Sábado 6 de Febrero. El día comienza más tarde de lo normal, son las diez de la mañana y me levanto, bajo a desayunar. Cuando estoy bajando por las escaleras recibo una llamada, es de Ismael, para que valla al descampado por la tarde.
Y llegó la tarde, llegó al descampado, allí estaba esperando él, había llegado más pronto. Nos fuimos al sector III, a entrenar y a practicar, cuando íbamos al santuario donde se encontraba Raúl, me encontré de nuevo con aquel chico, pero esta vez no quería perder la oportunidad y preguntarle. Me acerque a él y…
—¿Cómo te llamas? —le pregunta a él una vez que estaba a escasos metros.
—Enrique —Respondió él con media sonrisa.
—Hoy sí que puedo ir a dar un paseo, ¿te apetece? —pregunte.
—Claro —me respondió.
—Pues quedamos en este lugar a las ocho —le dije, mientras me marchaba.
Llegamos Ismael y yo al santuario, estaba esperando Raul.
—Buenas tardes Catherine e Ismael, vamos a empezar el entrenamiento —nos dio la bienvenida Raúl, empezamos el entrenamiento, cada día era un entrenamiento diferente y aprendía algo distinto.
Terminó el entrenamiento, pasó la tarde y llegó la hora de quedar con Enrique, llegue al lugar donde siempre estaba sentado, y allí estaba.
—Hola —Me dijo el medio sonriendo.
—¿A dónde vamos? —le pregunté.
—Vamos a un parque que hay aquí al lado —me dijo Enrique, mientras íbamos andando.
Llegamos al parque, era ya de noche, y solo habían un par de personas en el parque, el parque era bastante normal, lleno de bancos blancos y arbustos.
—¿Cómo se llama el parque? —le pregunté para romper un poco el hielo.
—El parque se llama “Esperanza” —me confesó él, mientras se sentaba en un banco.
—Que curioso, me suena el nombre, pero no se de que —dije yo, mientras pensaba de que me sonaba el nombre.
—¿Y de que parte eres? —me preguntó Enrique.
—Pues vivo aquí al lado, en un edificio nuevo —le dije donde vivía mientras le explicaba el edificio.
Pasó el rato, vamos conociéndonos, el tiempo pasó, y se hizo tarde, estuvimos una hora y media y se paso mas rapido de lo que podía parecer, llego la hora y me tenia que ir a mi casa.
—Me sabe mal, pero me tengo que ir —dije, cuando estábamos en el mejor momento, y lo tuve que cortar.
—Vale, no te preocupes, no pasa nada, es tarde, si quieres te acompaño —me invitó a acompañarme.
—Vale —le dije, porque era muy tarde.
Me acompañó, llegamos a mi casa, le veía que estaba super nervioso, en ese momento el se puso enfrente mía, a escasos centímetros, nuestras miradas se fusionaron, en ese momento, se lanzó hacia adelante, pero no se lo que me ocurrió, pero giré la cabeza, no sé lo que me paso por la cabeza, el hecho la cabeza hacia atrás, y sonrió.
—No pasa nada, ha sido culpa mía que me he lanzado —me dijo él, mientras se tocaba el brazo.
—Es que te quiero conocer mejor, solo te conozco de una hora —le dije yo, que no sabía cómo salir del paso.
—Bueno, me tengo que subir a mi casa, pero un abrazo si que te puedo dar —le dije mientras sonreía.
Le di un abrazo y me subí, subí a mi casa y allí estaba Ismael.
—¿Qué tal? —me preguntó Ismael.
—Nada, hemos estado hablando y conociéndonos —le explique a Ismael.
—Tienes que llevar cuidado, ademas que sabes que no perteneces a este mundo —me intento explicar Ismael, para que viese la realidad, que no me habia dado cuenta realmente de las cosas.
Llegué a mi casa y me fui a cenar, cuando termine me meti en mi habitación, no quería saber nada más, solo quería dormir, y pensar en todo lo que había pasado durante el día.