jodi la niñez. ¡Heaven! deberías odiarme, tanto que desees matarme.

Al ver que no respondo se pone de pie y va al cuchillo que se le quedo tirado lo alza y sin pensarlo lo hunde en su abdomen, mi boca se abre por la sorpresa, la sangre no tarda en salir y manchar sus manos y el arma, lo saca y se acerca a mí. Toma mi mano y me obliga sostener el cuchillo.

—Hazlo, o matare a tu madre y así te hare saber lo que se siente quedarte solo en este mundo totalmente jodido. Te enseñare como se vive en la oscuridad.

No me muevo, no respiro, no sé qué hacer. Parecía que ya no tenía tiempo, se da la vuelta y empieza a caminar.

—Parece que ya decidiste Heaven, otra persona que morirá tratando de protegerte.

No, no podía perder a mamá también. Corro hacia él y le clavó el cuchillo con fuerza en la espalda, cae arrodillado tratando de alcanzarlo. Lo tomo del cabello y estrello su cabeza repetidas veces en el suelo, la última vez ya no se levanta, pero escucho como se ríe silenciosamente.

Le arranco el cuchillo del cuerpo y lo pateo en el abdomen, escupe sangre y rueda para quedar boca arriba, Hilitos de sangre le salían de los costados de la boca y su ropa empezaba a mancharse más.

—Esta vez no Lasher, no me gusta la soledad y solo me queda ella.

Cruzo mi pierna por su cuerpo y cuando estoy encima de él, no hace nada. Solo abre los brazos como gesto de que estaba dispuesto a recibir la muerte de parte de mis manos, Todos los recuerdos avasallan mi mente, la sangre, las muertes, los gritos y el miedo. Lo apuñalo una vez, luego otra y en un instante había perdido la cuenta.

Me detengo cuando mi cerebro procesa el hecho de que Kurt no ni siquiera había querido detenerme, me dejo hacerlo como un alma en pena que espera su extinción.

—Aquí empezó todo y aquí terminara.

Empieza a reír, aunque su boca brota sangre y toce por momentos. Su felicidad no concordaba con las lágrimas que salían de sus ojos. Tiro el cuchillo a un lado de su cabeza, a pesar de estar sentada encima de él y llena de su propia sangre no era capaz de moverme.

Solo me repetía por dentro de que había sido capaz de matarlo. Él quería esto después de todo ¿No? qué persona esperaría tanto para que otra le quite la vida como a un animal. Solo Kurt Lasher lo haría. Mis lagrimas ruedan por mis mejillas y terminan mezclándose entre el rojo de su sangre.

Su mano se dirige a mi rostro y siento el calor de su palma en mi mejilla. Mientras sus ojos grises me miran absortos en los míos.

—Cuando te hable la primera vez, si quería ser tu amigo pequeña Heaven.

Mis labios empiezan a temblar por el llanto que se hace más fuerte. ¿Había hecho lo correcto? de verdad era esto lo que el necesitaba para liberarse ¿Lo era?

—Kurt...

—Hiciste lo que debías hacer Tru Heaven. Nos veremos en el infierno.

Su respiración parecía empezar a detenerse y toce una vez más sangre. Su mano cae desde mi mejilla al suelo y sus ojos no dejaban de verme o al menos eso parecía, pero la verdad es que no, no me miraba a mí. Me alejo a un metro de su cuerpo y sus ojos siguen en la misma dirección, no era a mí a quien veía era al cielo, me desplomo por completo y cierro mis ojos mientras las lágrimas calientes salen hasta aliviar el dolor de mi corazón.

El cansancio de mi cuerpo era brutal, dolía mover un simple dedo y ahora arrastrarme hasta el cuerpo de Kurt me desgarraba por dentro, cuando estoy junto a él acerco mi mano a su rostro grabo su mirada en mi mente tanto como me es posible hasta que tomo el valor y cierro sus ojos.

El dolor, la soledad y el cansancio pueden conmigo, me quedo recostada a su lado hasta el amanecer cuando el cielo empieza a aclararse, es cuando decido que debo de terminar con todo y olvidar.




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