El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 4: {Bienvenida Catherine}

Me desperté al día siguiente de aquel suceso, y no entendía nada lo que había ocurrido, recuerdo que no le pregunté nada a Ismael y por la tarde, me fui por mi cuenta a aquel edificio, pero cuando llegué a aquella sala, no había nada, intenté tocar todo para ver si salía la puerta de luz que existía, puerta que no sabía dónde podía llevarme, en ese momento, me di la vuelta y me encontré a Ismael.

—¿Qué haces aquí? No puedes estar aquí sola, porque pueden seguirte y es muy peligroso, porque esta puerta guarda más poder del que tú nunca hubieses imaginado —me dijo con rostro de enfado.

En ese momento, me fui a mi casa, pero antes, le pregunté, —¿Cuándo sabré que estoy preparada para entrar? —le dije, a lo que él me respondió que lo sabré, porque me llegará una señal. 

Llegué a mi casa peor todavía, porque tenía más preguntas, no entendía porque Ismael me ocultaba eso, porque no me dejaba ni siquiera ir sola a aquel lugar, me preguntaba ¿cuánto tiempo sabe él la existencia de aquello? Y me hacía también otra pregunta, ¿Cómo sabía él que yo estaba en aquel lugar, cuando me asegure que no me siguiese nadie? Pero pese a las preguntas que me hacía todo el rato, me fui a dormir.

Me desperté al día siguiente, casi no había podido dormir de todo lo que me estaba pasando y lo mejor es que no había visto nada, y queria saber que es lo que estaba ocurriendo, que escondía esa puerta.

Llegué al instituto e Ismael me estaba esperando en la puerta, pero ese día decidí que no quería entrar al instituto —Vente conmigo —le dije mientras le agarraba del brazo

Él aceptó, no iba a poner ninguna pega y tampoco me iba a dejar sola. Llegamos a un parque que se encontraba al lado del instituto. Mire fijamente a Ismael, —Adelante, dime todo lo que tienes que contarme porque estoy esperando, no entiendo nada y tu sabes algo que yo no sé, por bien de nuestra amistad, quiero que me digas que hay detrás de esa puerta —pero él no me respondió.

—Todavía no estás preparada para saberlo, pero cada día estás más cerca de estarlo, tienes que esperar un poco —en ese momento se levantó y de pie me dijo —¿vamos al instituto?, que todavía nos da tiempo a ir —me levanté y me fui con él. 

En el instituto, mientras estábamos en clase, de repente saltó Lucas que lo tenía justamente sentado detrás, —Eres una niña y tu vida es una mierda —En ese momento me invadio la impotencia a mi cuerpo y se me cerró el puño, quería pegarle un puñetazo, pero pasó una cosa que me iba a dejar petrificada…




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