El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 32: {Hoy no es día de luchar}

Sábado 13 de Febrero, me levanto en mi casa extrañada y sin saber nada de lo que ha ocurrido, lo primero que hago es bajar a desayunar, para comenzar el día y así ordenar mi cabeza que estaba en ese momento desordenada.

Bajo al salon y alli estaba la policía

—¿No volvias el domingo? —Me pregunto en ese momento mi madre que entraba por la puerta.

—Si, pero me han eliminado antes de tiempo, y me han traído. —le dije a ella intentado responder a algo que era difícil de sostener en la verdad.

—Anda vale, bueno, pues ahora te pones hacer los deberes que seguro que tienes —me dijo ella, mientras empezaba a preparar el desayuno.

—Esta tarde me gustaría salir a dar una vuelta, ¿puedo? —le pregunté, poniendo ojitos para así poderla convencer mejor.

—Solo si haces los deberes y me ayudas —Me dijo, a lo que yo le respondí afirmativamente.

Termine de desayunar y me subi rapidamente para comenzar todo los deberes que tenia, por suerte no tenia muchos porque los había hecho casi todos antes de marcharme, pero tarde mas de lo normal, ya que en mi cabeza se repetía en bucle constante todo lo que había ocurrido en aquella isla, lo termine y al fin baje a ayudar a mi madre con todo.

Termine y cogí las cosas y salí escopetada a buscar a Ismael para que me explicara todo lo que había ocurrido, lo encontré, estaba en su casa, entre a su habitación y comencé a hablar con el.

—¿Me puedes saber qué es lo que ocurrió en la isla?, porque que desapareciese el hotel es un poco raro, no puede ser que un edificio de más de 10 plantas salga volando —le dije rápidamente, casi sin tiempo de pausa y sin respirar.

—No se decirte, yo no he encontrado rastro de ese hotel, nunca ha habido un edificio en esa Isla, lo unico que encontre, era que el mensaje que nos enviaron y el teléfono del desconocido coincide, y salí corriendo a por ti, no he podido localizarlo, pero estoy en ello —me respondió.

—¿Y Hector y sus hermanos dónde están?, porque lo último que recuerdo es dejarles en el centro de la ciudad, y ellos también tenía las mismas dudas —le pregunté.

—No he podido localizarlos todavía, cuando lo haga te lo digo —me explicó Ismael.

—¿Y los demás concursantes dónde están? —Pregunte una vez más.

—No lo se, no había nadie más dentro de la isla, y deberías de llevar cuidado, porque pueden estar compinchados el desconocido con ellos tres. —me hizo reflexionar y pensar si podía ser cierto aquellas palabras.

—Vamos Catherine, tenemos que seguir entrenando, te recuerdo que sigues teniendo la misión, y a partir de ahora ya no vamos a ir a concursos ni nada de cosas raras, debemos de llevar cuidado— me dijo él.

—Vale —era lo único que me salía, mientras tenía la mirada perpleja.

—Y cualquier cosa, me consultas —finalizó la conversación de la isla Ismael.

Nos fuimos al entrenamiento, y una vez allí, empezamos a entrenar, cada día aprendía una cosa distinta y practicaba cosas de todo tipo para estar preparada para cualquier cosa que me pudiese pasar.

Finalizó el entrenamiento, me duché en las duchas que había en aquel santuario, Ismael aprovechaba para hablar con Raúl, cada día preparaban con que iban a entrenar al día siguiente.

Salí de la ducha, relajada, lo único que quería hacer después de cada entrenamiento era dormir durante días, cogimos las cosas y nos fuimos hacia nuestro apartamento.

Pero antes de llegar, escuché una voz que me resultaba familiar.

—Catherine —dijo…




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